tag:blogger.com,1999:blog-3764726603432045742024-03-19T09:48:05.098+01:00Puentes de papelJosé Luis MoranteJOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.comBlogger3500125tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-82080610000049688262024-03-19T08:00:00.001+01:002024-03-19T08:00:00.151+01:00RECUERDO DE MI PADRE<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9w8M-fIY4SvHVk6Yt09HtF0dI7f8LRv2tm9fV7btu9MUqFXJxt8xgPT-P6cu3XqBCueLce2L8wfreMJsMaxBze992JfdyAyRduuZyKqYNydpC1SsnOrV0duTvWBhL49OH5bZAS-nj59AdqLP9KnaHJgMTHRSsjWfUKJHqhuNzvqzvC8ZWdnEEvPtRE8Y/s755/Mis%20padres%20(1).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="755" data-original-width="381" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh9w8M-fIY4SvHVk6Yt09HtF0dI7f8LRv2tm9fV7btu9MUqFXJxt8xgPT-P6cu3XqBCueLce2L8wfreMJsMaxBze992JfdyAyRduuZyKqYNydpC1SsnOrV0duTvWBhL49OH5bZAS-nj59AdqLP9KnaHJgMTHRSsjWfUKJHqhuNzvqzvC8ZWdnEEvPtRE8Y/w201-h400/Mis%20padres%20(1).jpg" width="201" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Regresos</i><br />(Albúm familiar)</td></tr></tbody></table><br /> </p><div style="text-align: left;"><a name="_Toc26026643">RECUERDO DE MI PADRE<br /></a><o:p> <br /></o:p>Mi padre ponderaba la eficacia<br />como un tesoro extraño y valiosísimo,<br />escondido en el vientre de la tierra.<br />Solía levantarse muy temprano,<br />con el tic-tac grabado en la memoria,<br />y dilataba oscuro una jornada<br />que concluía laso y taciturno.<br />Era su empeño inmune al frío o la canícula.<br />Por él estuve interno tantos años<br />con la sola misión de hacerme un hombre.<br />(Entendamos, un hombre de provecho,<br />un atinado buscador de logros).<br />Mas el esfuerzo no valió la pena.<br />Él no tiene conciencia del fracaso.<br />Descubrió en la derrota<br /><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;">una patria feliz, compensatoria.</span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br /></span></div><div style="text-align: left;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"> (De <i>Causas y efectos, </i>1997)</span></div><h2><o:p></o:p></h2>
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JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-86321472345841077652024-03-18T09:26:00.000+01:002024-03-18T09:26:02.837+01:00FRANCISCO CARO. AQUÍ<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu1j4gpCKxt8wWIB6BoJ5Cb1hm_nUgBRQuaPs1LhFRm7wpwLQI72meK7FVvknQboaHCuQfWSxlpzjHZrSyu6xt5VYe7yHkdlK0JdKORc9pkf8loUn8caMQxpum4kpxNDE7ORSePibp-MGSeKhiKPoNwoiERgw_Hq1-JECvKMwStbHbm9MKO6Dvo-PE-wo/s1350/Portada-Aqui-2024.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1350" data-original-width="955" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgu1j4gpCKxt8wWIB6BoJ5Cb1hm_nUgBRQuaPs1LhFRm7wpwLQI72meK7FVvknQboaHCuQfWSxlpzjHZrSyu6xt5VYe7yHkdlK0JdKORc9pkf8loUn8caMQxpum4kpxNDE7ORSePibp-MGSeKhiKPoNwoiERgw_Hq1-JECvKMwStbHbm9MKO6Dvo-PE-wo/w283-h400/Portada-Aqui-2024.png" width="283" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Aquí</i><br /><b>Francisco Caro</b><br />Mahalta Ediciones<br />Ciudad Real, 2020, 2024 (2ª)</td></tr></tbody></table><br /> </p><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><b><o:p> LÍMITES DEL SER</o:p></b><o:p> </o:p></div><div style="text-align: center;"><o:p><br /></o:p></div><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La tarea poética de Francisco Caro (Piedrabuena, 1947) adquiere perfil definitorio en la antología <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Este
nueve de enero</i>.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>Es una compilación de trayecto realizada en 2019,<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>que recoge los poemas más conocidos; dibuja la personal travesía en el tiempo del ejercicio de humanismo impulsado por el
escritor manchego. En ese volumen se hacen suelo básico las resonancias del
existir, los límites del ser expuestos con expresión cotidiana, evocadora y reflexiva, donde confluyen
incisiones biográficas y el merodeo de la temporalidad. Así se define un
ideario estético que fusiona intimismo y afán comunicativo, indagación en la
identidad y esa ambivalencia contradictoria que genera una estela de incertidumbres entre
sujeto y entorno, convertido en dominio de lo contingente.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El poeta entrega en 2020, complejo año de la pandemia que tanto transformó la condición de ser, el libro de poemas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Aquí</i>
con nota indicativa que advierte sobre la entidad del proyecto.
Las composiciones más tempranas se fechan en 1998 y las más próximas son de
2020. Por tanto, a primera vista, no es un libro unitario sino un balance en el
tiempo que postula una voluntad expresiva sostenida, articulada desde una consistencia diáfana, de contornos emotivos.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El discurrir natural del poema deja como apertura una cita de Eliseo
Diego: “Hay días en que el tiempo acude manso / y al lado de la luz”. Una
reflexión de súbita nostalgia que recuerda que la palabra del hablante lírico está
siempre condicionada por los estratos de contingencia y fugacidad del devenir. El
ahora se percibe como un espacio de apertura, cuajado de vivencias aurorales. Conforman la propia geografía del sujeto y las pulsaciones vitales del
pensamiento: “Es aquí donde espero / a que nadie me nombre, a que calle / la
prosa para siempre, aquí nací, en estas tierras cuarzo de interior…”. En la
palabra se asienta la conciencia de pertenecer a un espacio afectivo, donde se
entrelazan sensaciones existenciales que definen el presente como un tapiz sin
brumas; un manantial de vida que siembra frescor y
transparencia, el rumor del origen. Evocarlo no exime de trazar una senda de
leve melancolía. Los días de infancia, siempre alumbrados por la pura inocencia
de la amanecida, son ahora un regreso cuajado de recuerdos. Desde esa voz
evocadora nacen composiciones como “Verano de 1956”, “La fragua de Ángel”
o<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“El cine de Antonio”. Los poemas
dibujan instantáneas pobladas por nombres propios que perduran, en las manos del
tiempo, ocupando la escena de un modo personal y creíble, pleno de luz y
mediodía.<br /> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La
presencia cálida del intimismo avanza en el cauce del tiempo hacia un verso más
indagatorio, marcado por las dimensiones del discurrir vital. Cada amanecida es
paradójica, porque alienta una búsqueda de lo perdido y aporta un patrimonio
afectivo en el que lo diario adquiere transcendencia y sentido. El poema construye,
con serenidad y epitelio emotivo, su arquitectura de sensaciones. Quien vive
yuxtapone búsquedas y sondeos, el veneno preciso de la decepción, la verdad
sospechada de lo transitorio, la suma de derrotas que se van guardando en los
rincones menos visibles su zumbido callado, su indolencia: “hoy que vuelvo / a
escuchar su zumbido, su deseo / de paz o enemistades / ya sé que son las mismas,
/ que todo muere sé, que todo permanece, / que soy el mismo miedo, que acaso
soy el mismo”.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Al cauce central del temporalismo se adhieren otros sustratos temáticos,
entre los que se vislumbra el afán metaliterario, si cabe, con un deje irónico,
que resalta en la entrega <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuaderno de
Bocaccio</i>, aparecida en 2010, el mismo año de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Paisaje (en tercera persona)</i>. Se divaga sobre los aspectos
formales, la brevedad, el sentido comunicativo y dialogal de las palabras y esa
noción conceptual de la escritura como proyecto inacabado, como conjetura que
resguarda la luz debajo de la dermis oscura del sentido, sin tener que recurrir
a aderezos retóricos ni trucos de magia.<br /> <span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Alguna vez he leído que los versos figurativos amplifican el realismo
desde la sugerencia. Es una excelente definición que hago mía de inmediato. El sujeto
verbal no emplea un realismo enunciativo, busca para la arquitectura del yo, un protagonista con andamios nuevos que anula marcas gastadas de etiquetas tópicas.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En la práctica poética de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Aquí </i>la memoria es un epicentro fundamental, desde la sentida
dedicatoria de la amanecida: “Con mis padres, Teresa y Leónides, en memoria.
