domingo, 25 de junio de 2017

MANUEL NEILA. BAJO EL SIGNO DE ATENEA

Bajo el signo de Atenea
Diez aforistas de hoy
Manuel Neila (Edición)
Renacimiento, Colección A la Mínima
Sevilla, 2017

BAJO EL SIGNO DE ATENEA


   La literatura en femenino sigue siendo para algunos polemistas una encrucijada conceptual, uno de esos asuntos bizantinos que permanecen flotando como nubes perpetuas. Pero lo evidente es simple: la escritura no tiene sexo sino calidad; por tanto, la condición de mujer en sí misma no aporta rasgos sustanciales al quehacer literario. Eso no borra contingencias como la escasa presencia del aforismo escrito por mujeres en la larga senda de la paremia en castellano. Solo el aforismo disperso de María Zambrano, rescatado por Antoni Marí entre sus obras filosóficas, y la relevante aportación a esta estrategia narrativa de Dionisia García, coetánea de la generación del 50, sobresalen en la travesía temporal del siglo XX. Así que la propuesta del poeta, ensayista y aforista Manuel Neila para constatar el cauce relacional entre voz femenina y aforismo en los primeros lustros del siglo XXI es un acierto de peso.
   En la introducción de Bajo el signo de Atenea Neila suma a la cuestión de género otro asunto obligado en los estudios sobre el género hiperbreve: la indefinición terminológica. Es otro escollo no superado que admite una interpretación plural y la coexistencia de amplios matices dentro del aforismo. La modalidad expresiva no es un discurso homologado sino una propuesta creadora donde cada autor se transforma en un explorador semántico. El sujeto que escribe refuerza en su taller el carácter subjetivo de enunciados y contenidos.
   Tras explorar la cosmovisión femenina en el tiempo y el claro empeño en forjar una identidad que no sea secundaria y moldeada por los valores masculinos imperantes, el antólogo concreta la nómina de autoras que conforma esta antología en el paréntesis finisecular y en el tramo inicial del nuevo siglo. Su título se inspira en el aserto  Bajo el signo de Aries que Nietzsche empleara en 1905.
   Manuel Neila recurre a la cronología para ordenar su selección. Por edad, abre la muestra la profesora y ensayista Carmen Canet, y son compañeras de páginas Isabel Bono, Ana Pérez Cañamares, Erika Martínez, Gemma Pellicer, Carmen Camacho, Victoria León, Eliana Dukelsky, Azahara Alonso y Raquel Vázquez. Es un plantel diverso en el que son evidentes las apuestas personales del antólogo en las representantes de la generación más joven, Victoria León y Raquel Vázquez. Hasta la fecha, ambas solo han anticipado muestras de su trabajo y no cuentan todavía con un primer libro.
   La representación es muy atinada, ya que las páginas dedicadas a cada nombre presentan un itinerario biográfico, un breve ideario sobre la escritura y una selección muy numerosa de aforismos editados e inéditos. Ello permite un trazo bien marcado. El ideario, como sucede al formular una poética, describe los cimientos de la mirada y su forma de dialogar con el lenguaje. En la particular caligrafía de cada autora hallamos la evolución del cauce recorrido y las coordenadas de escritura. La madurez de Carmen Canet está marcada por la experiencia, busca el enfoque original e inteligente en el que, de cuando en cuando, abre una brecha lúdica la ironía. Isabel Bono expande en el decir sereno del enunciado breve una iluminación de la travesía existencial. Ana Pérez Cañamares entiende el aforismo como una certeza que mira de reojo; en él se expande lo paradójico, como si buscase enunciar los contrastes del discurrir. Gemma Pellicer establece vasos comunicantes entre la caligrafía aforística y el microrrelato; de esta indagación nace un aforismo narrativo que despliega en su cortedad un discurso nuevo, dando pie a la naturaleza cambiante del texto. Carmen Camacho denomina “Minimás” a estas breverías. Los textos reafirman la persistente indefinición genérica en sus interrogaciones. Buscan agitar el lenguaje para que aflore otra realidad, muchas veces engarzada desde la intuición. Para Erika Martínez el aforismo mezcla materiales filosóficos y poéticos. Sus contornos se rompen con frecuencia para diseminar significados en los que no se esquiva lo paradójico a través de la sugerencia y la elipsis:” Conquistar no las horas, sino su costado”. Victoria León entiende el concepto como expresión de una experiencia psicológica; se escriben desde adentro hacia afuera porque son una manifestación introspectiva que integra destellos siempre cercanos al autorretrato moral. Eliana Dukelsky lo considera expresión de un fluir interno y constante con amplio interés por cualquier estela temática; en sus coordenadas resalta la hibridez entre géneros y su afán indagatorio que implica al yo en una continua búsqueda desde la experiencia de la escritura. El ángulo de visión de Azahara Alonso nace de la propia escritura y reformula su certeza con una imagen sugerente: “el aforismo sujeta los pensamientos con chinchetas de tinta”, los textos promueven en su labor cualidades como la formulación "sencilla, elegante y precisa”. La antologada más joven es Raquel Vázquez quien ya muestra un itinerario plural que abarca el microrrelato, la poesía y el aforismo. En sus textos breves, todavía inéditos en libro, emerge la reflexión irónica y el esqueje significativo que postula una mirada al entorno para captar su temblor en un claro empeño de comprensión.
  Bajo el signo de Atenea es una conjunción de propuestas que se interrelacionan entre sí porque están marcadas por un tiempo histórico y por una sensibilidad de época. En sus aforismos habita lo diverso, ningún asunto queda fuera de foco porque los materiales lingüísticos conjugan lo subjetivo y particular de la experiencia biográfica con los claroscuros colectivos.  La antología permite acercarse a procesos creadores en marcha que han hecho de su voz una carrera contra el tiempo, una indagación en el ser con el humilde formato del aforismo, con precisión concisa y con el pulso íntimo de sus capacidades expresivas.

2 comentarios:

  1. Magnífico!!!... Nunca acabo de aprender. Gracias.

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    1. Querida Begoña, me alegra mucho tu comentario sobre todo porque la muestra impulsada por Manuel Neila deja en primer plano la aportación femenina al legado aforístico del siglo XXI. Las diez elegidas hablan con voz fuerte, con el acento esdrújulo de lo perdurable. Un fuerte abrazo.

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