Macbeth Fotografía de ABC.es |
EL ACTOR
la vida es un cuento narrado por un idiota,
lleno de ruido y furia, que no tiene sentido
Macbeth, 5º Acto, W. SHAKESPEARE
Este vivir en vilo sobre el
escenario me define. Cada obra da comienzo a otra piel. En mí respira un sujeto escindido en innumerables
personajes.
Solo represento un papel. Mi yo real no existe.
(De Cuentos diminutos)
Ficción de primer grado: ficción no creída (como la literatura o el cine).
ResponderEliminarFicción de segundo grado: ficción creída (como la religión para los creyentes).
Ficción de tercer grado: ficción vivida: como los sueños (mientras se duerme) o la realidad (durante la vigilia).
Distintos planos de la identidad, formas del yo para buscar nuevos contornos. Un fuerte abrazo agradecido.
ResponderEliminarGran labor la del buen actor. No tendrá un yo real, pero si uno vitual enriquecido por los innumerables personajes que interpreta
ResponderEliminarHe pasado todo el fin de semana presenciando cinco representaciones en Rivas; la verdad es que el papel del actor crece en las tablas como un árbol en medio del páramo. Este cuentecillo ha nacido en ese clima que da vida a lo imaginario. A ver si hay suerte y te gusta. Un abrazo, J Carlos.
EliminarTu cuento tiene vida.
ResponderEliminarDefine perfectamente lo que piensa el actor sobre los efectos de la proyección del personaje en si mismo y el riego al que se expone, con ello, de perder su propia identidad.
Me gusta.
Pues solo queda darte las gracias por un pensamiento tan asentado en la lógica; yo supongo que dentro de cada actor habita un sistema estético propio y singular, por tanto es difícil sacar conclusiones generales... Pero debe ser muy hermoso dejar la sensibilidad del yo en otra identidad... Abrazos.
EliminarEstoy de acuerdo con lo que dices. Quizás esa mayor o menor sensibilidad defina, en igual medida, la grandeza del actor.
EliminarLas gracias a ti porque yo trato de expresar como puedo lo que tu inspiracion de poeta propones.
Gracias por tu interés y la esperanza de que sigamos trabajando juntos en la amistad y en la poesía.
EliminarY yo me pregunto ¿existe en alguien el don real?
ResponderEliminarNo sabría responderte a una pregunta tan definitiva; así que te dejo en la incertidumbre, que es mi espacio natural, con la amistad de siempre. Un fuerte abrazo.
EliminarLa duda es el único espacio donde puedo encontrarme.
ResponderEliminarAbrazos
Ahí estamos todos, Gabriela, desconfía de quien venda certezas; son solo humo, verdades transitorias que borra el tiempo. Un fuerte abrazo.
EliminarEnhorabuena José Luis. Tus cuentos diminutos siempre tienen algo de grandiosidad. Aunque el pensamiento de que el yo real no exista, bastante inquietante por cierto, le podemos sumar otra inquietud más, la de sabernos protagonistas, expuestos siempre a que algo nos ocurra. Un abrazo
ResponderEliminarGracias por tu confianza en mis cuentecillos, Carmela, tengo la esperanza de juntarlos un día en algún libro para que compartan con los lectores inquietudes y miedos, ese sabor de la existencia en marcha. Feliz jornada.
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