Con mis hijas, Ana y Julia. Antes, después”. Su paso indagatorio conecta pasado
y presente, como orillas de un desahogo vivencial que nunca atenúa los pasos de
la incertidumbre. Los poemas van poblando la cartografía del
recuerdo con los trazos cómplices de un yo cambiante que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>salió a la mañana para percibir “el mundo en
el instante que comienza”. Mientras, el tránsito diario dispersa las hojas de
los días en el reverso de la noche, esa fronda perecedera que abriga la condición de ser, que deja en la mirada el cálido fulgor de la belleza.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;">JOSÉ LUIS MORANTE</div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div>
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<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-91163406083169594892024-03-17T09:37:00.000+01:002024-03-17T09:37:15.728+01:00PERPLEJIDADES DOMÉSTICAS<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEFoFqnoJSd5OBA5TkgLMoLGjkB-9EWuX7ObxKRCNMENvi-wfVNg9LAj6VAjKJmAisv75I9JQmNHqmhbKply8bV2VVmUVje85kJv6ljBsA_f2CSE0nL0B-CGwE4bGXqR6p5TzO8_p3m9g21zcacAemDvHBM3QqdSn664F3Rd3jmnD3h6LZmH71DHvwBM0/s4000/IMG_20240315_191359.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4000" data-original-width="3000" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEFoFqnoJSd5OBA5TkgLMoLGjkB-9EWuX7ObxKRCNMENvi-wfVNg9LAj6VAjKJmAisv75I9JQmNHqmhbKply8bV2VVmUVje85kJv6ljBsA_f2CSE0nL0B-CGwE4bGXqR6p5TzO8_p3m9g21zcacAemDvHBM3QqdSn664F3Rd3jmnD3h6LZmH71DHvwBM0/w300-h400/IMG_20240315_191359.jpg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Parque del Retiro de Madrid</i><br /><i>Marzo de 2024</i><br />Fotografía<br />de<br /><b>Adela Sánchez Santana</b></td></tr></tbody></table><br /> </p><p style="text-align: center;">PERPLEJIDADES DOMÉSTICAS</p><p style="text-align: center;"><br /></p><p>Esos días en los que me estorbo tanto que no sé dónde ponerme.</p><p>Desconfío muchísimo de la inteligencia artificial; no tiene masa encefálica.</p><p>Qué rápido el proceso de vaporización de algunas amistades.</p><p>Es un especialista de la imperfección. Todo lo hace mal.</p><p>Me gusta el silencio bipolar, ese que tiene la primera y la última palabra. </p><p><br /></p><p><br /></p><p> </p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-83172688904645594402024-03-16T09:08:00.000+01:002024-03-16T09:08:02.576+01:00JOAN MARGARIT. UN ASOMBROSO INVIERNO<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilwd-mrqunjIkbWK7WUWWZ_33eHvK_QKt_NztN-N4Mc2DBH9qEpACInvhLSf5fcTPkj32amzYpwe6pgnwXBMqOesIjkGVF75Pz2KiWh46H9cQZJw9ORYSNfeQ76_58GmIeX3f8Jowa3_9dMtojuDcGzlSD07V-LWkIG4NuhS0cUIHSGqO8Ic-ssvGvSB8/s1604/joan-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1604" data-original-width="1242" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEilwd-mrqunjIkbWK7WUWWZ_33eHvK_QKt_NztN-N4Mc2DBH9qEpACInvhLSf5fcTPkj32amzYpwe6pgnwXBMqOesIjkGVF75Pz2KiWh46H9cQZJw9ORYSNfeQ76_58GmIeX3f8Jowa3_9dMtojuDcGzlSD07V-LWkIG4NuhS0cUIHSGqO8Ic-ssvGvSB8/w310-h400/joan-2.jpg" width="310" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Joan Margarit</i><br />(1938-2021)<br />Librería Alberti, Madrid, 2018<br />Fotografía<br />de<br /><b>Javier Cabañero Valencia</b></td></tr></tbody></table><br /> </p><div style="text-align: center;"><div style="text-align: justify;"><b><o:p> </o:p></b></div><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><div style="text-align: center;"><b>A DOS VOCES</b></div></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><div style="text-align: center;"><b><o:p> </o:p></b></div></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><div style="text-align: center;"><b>(Joan Margarit y Luis García Montero)</b></div></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><div style="text-align: justify;"><b><o:p> </o:p></b></div></b><div style="text-align: center;">JOSÉ LUIS MORANTE</div><o:p><div style="text-align: justify;"> </div></o:p><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><div style="text-align: right;"><i>El arte no es distinto de la vida</i></div></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><div style="text-align: right;"><i><o:p> </o:p></i></div></i><span style="font-size: 10.0pt;"><div style="text-align: right;"><span style="font-size: 10pt;">JOAN MARGARTI</span></div></span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><div style="text-align: right;"><b><o:p> </o:p></b></div></b><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><div style="text-align: right;"><i>Se trata de sentirse conmovido,</i></div></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><div style="text-align: right;"><i>de vivir fatigado</i></div></i><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><div style="text-align: right;"><i><o:p> </o:p></i></div></i><span style="font-size: 10.0pt;"><div style="text-align: right;"><span style="font-size: 10pt;">LUIS GARCÍA MONTERO</span></div></span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><div style="text-align: right;"><b><o:p> </o:p></b></div></b><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><div style="text-align: right;"><b><o:p> </o:p></b></div></b><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Once de enero de 2018. Mientras el atardecer madrileño diluye su
cronología entre hilachas de sombra, la librería Rafael Alberti persiste en su
calendario cultural. Convoca a la presentación conjunta de dos novedades de
poesía: <i>Un asombroso invierno</i>, de
Joan Margarit, y <i>A puerta cerrada</i>, de
Luis García Montero. Ambos escritores son puntuales. Cuando llego al evento ya
están en el cordial refugio habitable, abierto por Lola Larumbe hace más de
cuatro décadas en la calle Tutor. Percibo que son muchos los oyentes que antes
de ocupar sitio en el semisótano, espacio habitual para quehaceres lectores, se
acercan a los protagonistas; intercambian impresiones, desenredan monólogos
afectivos o consiguen una dedicatoria personal. Los caracteres manuscritos en
la hoja de cortesía del libro añaden un valor sentimental, un soplo de
cercanía. Lo intuyo; hago lo mismo desde hace años. Guardo turno hasta que Joan
Margarit descubre mi presencia. Me saluda efusivo y busca de inmediato un
rincón tranquilo para evocar secuencias comunes, ahora reverdecidas por la
nostalgia. Percibo intacto en sus palabras el aprecio generado por mi edición
crítica <i>Arquitecturas de la memoria</i>
(Letras Hispánicas, 2006). Rememora con calidez algunos viajes juntos a Rivas-Vaciamadrid,
el cercano municipio de la periferia donde resido y ejercí la docencia. Allí
visitamos varios centros educativos y promovió una entrañable acogida
estudiantil en la biblioteca, tras su descarnada lectura de <i>Joana</i>. Recuerdo que algunos bachilleres
lloraron por la fuerte seducción argumental; Margarit descubrió una costa
descarnada y terrible para evocar los últimos días de la enfermedad terminal de
su hija que convirtió la muerte en un cuarto sin nadie.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Cuando resuelve sus compromisos, también se acerca Luis García Montero,
quien deja entre mis manos un ejemplar dedicado de <i>A puerta cerrada</i>. Me agradece cómplice la salida de <i>Ropa de calle</i>, cuya tercera edición
amplía la muestra de poemas y analiza el tramo escritural desde 2008 hasta 2017,
etapa fecunda que añade al perfil lírico una sólida voz narrativa con tres
ficciones, <i>Mañana no será lo que dios
quiera</i>, <i>No me cuentes tu vida </i>y <i>Alguien dice tu nombre</i>.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Así que mi predisposición ante el encuentro en Moncloa está lejos de la
objetividad. La memoria íntima germina marcada por la cercanía reflexiva hacia
itinerarios cuyas bifurcaciones preservan un interés enaltecido. El arte no es
distinto que la vida; sale al paso como una senda transitable. Los poemas que
escucho son mis poemas. Forman parte de un tejido sentimental y de una vocación
crítica implicada que convierte a los textos en calladas aseveraciones de una
espera metódica. Ambos escritores saben que el discurso poético se dirige a la
esencia misma del sujeto como ser pensante; animan una actividad creadora que
agita la conciencia e incide de forma directa en la sensibilidad posicionada
frente a lo real. Los dos personifican –y empleo un acierto crítico de Juan
Carlos Abril, extraído de <i>Lecturas de oro</i>-
el empleo del lenguaje como “dispositivo vivo de representación, expresión y
conocimiento que posee su propia autonomía, se crea y se destruye, se destruye
y se crea para renovarse a sí mismo “. </div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> La velada concita una alta motivación. Luis García Montero resalta el
devenir biográfico del poeta catalán, inicios escriturales, dedicación a la
docencia durante más de treinta años como catedrático de Cálculo de estructuras
en la Escuela Superior de Barcelona, su profesión de arquitecto y esos vasos
comunicantes que conceden al ideario estético una apariencia de orden y
claridad. Después, el autor de <i>Un
asombroso invierno </i>recita composiciones salteadas, siempre precedidas por
una pincelada contextual, clarificadora del sustrato temático y de la
circunstancia personal de cada una. La voz, rotunda, declamatoria, escueta,
ensancha el silencio y abre los ojos; evoca en mí otros ámbitos compartidos que
ahora se renuevan con lindes intactas. </div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Se percibe máxima sintonía cuando leen en castellano y en catalán versos
de Joan Margarit, ya convertidos en himno de un estado de ánimo colectivo. Es
el poema<span style="font-family: "inherit", "serif"; font-size: 11.5pt;"> “La llibertat
/ La libertad”. Se integra en <i>Aguafuertes</i>,
libro publicado en 1998 en Sevilla por la editorial Renacimiento.<i> </i>El poema indaga el significado
semántico de un concepto esencial de la conciencia. Apaga brasas de
incertidumbre y pesimismo<i>. </i>Compone
una proclama de alcance, una obligación que presenta facturas al conformismo de
los indiferentes. Sin atenuantes ni falsa compasión, las palabras se hacen
palimpsesto de un estado básico del estar:</span></div></span><span style="font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;"> </span></div><o:p><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;"> </span></div></o:p></span><span style="font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;">La
llibertat</span></div></span><span style="font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt;"><div style="text-align: justify;"><span style="font-size: 11.5pt;"> </span></div></span><em><div style="text-align: justify;"><em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">La llibertat és la raó de viure,</span></em></div></em><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>dèiem, somniadors,
d’estudiants.</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>És la raó dels vells, matisem
ara,</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>la seva única esperança
escèptica.</em></span></i></div></i><em><div style="text-align: justify;"><em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"> La llibertat és un estrany viatge.</span></em></div></em><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>Són les places de toros amb
cadires</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>damunt la sorra en temps
d’eleccions.</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>És el perill, de matinada, al
metro,</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>són els diaris al final del
dia.</em></span></i></div></i><em><div style="text-align: justify;"><em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"> La llibertat és fer l’amor als parcs.</span></em></div></em><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><strong><span style="font-weight: normal;">La llibertat és quan comença l’alba</span></strong></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><strong><span style="font-weight: normal;">en un dia de vaga general.</span></strong></span></i></div></i><em><div style="text-align: justify;"><em><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;">És
morir lliure. Són les guerres mèdiques.</span></em></div></em><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>Les paraules República i Civil.</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>Un rei sortint en tren cap a
l’exili.</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>La llibertat és una llibreria.</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>Anar indocumentat. Són les
cançons</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>de la guerra civil.</em></span></i></div></i><i><div style="text-align: justify;"><i><span style="border: none windowtext 1.0pt; font-family: "inherit","serif"; font-size: 11.5pt; mso-border-alt: none windowtext 0cm; padding: 0cm;"><em>Una forma d’amor, la llibertat.</em></span></i></div></i><o:p><div style="text-align: justify;"> </div></o:p><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> A dos voces escuchamos una formulación de convicciones y coraje ético.
