domingo, 26 de febrero de 2017

PIEZAS SUELTAS

Dehesa del Boyar (Montejo de la Sierra, Madrid)
Fotografía de
Javier Cabañero

PIEZAS  SUELTAS


Si los árboles son piezas sueltas, niegan el bosque.

Un porte sólido. De fantasma.

Cuando tenía veinte años, Jaime Gil de Biedma no era un poeta cualquiera. Era el poeta.

Crepúsculo, aleteo, sopor, engarce, azul… esas palabras con reputación asentada.

Los malos poemas tosen; tienen respiración errática.

Nombres propios que ya no recuerdo; el final de una biografía deja sitio para mucho olvido.

Más allá de lo que nunca fue nuestro, ese hallazgo diario de que sobra tiempo.




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