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Noelia Illán Conesa
Fotografía de
Carolina Illán |
Entrevista con NOELIA ILLÁN CONESA
Nació en Cartagena en 1983. Es Licenciada en Filología Clásica por la Universidad de Murcia.
Investigadora y docente en ejercicio. Ha publicado el poemario Calamidad y desperfectos y es responsable de la edición de El oro de los tigres, una antología temática sobre la poesía de José María Álvarez. Dirige en formato papel y
digital la revista La Galla Ciencia.
En los últimos
tiempos, se ha sucedido un goteo continuo de cierres de revistas en papel. Sin
embargo, la salida de La Galla Ciencia es un ejercicio de optimismo. ¿Qué razones
impulsan esta salida?
Creíamos que existía un hueco que había que rellenar. Cada
uno de los que fundamos el proyecto en 2013 teníamos un concepto distinto de la
poesía y gustos particulares, pero eso sí que lo teníamos en común: la ilusión
de hacer una revista en papel, aunque siempre con la faceta digital, que no hay
que olvidar. Queríamos hacer una publicación hermosa que combinara poesía de
ámbitos distintos, que no fuera una revista donde publicaran nuestros amigos ni
nosotros. Concebimos cada número como si fuera el último, eso siempre, porque
nunca se sabe qué puede pasar.
¿Entre las
secciones, la poesía es columna vertebral?
Sólo publicamos poesía, salvo en algunas secciones de la
web, donde también incluimos artículos sobre literatura en general, entrevistas
o incluso recomendaciones de cine. Pero sí: en el papel la poesía lo vertebra
todo. ¡Y siempre inédito!
Conviven los dos
formatos. ¿Qué innovaciones plantean?
Estamos en un momento en que no se puede olvidar el
aspecto digital, eso está claro; pero una cosa es el papel y otra la web. Son
formatos compatibles, por supuesto, ya que lo que aparece en los números de la
revista nunca estará en la web, y viceversa. La web, además, te da la
oportunidad de incorporar material que en papel no es factible, como por
ejemplo un vídeo o incluso la comodidad de la inmediatez. Quiero decir que
tenemos que estar en contacto directo con los lectores, y al ser semestral la
publicación en papel la web hace que no se pierda el contacto. Es una forma de
darle difusión al proyecto y mantenemos al público informado de lo que vamos
haciendo. Nunca paramos…
Tanta dedicación
exclusiva anula cualquier periodo
vacacional. ¿No son demasiadas bifurcaciones
creación, docencia, edición…?
¡Cómo lo sabes! Sí, supongo que combinar todas las
facetas conlleva una pérdida de tiempo libre o de ocio, por llamarlo de alguna
manera, pero cuando las cosas se hacen por placer uno asume esos riesgos (y se
disfruta). También tiene todo tipo de satisfacciones, no sólo ver los resultados
de la revista en papel, sino incluso comprobar que la gente nos sigue por
internet, conocer a poetas que siempre he admirado, hacer nuevos (y buenos)
amigos… De todos modos, el aspecto creativo está en un punto de esos que llaman
“barbecho”, así que ya llegarán tiempos de creación. Esa faceta ahora no me
quita tiempo.
Tras la salida de
tu poemario , ¿la poesía sigue pidiendo
paso?
Mi poemario salió en 2012 y desde esa fecha
aproximadamente no he escrito un verso. Y –sin ser postureo, que conste- no me
preocupa. Hay mucha poesía que leer, muchos libros a los que volver…, y ahora
no estoy en un momento en que la pluma me llame. Supongo que irá por épocas. O
no. ¿No hay autores de un solo libro? A
lo mejor ya saqué lo que merecía la pena. La presión a veces es grande porque
uno se pregunta si ya no tiene nada que decir, pero si fuera así, ¿qué? Nada,
no se cae el mundo.
Quiero darte las
gracias aquí por la maravillosa
edición sobre José María Álvarez.
¿Repetirás experiencia con otros autores?
¡Oh, gracias! Pues no lo sé; quizá con Roger Wolfe, que
es muy buen amigo y le debo mucho, algún día me atreva si él me deja. Lo de
José María ha sido un trabajo de años, sin saber a ciencia cierta que acabaría
publicado en papel. La edición de Balduque
es una maravilla –con esa portada de Charris, además, que la borda-, y él ha quedado muy contento, que es lo que
más me satisface. Ojalá llegue a mucha gente como un aperitivo para la obra de
Álvarez, un autor infinito y uno de los pilares de mi vida.
Uno de los
apéndices imprescindibles del perfil literario en el ahora es el blog. ¿Qué
funciones percibes en las bitácoras?
Supongo que cada autor lo usa de un modo distinto a
otros, según la finalidad que busque. Yo creo que lo maravilloso de los blogs
es poder darse a conocer en cualquier punto del planeta, especialmente para
poeta jóvenes (no joven de edad, se entiende, aunque el término daría para un
largo debate, porque ¿quién es joven?). Podemos leer a poetas que no tienen
nada publicado, y eso es un avance grande, o incluso contactar con autores cuyo
acceso antes era más limitado. No me gusta el autobombo, ojo, pero hay blogs
muy interesantes donde no sólo podemos leer reseñas, sino leer poemas de gente
está haciendo cosas muy interesantes.
Por último, tu trabajo
en la revista te da un mirador privilegiado sobre el clima literario actual.
¿Puedes resumir su estado?
Esta pregunta tiene trampa… Pues, resumiendo mucho, creo
que estamos en un momento bueno y malo. Quiero decir que se está escribiendo
mucho, y eso tiene un punto negativo (la morralla, claro), pero por otro lado
no deja de ser magnífico que se vean decenas de títulos de poesía en librerías,
o que surjan nuevas editoriales que apuestan por el género. Te hablo de poesía
porque la prosa apenas me interesa, he de serte sincera. Al final, moverse es
bueno, y el tiempo siempre pone las cosas en su sitio.