Por eso las palabras no envejecen, aunque hayan transcurrido veinte años desde
la amanecida de <i>Aguafuertes</i>. Aquel
libro contaba con una breve nota introductoria de Luis García Montero. Entrega
una reflexión convertida en asentado diálogo con la dermis del poeta. Entiende el
prologuista que peripecia biográfica y caligrafía lírica son escenarios
cercanos e interconectados, geografías de conocimiento sobre las que germina
con raíces profundas un magma inicial y embrionario; “la conciencia de una
mirada propia con capacidad de interpretación” que adquiere el trazo descarnado
e incisivo de un aguafuerte.</div></span><o:p><div style="text-align: justify;"> </div></o:p><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Tras su lectura, Joan Margarit resalta la diferencia de edad, un asunto
menor, casi anecdótico porque el desnivel cronológico no deja fuera el continuo
aprendizaje y una voluntad profunda de amistad como recurso de equilibrio
interior. Pertenecen a distintas generaciones. Joan Margarit nació en Sanaüja
(La Segarra, Lleida) en 1938. Es, recuerdo la pincelada vital del presentador,
Catedrático jubilado de Cálculo de Estructuras de la Escuela Superior de
Arquitectura de Barcelona. Y ha protagonizado una implosiva estela profesional,
tanto en la investigación como en la hechura de proyectos arquitectónicos y
estructurales, de los cuales se hace una emotiva síntesis en el cuaderno <i>Las luces de las obras</i>. La publicación
académica contiene su discurso de ingreso en la Real Academia de Ingeniería,
leído el 25 de septiembre de 2003, y la contestación del otro miembro electo,
D. Gabriel Ferraté, quien afirma: “Quisiera, junto a estas observaciones sobre
lo poético en su arquitectura, constatar también el rastro de la arquitectura
en la obra poética de Joan Margarit, éste aún más patente, y que revierte en
beneficio, para mí evidente, de su calidad poética”, señalando así la
interdependencia entre ambas actividades.</div></span><div style="text-align: justify;"> Personifica una de las presencias nucleares de la poesía catalana. Su
legado ha merecido los más prestigiosos premios del catalán; también en
castellano ha obtenido reconocimientos como el Nacional de la Crítica, el
Premio Nacional de Poesía o el Rosalía de Castro. Su voz ha trascendido la
geografía peninsular; en 2013 recibió el Premio Poetas del Mundo Latino, un valor
que enlaza con referentes culturales de su fondo verbal como Rubén Darío, César
Vallejo o Pablo Neruda.</div> <span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> En el volumen de artículos críticos <i>Amor
y tiempo</i> (Córdoba, 2005), propuesta colectiva coordinada por el poeta y
profesor universitario Antonio Jiménez Millán, se perfila con plena vigencia la
tradición autóctona a la que se incorpora con pleno derecho. Es un enclave en
la mejor literatura europea que aglutina
a Joan Salvat-Papasseit, Josep Carner, Carles Riba, Salvador Espriu, Joan
Vinyoli o Gabriel Ferraté… El trazado fortalece la opción estética de Joan
Margarit y le concede una configuración unitaria, perceptible con intensidad en
cada entrega.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> La etapa de madurez consolida las líneas fundamentales. Dicho tramo
arranca con el poemario <i>Joana</i>. La
salida constituye, por su objetivación
del dolor, un hito central que es un eje de simetría para la sensibilidad
lírica. Así lo reconoció en 2008 el Premio Nacional de Poesía que propagó el
magisterio activo de Joan Margarit, con amplios efectos en las últimas hornadas.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> El ideario realista del escritor está marcado en el presente por la
reflexión moral. Tras <i>No era lluny ni
difícil / (No estaba lejos, no era difícil) </i>se presenta en 2015 <i>Amar es dónde</i>, cuyas claves se apuntan
en el epílogo. La voz asume la visión crepuscular; vuelve los ojos hacia el
páramo de los días idos.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> El discernir sobre el ser transitorio de la conciencia y la terquedad
del tiempo no desgranan sensaciones frustrantes. El buen poema considera la
queja una cuestión inútil porque viste el epitelio vital de gravedad y
desasosiego. La experiencia depara aprendizaje cognitivo; que fortalece y
redacta un didáctico manual de supervivencia, un ideario escrito con la tinta
clara del resistente. En su arquitectura de la memoria, cada estar aprende a
construir forjados, busca una protección segura que entibie frente al cielo
raso: “Pero la vida son también andamios, / humildes esqueletos hacia arriba”.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> El acontecer define la razón de ser de la palabra poética: “la
inspiración proviene de la propia vida”. Los trabajos y días del sujeto y sus
caminos interiores son el fértil sustrato. La observación directa de lo
contingente concede un significado testimonial, un aire limpio de certeza y verdad.
Comprender es entender.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Este perfil de la escritura da
pie a una cuestión crítica sobre la que se vuelve con frecuencia: la identidad
real del hablante lírico. Quien habita en los poemas tiene claras afinidades
con el yo biográfico. En el seno del protagonista verbal respira un yo
desdoblado. Es un certero reflejo especular. De ahí la fuerza expresiva y
emocional que transmite, esa cadencia cómplice que origina un estado de
recepción, libre de intemperie. Pasó el tiempo de las ilusiones para tomar
asiento en las certidumbres, donde la soledad es un estado natural que apacigua
carencias: “Ahora que sé que es seca y áspera, / la vida me resulta más amable.
/ La burla fue romántica: creer / que todo lo podía soportar / el entusiasmo de
una convicción. / En lo alto de una roca queda un cielo poético / que mira de
reojo. Nunca me ha protegido. / He sido un iluso, pero no soy un cobarde. /
Soñar me ha obligado a aprender / a leer y escribir en las tinieblas. “</div></span><div style="text-align: justify;"> <i>Amar es dónde </i>aglutina poemas
escritos con el lenguaje notarial de la primera persona. El aserto que da
nombre a esta entrega proviene de la composición de apertura. En este poema
homónimo, el amor se hace geografía atemporal que unifica el ayer y el ahora.
Así lo definen incisivos los versos de cierre: “Amar es un lugar. / Perdura en
lo más hondo: es de dónde venimos. / Y también el lugar donde queda la vida. “</div> <span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> El pasado aparece como calendario habitual de la puesta en escena. Desde
el ahora se vislumbra una lejanía repleta de señales cuyo reflejo perdura y
llena de luz el cuarto oscuro de la memoria. Aunque se desvanece, es una estela
escrita en el agua empeñada en dar voz a una etapa de plenitud arcádica: a
distancia nunca se distinguen grietas y desconchones; solo el patrimonio
afectivo del ser concreto y del yo como parte de un legado comunitario que a
todos exige defensa y compromiso.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Para el poeta la lengua propia,
la que hablaron los padres y los abuelos, es el símbolo máximo de una identidad
colectiva. Eso propicia un tono crítico y defensivo frente a los que quisieron
apagarla, como si ese gesto de mutilación cultural fuese un saqueo inadmisible
que incluía la humillación de un país devastado.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Esta recuperación de sensaciones e imágenes hace evidente la pérdida,
ese rastro de ausencias que integra a los que no están y acoge en sus manos
cambios y mutaciones. El poema
“Barcelona” deja una imagen del corazón urbano hecha banalidad y apariencia,
como si el tejido histórico fuera un simple despojo que no merece la pena
consignar. En el mapa de la memoria los espacios vividos ya no están en su
sitio; han sufrido un doloroso desplazamiento tangencial: “Pero, en Montjuic,
tengo dos hijas, / y ahora me ofende un gentío extraño / que se ciega en la
fiesta innecesaria / de gélidos hoteles, de superfluos / escaparates. Suele, en
los refugios, / hacer más frío que en ninguna parte, / desolada ciudad que
haces de puta”.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Joan Margarit ha tallado un
sujeto esclarecedor y sugerente, íntimo y confidencial que tiene
confianza en la respiración pausada de las palabras y nos muestra las páginas
escritas de una libreta abierta. Su aporte es directo y no precisa ninguna
retórica ampulosa para ofrecernos visiones introspectivas de la temporalidad
del ser y de la continua opacidad de lo cotidiano. Nada es aleatorio; no hay
más que un largo viaje que lleva desde el niño a la vejez y este principio
lógico sirve para amar el dudoso acontecer que nos arropa, esa verdad dura y
sencilla.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> En la edificación verbal de <i>Amar es dónde </i>resuena perdurable la voz
clara de un poeta central. Entre la sombra indescifrable que forja la realidad,
vemos la luz de una ventana encendida.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Son caracteres fijos, luces de situación que se mantienen en los poemas
leídos de <i>Un asombroso invierno </i>(Visor,
2017). De nuevo suena fuerte el blanco y negro de la memoria sentimental,
reconstruido con la misma austeridad plástica. Así define Luis García Montero
la sobria perspectiva: “Cuando se vive el invierno de la vida, la mirada del poeta contempla no sólo el paso del
tiempo, sino también el paso de la historia. Los mundos desaparecidos nos
obligan a buscar la identidad de la memoria, pero también a tomar conciencia
del significado del presente. <i>Un
asombroso invierno </i>nos habla de esa tensión lírica entre el ayer y el hoy
cuando el futuro deja de tener peso en las preguntas más personales sobre el
tiempo y la historia”.</div></span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><div style="text-align: justify;"><b><o:p> </o:p></b></div></b><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> El diálogo literario entre ambos poetas trasmite una honda
identificación. Cuando inicia su turno de lectura Luis García Montero en el
silencio claustral de la librería Alberti no se percibe ninguna mutación. Todo
prosigue bajo el flexo con el pautado desarrollo de una pieza musical. Los
poemas de <i>A puerta cerrada </i>establecen
una continuidad pactada por la amistad y por las coordenadas literarias
compartidas. Los textos se apropian de
aquella reflexión que hiciera Joan Margarit en el prólogo de la compilación <i>El primer frío</i>: “Cantamos al propio
misterio. Queda por decidir desde donde cantar, y esa es la búsqueda que cada
poeta realiza a su manera”. </div></span><o:p><div style="text-align: justify;"> </div></o:p><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> En sus registros, luminoso resulta el camino
creador de Luis García Montero (Granada, 1958). Doctor y Catedrático de
Filología Hispánica en la Universidad de Granada, dentro de su personalidad confluyen
facetas complementarias y activas como la poesía -cuyos títulos más recientes
son <i>Balada en la muerte de la poesía </i>y
el ya citado <i>A puerta cerrada</i>-, la
novela, el ensayo, el periodismo y la escritura de textos dramáticos. Definen
su rigurosa vigilancia de la calidad literaria el Premio Adonais, El Premio
Nacional de Poesía, El Premio de la Crítica o el reciente Premio Internacional
de Poesía 2017 Ramón López Velarde, por ser, en palabras del Rector de la
Universidad Central de Zacatecas, “poseedor de una obra de innegable calidad e
influencia dentro de la moderna tradición poética”.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Es innegable que ocupa un espacio central en la geografía literaria
actual. Sobre la relevancia de su aporte lírico y su aclimatación en lo
permanente como núcleo de tendencias y estéticas del discurrir lírico desde los
años ochenta hasta 2015, se han reunido enfoques bien trabados en el volumen <i>Palabra heredada en el tiempo </i>(Madrid,
2016), coordinado por la profesora universitaria y ensayista Remedios Sánchez
García.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Los planteamientos agrupados allí apuestan por la pluralidad discursiva.
