Hola Sara, un abrazo, a mí me encanta el mar con el ceño fruncido. parece un actor que declama una escena esencial. Soy el espectador privilegiado del oleaje en medio de una playa vacía. Un fuerte abrazo y muchas gracias por estar.
Conozco el viento de levante en una zona donde se enfurece seriamente y la arena clava sus uñas con saña. Este haiku me evoca un lugar querido. Un abrazo, José Luis.
El viento hace del mar un mal actor que deja en escena gestos ampulosos. Una imagen llena de vida de un sitio para quedarse mucho tiempo. Un fuerte abrazo.
Siempre emociona el mar embravecido, incuso el Mediterráneo. Es ocasión de descubrir sentimientos contradictorios, imágenes nuevas, tiempos de espuma y agua.
Qué alegría tu regreso, querido poeta, he visto las imágenes de esos itinerarios interiores llenos de piedras, paisajes e historia. Y me han encantado tus trayectos continuos por la emoción y la inteligencia. Un fuerte abrazo.
Espero que tu estancia entre los amigos salmantinos propiciara esas palabras que hablan de vida y literatura con el calor de la amistad. Un gran abrazo, Sentí no estar. Habrá más ocasiones. Recuerdos grandes.
Sí, hay veces que el mar suena con un tono épico. Pero siempre deja sitios para la contemplación cercana de su belleza. Un fuerte abrazo y gracias por acercarte a estos puentes.
Sí, querida Sandra, la sensación del peligro es innata a la voz del mar cuando refunfuña como un viejo ofendido. Pero su belleza es innegable. Abrazos.
Hola Susana, el haiku es una búsqueda continua del matiz, esa sombra leve e invisible que se oculta en las cosas más nimias. Sigo aprendiendo, poeta. Un fuerte abrazo.
Tan precioso el mar y tan atemorizador cuando enfurece.
ResponderEliminarUn abrazo de anís, José Luis.
Hola Sara, un abrazo, a mí me encanta el mar con el ceño fruncido. parece un actor que declama una escena esencial. Soy el espectador privilegiado del oleaje en medio de una playa vacía. Un fuerte abrazo y muchas gracias por estar.
ResponderEliminarConozco el viento de levante en una zona donde se enfurece seriamente y la arena clava sus uñas con saña. Este haiku me evoca un lugar querido. Un abrazo, José Luis.
ResponderEliminarEl viento hace del mar un mal actor que deja en escena gestos ampulosos. Una imagen llena de vida de un sitio para quedarse mucho tiempo. Un fuerte abrazo.
EliminarSiempre emociona el mar embravecido, incuso el Mediterráneo. Es ocasión de descubrir sentimientos contradictorios, imágenes nuevas, tiempos de espuma y agua.
ResponderEliminarQué alegría tu regreso, querido poeta, he visto las imágenes de esos itinerarios interiores llenos de piedras, paisajes e historia. Y me han encantado tus trayectos continuos por la emoción y la inteligencia. Un fuerte abrazo.
EliminarOtro instante que fijas para la eternidad: muy bello.
ResponderEliminarUn abrazo.
Espero que tu estancia entre los amigos salmantinos propiciara esas palabras que hablan de vida y literatura con el calor de la amistad.
EliminarUn gran abrazo, Sentí no estar. Habrá más ocasiones. Recuerdos grandes.
Cánticos bravíos que amenazan lluvia de espuma. Un abrazo
ResponderEliminarSí, hay veces que el mar suena con un tono épico. Pero siempre deja sitios para la contemplación cercana de su belleza. Un fuerte abrazo y gracias por acercarte a estos puentes.
EliminarQué bonito José Luis! Sé bien lo que son las banderas rojas de mí Cantábrico y aunque se enfade, se pone precioso!
ResponderEliminarDisfruta mucho!!
Un besazo,
Sandra.
Sí, querida Sandra, la sensación del peligro es innata a la voz del mar cuando refunfuña como un viejo ofendido. Pero su belleza es innegable. Abrazos.
EliminarUn haiku redondo, como una ola. Qué cerca he sentido la brisa que agita la bandera roja. Besos,
ResponderEliminarHola Susana, el haiku es una búsqueda continua del matiz, esa sombra leve e invisible que se oculta en las cosas más nimias. Sigo aprendiendo, poeta. Un fuerte abrazo.
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