Recuerdo algunos. Con pertinente originalidad, Juan Carlos Rodríguez, siempre
recordado por su humanismo y su pensamiento comprometido, objetiva los aportes
iniciales de La Otra Sentimentalidad y hace una inmersión en la memoria
histórica y en la tradición ideológica. Así lo constataba Luis García Montero
en un texto imprescindible, publicado en <i>El
País </i>el 8 de enero de 1983, y luego recogido con aportaciones personales de
Javier Egea y Álvaro Salvador en Los Pliegos de Barataria: “Cuando la poesía
olvida el fantasma de los sentimientos propios se convierte en un instrumento
objetivo para analizarlos (quiero decir, para empezar a conocerlos). Entonces
es posible romper con los afectos, volver sobre los lugares sagrados como si
fueran simples escenarios, utilizar sus símbolos hasta convertirlos en
metáforas de nuestra historia. Pero no simplemente eso. Romper la
identificación con la sensibilidad que hemos heredado significa también
participar en el intento de construir una sentimentalidad distinta, libre de prejuicios,
exterior a la disciplina burguesa de la vida”.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> También
Pablo Aparicio Durán, en su andadura teórica, insiste en el <i>sí </i>que pronuncia el grupo poético de
Granada como defensor del principio conceptual de que la literatura es producto
del sujeto, quien a su vez hace del discurrir de su libertad subjetiva otro
producto de la Historia.</div></span><div style="text-align: justify;"> Otros análisis integrados en el volumen recalcan la determinante
presencia en la pluralidad estética intersecular. Así, José Andújar Almansa
indaga en la naturaleza del sujeto poético en el libro <i>Vista cansada </i>desde la distancia que establecen dos vértices, la ficción
escritural y el autobiografismo. Remedios Sánchez García recorre el trazado que
une el espacio periférico de la Otra Sentimentalidad a la poesía de la experiencia,
línea dominante en los años noventa que desembocará en singular polifonía
abierta a discursos divergentes. Otros especialistas abordan la convivencia de
estéticas correlativas en una república literaria llena de asimetrías y con un
perfil heterogéneo.</div> <span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Mi rincón crítico en el volumen muestra la
vigencia del escritor de Granada en la poesía de los años noventa y en la
primera década del siglo XXI, más allá de la mera coyuntura creando un paisaje
de fondo en el que se dan cita propuestas emergentes – Carlos Pardo, Josep
María Rodríguez, Raquel Lanseros, Fernando Valverde, Ioana Gruia, Víctor Peña
Dacosta, Rosario Troncoso, Paula Bozalongo, Elvira Sastre…- que extraen de su
magisterio temas y procedimientos con significativas variantes. </div></span><o:p><div style="text-align: justify;"> </div></o:p><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Luis García Montero inicia su lectura con el verbo cálido del profesor
que entra en el aula para impartir la clase de costumbre. Sus gestos y sus
gafas de cerca constatan ese magisterio laboral. La primera clave que desvela
el sentido del nuevo poemario es el título: <i>A
puerta cerrada</i>. Es una expresión enunciativa y programática. Parafrasea una
actitud defensiva del sujeto frente al decurso de lo cotidiano; trasmite la
opción de cerrar pasos hacia la intimidad, como si así se preservara mejor la
fragilidad del yo. Según manifiesta el poeta, el título es un préstamo
literario. Proviene de la obra dramática <i>A
puerta cerrada </i>del escritor y filósofo Jean Paul Sartre. Aquel drama, <i>Huis clos</i>, estrenado en 1944, era una
reflexión sobre las relaciones personales como creadoras de divergencias y
conflictos. Promueve una visión negativa del otro que condiciona
sustancialmente la convivencia social, fatalmente abocada al derrumbe.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> <i>A puerta cerrada </i>compila
composiciones trabajadas entre 2011 y 2017. Importa constatar, para entender el
carácter orgánico y unitario del avance lírico, que durante este periodo
amanecieron los poemas en prosa de <i>Balada
en la muerte de la poesía </i>(2016), editados asimismo en Visor con dibujos de
Juan Vida. En ellos, el poeta hace del cauce versal un resguardo a través de actitudes
éticas y estéticas. La idea del libro aparece durante unas jornadas poéticas
celebradas en la isla italiana de Lampedusa, donde se cuestionaba el papel de
la poesía en el ahora. El contexto social ha desplegado un clima de intemperie
en el que apenas tiene lugar propio el incansable empeño de verdad y belleza
que expande el verbo poético. Vivimos en la cuerda floja de la incertidumbre.
Así lo atestigua el robusto pensamiento de Zygmunt Bauman al acuñar el concepto
de modernidad líquida en base a una idea germinal: todo, incluso el individuo
es flexible, susceptible de adoptar el molde político o social que lo contiene;
valores y dogmas han perdido su solidez. Por tanto, nada es permanente. Todo se
ha ido desvaneciendo empujado por el pragmatismo imparable del progreso que
solo busca satisfacciones inmediatas. La realidad es solo realidad y ha perdido
la esperanza de encontrar utopías. </div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Los poemas de <i>A puerta cerrada </i>constituyen
una significativa reformulación del intimismo. Los versos se hacen vías de
expresión de aquellos repliegues cobijados en la naturaleza del personaje
escrito, por encima de las limitaciones que alberga la percepción sensorial y
la mudable experiencia de lo contingente.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Otra vez se dan la mano en el poema sensibilidad y pensamiento en una
conjunción que hace balance de las horas tardías. Así abren la lectura los
versos de “Entretiempo” con la memoria de haber sido, con el menguado
patrimonio de ilusiones cumplidas y esa lluvia caída entre los años que es
ahora dolencia evocadora.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> En la lectura selecta del libro, hay un poema, “Aparición del lobo” que
recupera eslabones con Rubén Darío y, otra vez juntos, con Joan Margarit. Sus
versos muestran la médula de una tradición activa y continuista. El nicaragüense,
impulsor del modernismo, se apropia de un elemento natural, el lobo, arquetipo
integrado en el folklore narrativo, para convertirlo en paradigma de crueldad.
El tenebroso deambular lleva el temor a las aldeas y convierte el paisaje
boscoso en una senda intransitable. Cuando Francisco de Asís pregunta las
razones de su comportamiento, la bestia argumenta un amplio catálogo de
cicatrices abiertas: el clima desapacible, la carencia de recursos vitales, el
estar sin nadie, la violencia diaria del hombre diezmando la vida natural… Es
necesario un pacto de paz que el discurrir del tiempo erosiona poco a poco.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> En los poemas de Joan Margarit acogidos en <i>Los motivos del lobo</i> es consustancial la objetivación de lo privado
para mostrar una identidad personal rebelada contra la hipocresía moral; el
hablante lírico se siente un lobo que desprecia las aristas de lo real con tono
desafiante para mostrar, sin velos, su intemperie. De un enfoque semejante
parte el poema de Luis García Montero. La mirada del lobo personifica la
pulsión agresiva que tantas veces germina después en el sentimiento de culpa;
quien percibe está al acecho en la construcción de sí mismo y del otro. Al
definirse “huele a soledad y bosque interminable”, vigila entre las sombras,
reconoce su guarida en mitad de la noche.</div></span><div style="text-align: justify;"> Esa identidad oscura obliga al sujeto a recorrer caminos de ida y
vuelta; itinerarios que hagan posible superar las preguntas de la angustia y el
regreso a los sueños que devuelven la claridad.</div> <span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> En varios poemas de <i>A puerta
cerrada </i>se plasma una compleja singladura por el pesimismo. Pienso en “Desempleo”
y en “Una tristeza sentada”. Los versos han germinado en un entorno histórico
de crisis y degradación. Vivimos en la época de la posverdad, sufriendo los
efectos de hechos objetivos que conmocionan al tejido social y afectan a la
capacidad emocional del sujeto y a su entramado de valores y convicciones,
lastrados por la trampa cenagosa del temporalismo.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Llegan con fuerza los versos de “Vigilar un examen” un poema que se
interpreta de inmediato desde el presupuesto autobiográfico. El avance combina
elementos habituales de la práctica docente en las aulas universitarias de
Granada. El cauce evocativo de la memoria retorna a un tiempo “de yugos y
flechas”, como si la escritura dejase de ser una propuesta ficcional para
conceder al sujeto existencial real: “Nada me cansa más / que corregir
exámenes. Ver cómo pasa el tiempo, / envejecer, sentirse tachadura / sobre
papeles amarillos, / víctima y responsable / de un amargo suspenso general “.
Otra vez la palabra tiene la posibilidad de mirarse en los espejos del tiempo y
reconocer los rasgos propios. </div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> La madurez empuja a buscar acuerdos interiores con la identidad para
poner sobre los rincones oscuros de la realidad su sostenida rebeldía
intelectual. Así se reformulan nuevas preguntas, como las contenidas en
“Poética”, donde la escritura se aplica en responder qué significa el tiempo y
el compromiso del poema, una duda insistente que respira en las calles del
poeta casi desde su amanecida, en los años ochenta. Así define Luis García
Montero la paciencia vigilante de la escritura en <i>Dedicación a la poesía</i>: “El poeta medita sobre el mundo, sobre los
resultados de la propia experiencia, sobre lo que ve y lo que oye, y elige una
dirección llena de ecos, porque todo retiro está habitado por una multitud”.
Por tanto, escribir es un ámbito donde las palabras adquieren una
responsabilidad pactada.<i> </i></div></span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><div style="text-align: justify;"> El poemario es extenso y son muchos los contenidos integrados. Pero
persiste en el libro un surco definidor: la extrañeza. En “Ante la selva fría”,
reseña publicada en la revista <i>Clarín, </i>describe
su textura Antonio Jiménez Millán: “Lo que domina en <i>A puerta cerrada </i>es la sensación de extrañeza: quien habla en los
poemas se ve como un desconocido que se somete a un interrogatorio, como
alguien que se aleja al mismo tiempo “de la obediencia y de la rebeldía”
(“Oficio”), o como quien está ausente (“Camino de sombras”). Son los efectos de
un aguacero negro que descarga su tormenta en el interior del sujeto.</div><o:p><div style="text-align: justify;"> Luis García Montero cierra su
lectura con dos poemas escritos desde la perspectiva emocional. El primero,
titulado “Mónica Virtanen”, elige como marco escénico el panorama urbano de
Buenos Aires para evocar el rumor transparente de una relación sentimental.
Concluye con “Ensayo de mi propia despedida”, un título inspirado en Francisco
Brines. El poema asume la confesión a verso descubierto. No se oculta el efecto
abrasivo de los años. En ese balance existencial de ganancias y pérdidas, la voz
enunciativa es consciente de consumir un viaje sin retorno, abocado a la
grisura final de la nada. Todo, poco a poco, alcanza su finitud y se hace
ajeno. Las palabras convalecen; solo queda formular el conciso epitafio de la
despedida. </div></o:p></i><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> </div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Las claves individuales nos sirven para interpretar espacios de
confluencia e indicios compartidos. Frente al sentir crítico que explica la
obra del escritor por sí misma y sin necesidad de conocer la experiencia
biográfica, como si la escritura fuese
la única biografía, Joan Margarit y Luis García Montero comparten el impulso
testimonial que hace del poema una experiencia vital trascendida. En sus obras se
fusionan elementos históricos, culturales y activos personales. Constituyen
movimientos de flujo y reflujo que buscan la objetividad de la palabra para dar
permanencia a lo transitorio. El lenguaje es vehículo que evita la
deshumanización al cristalizar en su seno la subjetividad del hablante.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Los une también una ponderada serenidad expresiva. Ambos huyen del
malabarismo retórico para impulsar un quehacer exigente y comprometido que da
cabida a un despliegue de sensaciones y a una abierta perspectiva emocional. Ponen
en práctica un discurso lírico enunciativo y clásico, evocativo, formulado en
la voz de un sujeto poético que tiene entre sus manos unas pocas cartas
marcadas, un pacto imposible entre ideales, sueños y realidad. Más allá del
silencio deja su transparencia la poesía.</div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> </div></span><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"> Concluye el recital, casi en la hora de cierre. Joan Margarit y Luis García
Montero permanecen callados mientras brotan contundentes los aplausos. Se miran
y sonríen, como si hubiesen recorrido hombro con hombro un trayecto de
fidelidad mutua. Reciben esa expresión natural de gratitud que concede otra
nueva victoria al itinerario creador. Es tarde. Vuelvo a casa con la serenidad
nivelada que pone orden en el pensamiento y deja entre verdades provisionales nuevas
fuerzas para otra amanecida: la poesía. Es invierno y al paso de las estaciones
florece una lámpara encendida, un camino receptivo que hace suya la exactitud
concisa de Juan Ramón Jiménez, sin margen de dudas: “No se debe escribir en el
idioma de las palabras sino en el de los sentimientos”.</div></span><o:p><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: right;">JOSÉ LUIS MORANTE</div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div></o:p><o:p><div style="text-align: justify;"> </div></o:p><o:p><div style="text-align: justify;"> </div></o:p><o:p><div style="text-align: justify;"> </div></o:p><o:p><div style="text-align: justify;"> </div></o:p><div style="text-align: justify;"><br /></div></div>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-87910192445338553592024-03-15T09:04:00.000+01:002024-03-15T09:04:12.801+01:00EL COLOR DEL SILENCIO<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWatIGv-Jzfk3EPv-FzVh3rh4Y3iZGw0qKME3Pg7iLoiZLDJgaMU3kaXJxCUcmdHjnUysfjP5jun1Ixh8whLKGUmEPeBPSy7KZ-4Q76WLrionKcjxl3bQ4LWZimy8wrH9eFuYZMUzW0a4Kvgs9McQSzXKgxu6PkiTXx81IYL2YB1cNkpwGNegRNVt6NVA/s5773/IMG_20240312_144034-01.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="4330" data-original-width="5773" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWatIGv-Jzfk3EPv-FzVh3rh4Y3iZGw0qKME3Pg7iLoiZLDJgaMU3kaXJxCUcmdHjnUysfjP5jun1Ixh8whLKGUmEPeBPSy7KZ-4Q76WLrionKcjxl3bQ4LWZimy8wrH9eFuYZMUzW0a4Kvgs9McQSzXKgxu6PkiTXx81IYL2YB1cNkpwGNegRNVt6NVA/w400-h300/IMG_20240312_144034-01.jpeg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>El color del silencio</i><br />Fotografía<br />de<br /><b>Cris Aparicio</b><br />(Madrid, 2024)</td></tr></tbody></table><br /> </p><p>EL COLOR DEL SILENCIO</p><div style="text-align: left;">Callo mucho conmigo,</div><div style="text-align: left;">cuando no necesito el hilo medular de las palabras.</div><div style="text-align: left;">Me gusta compartir el despliegue del frío</div><div style="text-align: left;">o calcular la usura de mis rasgos tras el velo de sombras.</div><div style="text-align: left;">Nunca veo el círculo de luz</div><div style="text-align: left;">que migra ensimismado</div><div style="text-align: left;">dentro de la absorbente pupila de las cosas.</div><div style="text-align: left;">Tengo mirada líquida.</div><div style="text-align: left;">No despejo mis nubes;</div><div style="text-align: left;">quiero verter la lluvia</div><div style="text-align: left;">en el hondo misterio de las desolaciones,</div><div style="text-align: left;">como si fuera un signo que despliega</div><div style="text-align: left;">la masa fibrilar de los significados.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Todo reconsidera un linaje vacío.</div><div style="text-align: left;">He buscado refugio en ese hueco</div><div style="text-align: left;">del que ya , sin fisuras, formo parte.</div><div style="text-align: left;">La nada es otro modo de empezar.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"> (Del libro <i>Nadar en seco</i>, 2022)</div>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-86193231443745222582024-03-14T09:12:00.002+01:002024-03-14T09:12:28.009+01:00DOBLE CARA<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDyrc3ONFaC6maQSb80Dyy717-9jqwsmo84TylKpDTXkzMEPbrgBj16wDRIgEMyfOM3cuvkXP1nA2dMEQarA6cwdF2ClPBnvBMUAXrF0UEWU-LyV9S_xaEKPRMayyCExDCBvoWIrKrJyuS2ZLChq62SPlXEjAAuWCUJBaeDI96F0MfcP2ztr4y0TIfTXo/s600/depositphotos_523458336-stock-illustration-two-female-faces-poster-mirror.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="428" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDyrc3ONFaC6maQSb80Dyy717-9jqwsmo84TylKpDTXkzMEPbrgBj16wDRIgEMyfOM3cuvkXP1nA2dMEQarA6cwdF2ClPBnvBMUAXrF0UEWU-LyV9S_xaEKPRMayyCExDCBvoWIrKrJyuS2ZLChq62SPlXEjAAuWCUJBaeDI96F0MfcP2ztr4y0TIfTXo/w285-h400/depositphotos_523458336-stock-illustration-two-female-faces-poster-mirror.jpg" width="285" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Simetrías</i><br />Imagen<br />del Archivo<br /><b>Depositphotos</b></td></tr></tbody></table><br /> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-bidi-font-size: 16.0pt;"><i>DOBLE CARA<o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span style="mso-bidi-font-size: 16.0pt;"><o:p><i> </i></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-size: 16.0pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Dedicó la aventura laboral de su existencia a la
creación de un espejo de doble cara. Buscaba en su constancia una superficie dual, donde se
reflejara el rostro de quien se mira y la visión completa de la espalda, ese
conjunto de trazos desconocidos que están ahí y conforman una suposición.</span> Creía que la imagen es y no es,
que yuxtapone lo evidente y lo probable, la claridad y la tiniebla, lo expuesto
y lo invisible. Una hendidura de luz escoltada por grietas de sombra.</p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p>(De <i>Cuentos diminutos</i>) </o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p><br /></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p><br /></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-bidi-font-size: 16.0pt;"><o:p> </o:p></span></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-37302064465781786212024-03-13T09:15:00.000+01:002024-03-13T09:15:09.808+01:00UN HUECO EN LA PUPILA<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivU1IuANfeDVOwLQb6qDn7vA7o7i2h_38FvlrWEZ8pdDawyj_uEAZeizMdzC9LEH1nDQDiSgDazjhfetVHgACX6dkKeygFr0VeNAOgWjkjTJArZeKIZ1hjaCFhaR5Ov6zeNFlCa8sgEfxtrpQHXCH9sqi3L78o5iwYUR9r6t6P3eVn49X1C2Hmj3Z-eWo/s5773/IMG_20240312_143807-01.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="5773" data-original-width="4330" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivU1IuANfeDVOwLQb6qDn7vA7o7i2h_38FvlrWEZ8pdDawyj_uEAZeizMdzC9LEH1nDQDiSgDazjhfetVHgACX6dkKeygFr0VeNAOgWjkjTJArZeKIZ1hjaCFhaR5Ov6zeNFlCa8sgEfxtrpQHXCH9sqi3L78o5iwYUR9r6t6P3eVn49X1C2Hmj3Z-eWo/w300-h400/IMG_20240312_143807-01.jpeg" width="300" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>En la pupila</i><br />Fotografía<br />de<br /><b>Cris Aparicio</b><br /><br /></td></tr></tbody></table><br /></p><div style="text-align: left;"><a name="_Toc26026627">AÚN TE DESCONOZCO<br /></a><o:p> <br /></o:p>No niego la esperanza,<br />pero nunca me tiende su solidaria mano<br />y ya me gustaría –como antaño a los pícaros-<br />cambiar si no de oficio de condición al menos.<br />Como suele ser norma,<br />hoy también ha fallado el desenlace<br />que vertebra la página del día.<br />Otra vez estoy triste; aún carezco<br />de imprescindibles labios<br />para firmar con nadie una posible tregua.<br />Cuando espesó la noche<br />acogió mi pletina la acuática de Haendel<br />y he recorrido hipótesis,<br />buscando explicaciones de papel.<br />Desconozco tu nombre,<br />no sé medir el hueco que cabe en tu pupila. <span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" /></span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"> (De <i>Enemigo leal</i>, 1992) </div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-12914864301363072402024-03-12T09:06:00.000+01:002024-03-12T09:06:13.974+01:00JUEGOS DE INGENIO<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDGKQMrtXvzvJPRxau-FXSEJCDqq2JYILMxFCfIiEgsx8ld-FniPXX9mVuE7gPocTtEr8_k0PU4_n2tr0MBgwVg4eRtAhjqIXhyphenhyphenySNSW7pGPusjxsut10dcX3i5lacOZFMpDnMFeDwkPp9hxpyFBZOXJVpgK6_ZX1dy6JZedkCIhv-c4rh1PPV8jEXfX8/s640/156859013_115876957188511_3106716374569174213_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="640" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgDGKQMrtXvzvJPRxau-FXSEJCDqq2JYILMxFCfIiEgsx8ld-FniPXX9mVuE7gPocTtEr8_k0PU4_n2tr0MBgwVg4eRtAhjqIXhyphenhyphenySNSW7pGPusjxsut10dcX3i5lacOZFMpDnMFeDwkPp9hxpyFBZOXJVpgK6_ZX1dy6JZedkCIhv-c4rh1PPV8jEXfX8/w400-h400/156859013_115876957188511_3106716374569174213_n.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Con los ojos abiertos</i><br />Fotografía<br />de<br /><b>Javier Cabañero Valencia</b></td></tr></tbody></table><br /> </p><div style="text-align: left;"> <i><b> </b><b>UN
PAISAJE MORAL</b></i></div><div style="text-align: left;"><b><i><br /></i></b><o:p> <br /></o:p>Más allá del abrupto nomadismo de las filias y fobias, el
pacto de soledad con la escritura, su caminar furtivo.<br /><o:p> <br /></o:p>La falsa verdad de algunos premios literarios donde el
clamor amañado de las monedas anula cualquier sonido poético.<br /><o:p> <br /></o:p>Qué porvenir sombrío abren esos consejos que buscan la
yugular.</div><div style="text-align: left;"><o:p> <br /></o:p>Con el tiempo, todas las generaciones literarias enferman de
esclerosis múltiple.<br /><o:p> <br /></o:p>Mi juego de ingenio preferido es cerrar los ojos.<br /><o:p> <br /></o:p>Hay silencios que tienen el vicio de la elocuencia.<br /><o:p> <br /></o:p>Cuánto mérito en los que escriben sonetos cortos y haikus
largos.<br /><o:p> <br /></o:p>Cada cínico soporta la sombra de una sinceridad
voluntariosa.<br /><o:p> <br /></o:p>Es un ejemplar único de egorrentista; su yo nunca descuida
la alta cotización.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;">(En defensa propia)</div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-8631089053735014512024-03-11T08:00:00.023+01:002024-03-11T08:00:00.135+01:00POESÍA CONTRA EL OLVIDO: 11- M<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0jH6qKqIWE7aeZ71pMgguDBbxmlFOm3Z22DfNP_hdq1_VgflLEQisCiyoOtlx5NuIMbezp1IDjE3PurQMeK6A79Zcrmhhgjj8pneXb8F9A0JEjPZ8EVgZxQ5RlaWnsc3_3OxxW6SaAnrCn-TaTjcaXW1ZiyrYtaiuIVTQVr42waY7_1nUkb6qqnng3Gc/s969/madrid-once-de-marzo-600x969.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="969" data-original-width="600" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg0jH6qKqIWE7aeZ71pMgguDBbxmlFOm3Z22DfNP_hdq1_VgflLEQisCiyoOtlx5NuIMbezp1IDjE3PurQMeK6A79Zcrmhhgjj8pneXb8F9A0JEjPZ8EVgZxQ5RlaWnsc3_3OxxW6SaAnrCn-TaTjcaXW1ZiyrYtaiuIVTQVr42waY7_1nUkb6qqnng3Gc/s320/madrid-once-de-marzo-600x969.webp" width="198" /></a></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfPgbCl0qcDtcYBBK2ZIFq8MTKeb7THM_oFQJXMTuTihvtBXqxrrTdlvf6VMOVGhcK1fMmzLgnwmpahv3faBQ737_pyL_LOOnWDycu9p1zjgwr7WsIs-rMV9Zp3CM0Rkc6V3FPDKL1bOJrzT6cRh2Np3J8SVKcWSWQpF4xvfUXrHMB8V0cLKmxJLeDmUE/s1000/11-M.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="664" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfPgbCl0qcDtcYBBK2ZIFq8MTKeb7THM_oFQJXMTuTihvtBXqxrrTdlvf6VMOVGhcK1fMmzLgnwmpahv3faBQ737_pyL_LOOnWDycu9p1zjgwr7WsIs-rMV9Zp3CM0Rkc6V3FPDKL1bOJrzT6cRh2Np3J8SVKcWSWQpF4xvfUXrHMB8V0cLKmxJLeDmUE/s320/11-M.jpg" width="212" /></a></div><br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUA-zSF8hM8z1bYoo1MtO35vw1LhG58EMPMck97UEZ-Ll1JlVd7OedB22EiWsXI5scwFmAJxzjjMMybn0zxUWGBzWDKQFHA6VhB7D1tmLTwccWl-1dQktlQDayUHGKk_3jxoLBedUXaUzRUh3PpKPohcnB2oIPrSod-W2yYiUIfVZXWO2rrQX17EQbJgM/s1600/11M.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1438" data-original-width="1600" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUA-zSF8hM8z1bYoo1MtO35vw1LhG58EMPMck97UEZ-Ll1JlVd7OedB22EiWsXI5scwFmAJxzjjMMybn0zxUWGBzWDKQFHA6VhB7D1tmLTwccWl-1dQktlQDayUHGKk_3jxoLBedUXaUzRUh3PpKPohcnB2oIPrSod-W2yYiUIfVZXWO2rrQX17EQbJgM/s320/11M.jpg" width="320" /></a></div><p></p><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><b><i>ESCRITOS
CON DOLOR</i></b></div><o:p> <br /></o:p><i>Madrid, once de marzo
(Poemas para el recuerdo)<br /></i>Edición de Eduardo Jordá y José Mateos<br />Pre-Textos, Valencia 2004.<br /><o:p> <br /></o:p><i>11-M ( El Sornabique
-7)<br /></i>Edición de Luis Felipe Comendador<br />LF Ediciones, Béjar, 2004<br /><o:p> <br /></o:p><i>11-M: Poemas contra el
olvido<br /></i>Edición y coordinación de José Paz Saz y Manuel Rico<br />Bartleby, Madrid, 2004.<br /> <br /> Aunque el ánimo no podrá acostumbrarse nunca a la gratuidad de la acción
terrorista y el pensamiento racional anula cualquier indicio que intente
justificar la autoría intelectual del atentado, llegará un tiempo en el que el
once de marzo en Madrid será un suceso pretérito, difuso, en el que cueste
ubicar las circunstancias, los nombres de las víctimas, o las dimensiones de la
tragedia. La memoria tiene esos mecanismos de defensa para disfrazar las
aristas más rechazables de la condición humana y la vorágine del devenir en la
gran ciudad restablece, con enfermiza urgencia, el hilo de continuidad tras las
conmociones. Sin embargo, para que el olvido no se instale en el territorio de
lo cotidiano y haga de la historia una página de signos desvaídos, se han
publicado tres volúmenes que contienen unos centenares de poemas. Todos están
escritos con dolor.</div><div style="text-align: justify;"> Son muchos los nombres que se repiten y casi todas las
generaciones en activo están presentes
en este gesto de solidaridad y esperanza; todos somos pasajeros en los trenes de
cercanías que sufrieron la barbarie del fanatismo.<br /><i> Madrid, once de marzo</i>,
subtitulado <i>poemas para el recuerdo</i>
ha sido coordinado por Eduardo Jordá y José Mateos. El conjunto, presentado por
la editorial Pre-Textos, parte de una idea de la librería madrileña Rafael
Alberti que al día siguiente del atentado colgó en sus escaparates los lamentos
y despedidas de poetas y madrileños anónimos. Tal iniciativa desbordó las
previsiones de los organizadores y cuajó en una obra que contiene poemas
escritos en todas las lenguas del estado y en la que comparten página clásicos
como José Antonio Muñoz Rojas, nombres ilustres de la generación del cincuenta
como José Manuel Caballero Bonald y poetas que todavía no han traspasado el
umbral de los veinte años como Elena Medel; entre los tres, más de cien voces
que han dejado las huellas del dolor en textos en los que predomina el desgarro
y en los que las preguntas esenciales, una vez más, se quedan sin respuesta.<br /><i> 11-M</i> es la escueta leyenda
de portada con la que la revista <i>Los
cuadernos del Sornabique</i> nos deja un monográfico para coleccionistas, por
su hermoso diseño, que cuenta con el blanco y negro de dos jóvenes fotógrafos, Javier
Cabañero Valencia y Fernando Sánchez Fernández. Los objetivos miran, sin
truculencias ni amarillismos, con panorámicas donde la normalidad impone
su ritmo diario; los paisajes de la desolación se van llenando de seres
anónimos que abandonan su silencio en los asientos y pasillos de los nuevos
trenes. Y después, versos que reivindican, desde la palabra, la dignidad del
hombre y su derecho a vivir en paz, una aspiración que ya no tiene el amplio
listado de víctimas que cierra el número.
El director de la publicación, Luis Felipe Comendador, -cuyo poema ha
sido musicado por el cantautor onubense Javier Díaz- como han hecho los
editores de las otras publicaciones reseñadas, destinará los beneficios del
número a asociaciones de afectados y a los familiares de víctimas del
terrorismo.<br />
La editorial Bartleby es la
responsable del ultimo libro comentado, <i> 11-M: poemas contra el olvido</i> que ha sido
coordinado por Pepo Paz y Manuel Rico. Como los
anteriores, nació de la urgencia y del lamento anónimo de un tiempo detenido. Asume una respuesta inmediata que nos sitúa al lado de las víctimas y remarca
la frontera contra la virulencia de lo macabro. En la reacción no se oye una
sola modulación; cada poema es un estado de ánimo: desolación, condena, horror,
sufrimiento, necesidad de sobrevivir... Plural relieve de un paisaje emocional.
El cierre no es un vengativo ajuste de cuentas o la persecución de otra forma
de pensar sobre la que llueven tantos lugares comunes y recelos ante la discrepancia; es expresión de angustia y canto a la vida desde la
tolerancia cultural, desde la integración y el mestizaje, con un texto del
marroquí Abdellatif Laâbi.<br />
Los libros comparten propósitos
de cohesión para cerrar la puerta al discurso apocalíptico y al mar de asfalto
de un pesimismo cuyos rasgos concretos son los efectos del atentado. El derribo
requiere una reconstrucción de las ideas y de la sensibilidad. La conciencia
poética está enmarcada en el tiempo que le ha tocado vivir; el acto de
escritura es una oportunidad para conocer un horizonte reflexivo común, que
sale del ensimismamiento y muestra su adhesión al pálpito del entorno.<br />
Sentimientos en forma de palabras solidarias para buscar un hueco en la
memoria, para reiterar, en la desolación y en la impotencia, en la angustia,
aquellos versos de Blas de Otero: aunque haya desaparecido la risa y la ternura
se desangre por una cicatriz abierta al miedo, nos queda la palabra.<br /><o:p> <br /><div style="text-align: right;"> </div><div style="text-align: right;">JOSÉ LUIS MORANTE</div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div></o:p><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p><span style="text-align: justify;"> </span> </div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-78051449138108889282024-03-10T09:24:00.004+01:002024-03-10T09:24:31.048+01:00ÍNVENTAR UN ANDÉN<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFNCtrvTW2buigK3bbHC5jPghfejhNw272A0MnNCemmz-cLRRTvpqmvNdDdln1XrBewWyD-wYo6XilAAQPc0KyiCli84WHFHnu5Es0wy0dcealcyW4aSJVUtnQbzfwmzfBl30OuSmgBEmcRY9sV6mDKegMX4zhwEUT4HemVYNSsg1VlzNa2pxcAVq8rxg/s3264/IMG_20171030_082143.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1836" data-original-width="3264" height="225" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjFNCtrvTW2buigK3bbHC5jPghfejhNw272A0MnNCemmz-cLRRTvpqmvNdDdln1XrBewWyD-wYo6XilAAQPc0KyiCli84WHFHnu5Es0wy0dcealcyW4aSJVUtnQbzfwmzfBl30OuSmgBEmcRY9sV6mDKegMX4zhwEUT4HemVYNSsg1VlzNa2pxcAVq8rxg/w400-h225/IMG_20171030_082143.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Escrito en el agua</i><br />Tailandia</td></tr></tbody></table><br /> </p><div style="text-align: left;"><a name="_Toc26026619">DESDE MI SOLEDAD A TI CAMINO<br /></a><o:p> <br /></o:p>Desde mi soledad<br /> voy a tu encuentro,<br />con la justa impaciencia<br />de quien regresa a casa.<br />A cuestas traigo<br />herrumbres y estiajes,<br />algún dolor disuelto<br />llenando la mochila.<br />No rescatéis mis huellas;<br />viene conmigo el aire<br />y fueron los testigos<br />incontables insomnios,<br />menas de albura y sombra,<br />noches frías, palabras y silencios.<br /><o:p> <br /></o:p>Desde mi soledad<br />a ti camino,<br /> con la certeza intacta<br />de que tú mientras tanto<br />inventas el andén que ha de acogerme.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><span style="mso-spacerun: yes;"></span> (<i>Rotonda con estatuas</i>, 1990)<br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" /><o:p> </o:p></div><h2><o:p></o:p></h2>
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JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-57195263011311750812024-03-09T08:00:00.016+01:002024-03-09T08:00:00.139+01:00SARA VANÉGAS COVEÑA. FLOR DE ARENA<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcC72N2oRrtYFbr3Bm6CFpE-h3RbXoALJBIIPEOpE-Ccgk3IJpQ0_KXGtNal_JqZx4f0ylXU-FxsjoEbYbt9BxfNRP6_xyPBI8hGoD6eEBfmdnM-fOGAGXlMG-cz7XgMPcUnstYuQv5CdIwKREYTeAz28XNbi4lfwFrbKO8Wa1VJkATVOLKQjos9Vc4tg/s2902/3d-Sara.png" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2902" data-original-width="2668" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcC72N2oRrtYFbr3Bm6CFpE-h3RbXoALJBIIPEOpE-Ccgk3IJpQ0_KXGtNal_JqZx4f0ylXU-FxsjoEbYbt9BxfNRP6_xyPBI8hGoD6eEBfmdnM-fOGAGXlMG-cz7XgMPcUnstYuQv5CdIwKREYTeAz28XNbi4lfwFrbKO8Wa1VJkATVOLKQjos9Vc4tg/w368-h400/3d-Sara.png" width="368" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Flor de arena<br /></i>(Selección poética)<br /><b>Sara Vanégas Coveña<br /></b>Imágenes de Fernando Espinosa Chauvin<br />Ediciones Línea imaginaria<br />Centro Editorial La Castalia<br />Quito, Ecuador, 2023<br /><br /><br /></td></tr></tbody></table><br /> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="margin-left: 0cm; text-align: center;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">GOTAS DE SOL</i><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p></o:p></b></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 0cm; text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><o:p> </o:p></b></p>
<div style="margin-left: 0cm; text-align: justify;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El balance <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Flor de arena </i>permite un plano general de la escritura de Sara
Vanégas Coveña (Cuenca, Ecuador, 1950), muro vertical del espacio lírico
latinoamericano actual. Doctora en Filología Germánica, con intensa formación
humanística y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>amplio dominio idiomático,
es poeta, ensayista, investigadora, promotora cultural y docente universitaria.
Su cercanía creadora ha generado un fecundo trayecto cuya obertura es
la entrega <i style="mso-bidi-font-style: normal;">90 Poemas</i>, editada en
1980. El quehacer completo abarca más de cuatro décadas, un ancho intervalo cuajado de reconocimientos y con amplia presencia en abundantes antologías.<br /> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Eugenia Washima añade a la compilación el prólogo “La música
sumergida en la poesía de Sara Vanégas Coveña", partiendo de una consideración
vertebradora: la estructura poética como “búsqueda incesante de la perfección
formal y la experimentación”. Un propósito que se tiende a alcanzar desde la
desnudez y la intensidad, con mínima cimentación versal, donde se podan lo
anecdótico y la dicción prosaica y predecible. Queda entonces un entramado
simbólico, hecho de concisión y levedad.<br /><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Las palabras no describen, sugieren, alimentan la elusión; de este
modo, la bellísima expresión “Flor de arena” reivindica el espacio
onírico de lo intangible. Una floración inexplicable y enquistada en lo etéreo
que contrapone realidad matérica a una dimensión transcendente e imaginaria, asentada en la contemplación interior.<span style="mso-spacerun: yes;"> <br /> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La
propuesta poética comienza con el libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">PoeMAR
</i>(2000), un conjunto de textos que convierte el paisaje líquido en una
analogía desplegada de plenitud y belleza. La indagación se hace hondura
fundacional y transcendente; adquiere una dimensión reveladora, como si nos
mostrara horizontes imaginarios, sin coordenadas. Cada poema cultiva la dimensión
minimalista de un pensamiento, una grieta de belleza condensada.<br /><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Junto al mar como referente básico del
sustrato argumental, emerge una meditación sobre la finitud y la condición
crepuscular de la existencia. Con amplia vía metafórica se perfilan estados
como la soledad, el vacío, la ausencia, la muerte, el olvido o la falta de
asideros sentimentales que aboca en el desamparo.<br /><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La
muestra poética del siguiente libro <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Más
allá del agua</i>, aparecido en 1998, aporta interrogaciones en torno al
destino y la condición de ser. El hablante lírico deambula por un cambiante
marco de representación, convertido en terco receptor de sombras. Captura sensaciones y
esperanzas, silencios y voces que caen en el musgo frío de los
significados: “las palabras: inútiles huesecillos de pez en la inmensidad del
oleaje”. Especial mención merece el poema “La espera”, a nuestro juicio una de
las mejores composiciones de la antología. Los versos dibujan la soledad como
un lugar incierto, ubicado en la tensión. La intimidad busca senda
para el encuentro común, pero la voluntad camina a destiempo y nunca es posible
el abrazo; el amor se hace cruce de caminos e intersección de sombras, y el
encuentro del yo consigo mismo es también un tanteo en la grisura neutra del
espejo.<br /><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Aunque con mínimo aporte textual, también
está incluido <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Versos trashumantes-La flor
de arena </i>(2014). En la escritura persiste el enunciado fragmentario y la
cadencia sálmica y pausada que propicia una atmósfera de evocación, ajena a
escenarios concretos, como instantáneas de paisajes perdidos que
recuerdan al desierto por su mutismo y soledad. Se percibe una clara sensación
de continuidad en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">De la muerte y otros amores
</i>(2014). Persisten los itinerarios por ciudades de bruma y siglos, por
geografías imposibles, como esas arquitecturas metafísicas y deshabitadas del
pintor italiano Giorgio de Chirico, siempre alzadas con extrañas perspectivas.<br /><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Al
andar </i>(2000) esboza sendas que hacen del tiempo un caminar de sombras
buscando espacios y posibilidades. Solo la ausencia expande su rumor
inadvertido, como si la condición del ser hilvanara paradójicos recorridos que
solo es posible habitar en duermevela, en ese tránsito que esbozan juntos la
vigilia y el sueño. El pensamiento echa al vuelo imágenes que parecen
fragmentos de espejismos habitados. Pero también de espacios físicos que
generan una nítida afinidad expresiva como la blancura de saurio de los
Pirineos o la arquitectura histórica de Andalucía, siempre proclive a la mirada
honda del discurrir temporal y al rescate de sus rincones más emblemáticos.<br /><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los poemas finales pertenecen a la entrega <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Entrelíneas </i>(1987) y sus versos insisten
en generar esas ilusiones que cuestionan la realidad. Nace así una belleza
intangible, dispuesta al lenguaje de la percepción que conforma reflejos de lo
que somos. De igual modo, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Indicios </i>(1988)
enhebra composiciones deshuesadas al máximo, líneas que suturan el caminar del
pensamiento como si apenas abriera la boca para dejar conciencia de un estar
deshabitado. Con la precisa eficacia del aforismo cada poema parece reducido a
un mínimo sentido. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Música de agua </i>(2017)
se acentúa el eco dialogal del poema; la palabra se hace meditación y
cercanía, parpadeos de vida y de nostalgia. Las palabras callan la voz para oír
lo inadvertido, un silencio que es símbolo del fluir y crece desde dentro. Crea
un manto denso que se desplaza y cubre todo.<br /><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Flor
de arena </i>suma a la poesía contenida las imágenes
fotográficas de Fernando Espinosa Chauvin, cuyo trabajo visual, se ha expuesto
en más de una docena de países, impulsando publicaciones y exposiciones siempre
atentas a la experimentación visual y al desarrollo de nuevas técnicas fotográficas.<br /><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La personalidad creadora de Sara Vanégas Coveña aspira a lo trascendente desde el verso lacónico. Lejos de lo anecdótico, la senda lírica se hace paradigma de concisión. Invita al silencio y elige la brevedad como estrategia cognitiva. Aventa formas expresivas que buscan su propia metafísica del silencio, ese
lugar aleatorio y subjetivo, solo entrevisto por la callada conciencia del sujeto.</div><div style="margin-left: 0cm; text-align: justify;"><br /></div><div style="margin-left: 0cm; text-align: justify;"><br /></div><div style="margin-left: 0cm; text-align: right;">JOSÉ LUIS MORANTE</div><div style="margin-left: 0cm; text-align: right;"><br /></div><div style="margin-left: 0cm; text-align: right;"><br /></div><div style="margin-left: 0cm; text-align: right;"><br /></div><div style="margin-left: 0cm; text-align: right;"><br /></div>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 0cm; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal" style="margin-left: 0cm; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal" style="margin-left: 0cm; text-align: justify;"><o:p></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-53926047690589269342024-03-08T08:00:00.009+01:002024-03-08T08:00:00.137+01:00ELLA<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiEGWBCdZ4rwR6SJE22n9I2JTq_F_lqxlDqFHAg9haOHz4EAEzTWyKAJWgLMKhHCNnVEIU58aWk122f_f9z30AY4bHYv44AIyg8-yKCCBzOZ2yCj2t9_Yj4xYtQysw3R8CUDGvzr0KVCHodJlrklbti3YaJp9r6gJX_jD42AAn3fsF00eHT567YH1wAmy8" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="" data-original-height="1361" data-original-width="749" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiEGWBCdZ4rwR6SJE22n9I2JTq_F_lqxlDqFHAg9haOHz4EAEzTWyKAJWgLMKhHCNnVEIU58aWk122f_f9z30AY4bHYv44AIyg8-yKCCBzOZ2yCj2t9_Yj4xYtQysw3R8CUDGvzr0KVCHodJlrklbti3YaJp9r6gJX_jD42AAn3fsF00eHT567YH1wAmy8=w220-h400" width="220" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Tarde en Venecia<br /><br /></i></td></tr></tbody></table><br /></p><p style="text-align: left;"></p><div style="line-height: 115%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p> <br /></o:p></i><a name="_Toc26026653">HOMENAJES<br /></a><o:p> <br /></o:p>De Malena recuerdo la sonrisa,<br />perdida en el trastero de los besos.<br />De Penélope, claro, las demoras<br />por esa indesmayable afición al ganchillo.<br />De Amanda la estadística<br />que racionalizaba los rechazos<br />y una balada dulce que compuso<br />el cantautor chileno Víctor Jara.<br />De Aldonza, el mal aliento,<br />las caderas, el brazo campesino<br />y el suceso banal siempre azaroso<br />que empujó al buen Quijano<br />a dibujar un rostro, Dulcinea.<br />De Marta la metódica exigencia<br />de cobrar al contado cada noche<br />con la eficacia gris del prestamista.<br />La sórdida apariencia, las ojeras,<span style="mso-tab-count: 4;"> <br /> </span>y una aguja hipodérmica en el brazo<br />son dolorosos restos de una muerte<br />de cuyo nombre no quiero acordarme.<br />De María Kodama el laconismo,<br />y la dedicatoria insobornable<br />de aquel ciego inmortal, Jorge Luis Borges.<br /><o:p> <br /></o:p>De Adela el <i style="mso-bidi-font-style: normal;">aleph</i>
cómplice<br />que guarda a cada nombre el sitio justo.<span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES;"><br clear="all" style="mso-special-character: line-break; page-break-before: always;" /></span><o:p> </o:p></div><div style="line-height: 115%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;"><o:p> (Del libro <i>Causas y efectos, </i>1997)</o:p></div><div style="line-height: 115%; margin-bottom: 10.0pt; margin-left: 0cm; margin-right: 0cm; margin-top: 0cm;"><o:p> </o:p></div>
<h2><o:p></o:p></h2>
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<br /><p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-70823650639052145112024-03-07T08:00:00.007+01:002024-03-07T08:35:09.427+01:00JACINTO HERRERO ESTEBAN. POESÍA COMPLETA<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirRaAOq_wTZ9DChovZ-19lgGSszpMCl3qMd_xWeA6bGSfswJHdQhb8f7U9Xni6pH5J_X82r8nSawpqrJpKZRlOXdOIQLKLHXq7eFtN7Rr4p5S9-a1RV4LeIv5OW2zHn0G7x9k4Bb9ZHANab9oPx8GYAtGjfr8uZAMGZfC2RyW3vKa3ZbQrJtFTPq6AFa4/s3377/IMG_20240306_091631.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="3377" data-original-width="2233" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirRaAOq_wTZ9DChovZ-19lgGSszpMCl3qMd_xWeA6bGSfswJHdQhb8f7U9Xni6pH5J_X82r8nSawpqrJpKZRlOXdOIQLKLHXq7eFtN7Rr4p5S9-a1RV4LeIv5OW2zHn0G7x9k4Bb9ZHANab9oPx8GYAtGjfr8uZAMGZfC2RyW3vKa3ZbQrJtFTPq6AFa4/w265-h400/IMG_20240306_091631.jpg" width="265" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Poesía completa</i><br /><b>Jacinto Herrero Esteban</b><br />Prólogo y edición de<br />Antonio Pascual Pareja<br />Ediciones de la Institución Gran Duque de Alba<br />Excma Diputación de Ávila<br />Ávila, 2023</td></tr></tbody></table><br /> <p></p><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><b><i>EL VERBO DESNUDO</i></b></div><o:p><div style="text-align: center;"><b><i> </i></b></div></o:p><o:p> <br /></o:p><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La antología <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Grito de alcaraván.
(La riqueza del alma acrecentada)</i> (Vitrubio, 2006)<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>acoge una amplia muestra del itinerario creador de Jacinto Herrero
Esteban (Langa, 1931-Ávila, 2011), seleccionada por José Luis Molina Martínez,
responsable también del introito. El liminar subraya aspectos de una poesía a
trasmano de cualquier andadura colectiva que tiene como clave definitoria la
interioridad trascendente del ser. Ahora, en el arco final de 2023, el paisaje
lírico ofrece una panorámica total con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poesía completa</i>, una obra con prólogo y
edición de Antonio Pascual Pareja, que reúne todos los poemarios publicados, un
puñado de composiciones anticipado en revistas y no recogidas en libro y añade
varios textos recobrados.<br /><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Nacido
en la comarca de la Moraña abulense, vasta penillanura machadiana, en el seno
de una familia de labradores con numerosa descendencia, pertenece por edad a la
celebrada Generación del 50, cuyos componentes principales, nucleados en torno
a la Escuela de Barcelona, nunca coincidirán con él en proyectos personales o
literarios. Estudia los cursos de bachillerato en Valladolid y, tras pasar por
el Seminario Diocesano de Ávila, se ordena sacerdote en 1956. Como tal ejerce
en Managua y, a su regreso en 1959, en localidades como Madrigal de las Altas
Torres y Monsalupe. Tras obtener la licenciatura en Filología Románica en
Madrid se dedica a la docencia durante más de tres décadas.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Su labor se inicia en 1964, cuando amanece <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El monte de la loba </i>en la colección El Toro de Granito, que había
fundado con su amigo José Luis López Narrillos. En esa entrega los versos de
“Inicial” actúan como clarificadora poética: la poesía redime el pasado,
recupera un pretérito contingente y lejano que a través de la palabra adquiere
un latido germinal, otra palpitación renacida. Los recuerdos acuden hasta el
poema porque encuentran en él un refugio que pospone la cita con el olvido. En
esta temprana salida el tiempo será núcleo temático vertebrador. En él arde la
existencia, hecha memoria y evocación.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La siguiente colección, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tierra de
los conejos </i>(1967), obedece al propósito de indagar en los orígenes de la
geografía peninsular, cuando los primeros pobladores de la piel de toro forjan la
cultura prerromana y contribuyen a crear rasgos colectivos identitarios.
Artífices de un legado ancestral, de esos balbuceos colectivos en la tierra de
los conejos va surgiendo una forma de ser. El nosotros habrá de moldear en el
discurrir una querencia natural y evocativa de un pasado milenario. El poemario
incorpora topónimos como Langa, fiel espejo del ciclo estacionario, o Ávila,
que sirve de contraste con otros sitios y despierta en la distancia un
sentimiento elegíaco. La nube de lugares de paso conforma un mapa afectivo donde
se enlaza paisaje y sujeto. El nomadismo del testigo hace de la palabra un
despliegue de itinerarios afectivos.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ávila la casa </i>(1969) debe su
título a Miguel de Unamuno. En este poemario se glosa una ciudad que suscita en
la voz poemática sentimientos contradictorios. Sirve de apertura un soneto de
Leopoldo Panero en el que se proyecta una imagen idealizada de la urbe: en su
severidad amurallada se encierran cualidades como la pureza, la paz y la
quietud. Cada uno de los versos, en lúcido ejercicio de intertextualidad, es
retomado en las composiciones del poeta abulense. El libro extrema la preocupación
formal y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se utilizan estructuras
cerradas; todos los textos del primer apartado son sonetos. Conviene recordar
que la estrofa fue empleada profusamente en el paréntesis temporal de la
posguerra por los garcilasistas y los poetas sociales como Blas de Otero, José
Hierro y Gabriel Celaya, aunque la Generación del medio siglo prefiere el verso
libre. Las tres composiciones finales se dedican a su pueblo natal, Langa, cuyo
paisaje, una dilatada llanura para la labranza, habita en la memoria revestido
de lugar áureo; en él se guardan los rescoldos de un universo afectivo
atemporal. La tradición literaria también tiene una fuerte presencia en esta
entrega que aglutina algunas composiciones enunciativas y dos traducciones de
Salvatore Quasimodo, hechas como homenaje al magisterio y cercanía del poeta
italiano.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La trampa del cazador </i>(1974) la mirada del primer lector, José
Jiménez Lozano, paisano y amistad perenne, sirve de introito. El escritor
resalta la huida de cualquier esquema poético al uso. La voz se focaliza en
personajes que viven secuencias muy marcadas en el epitelio biográfico, por las
que el tránsito vital adquiere un horizonte nuevo tras ese diálogo con los
ausentes. El encierro de Juan de Yepes en Toledo, apresado por los frailes calzados
opuestos a la reforma carmelita, da pie a un memorable poema que exalta la
entereza frente a un tiempo sombrío. Teresa de Ávila protagoniza “Crónica de
otoño, <st1:metricconverter productid="1582”" w:st="on">1582”</st1:metricconverter>
en el trayecto de la vida a la muerte, tras el largo periplo de fundaciones.
Hay otras entidades representativas que no tuvieron aceptación social; son
perdedores cuyo mérito principal fue ser coherentes con el fluir natural de su
pensamiento en circunstancias adversas. En ellas, Miguel de Cervantes alumbró a
un iluminado Quijote. En su locura atisba la verdad tras descender a la cueva
de Montesinos. En ellas también, llega a puerto Fray Luis de León, privado de
libertad por el Santo Oficio. También figurantes son el prisionero Torcuato
Tasso, un solitario Francisco de Quevedo, en San Marcos; el desahuciado Luis de
Góngora…Una nutrida compañía de vencidos en la noche oscura de la existencia
que ha visto la verdad y ha protagonizado un largo viaje interior.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Poema a poema, asistimos a la admirable conducta de criaturas
vulnerables que en su corto vuelo se libraron de las trampas del cazador. A
menudo, Jacinto Herrero Esteban les concede voz propia a través del monólogo
dramático; otras veces, el hilo argumental elige el enfoque distanciado del
narrador omnisciente. Así se trazan instantáneas, bagajes vivenciales que
aportan conocimiento y experiencia; las microhistorias sitúan al escritor en un
posicionamiento ético al glosar vidas que se realizan al dictado de la
conciencia, ajenas a presiones que actúan como inquisidores sociales. Son
conductas luminosas que reflejan una fortaleza interior curtida e intocable.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La primera edición de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Solejar de
las aves</i> se realiza en Bilbao en 1980. Se limitó a una tirada de un
centenar de ejemplares y fue ilustrada por M. A. Espí. Se trata de una muestra
poética de amplia simbología donde las aves representan el instante auroral, el
comienzo sin encañar de la amanecida existencial. No en vano el solejar define
la solana, ese lugar expuesto al sol que invitaba en los pueblos castellanos al
laborar femenino del punto y la costura.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Una fauna diversa y generosa
caligrafía el cielo; inspira una poesía descriptiva, que acumula detalles y
excusa lo confesional. Los poemas adquieren apariencia de fábulas por su
carácter didáctico y la enseñanza moral que trasmiten: “No os dé miedo vivir;
sed como ellos”. La curruca recuerda, diminuta y ligera, la fragilidad de la
pobreza; la picaza sugiere el talante de quien guía su conducta por el bien
personal; la oropéndola en su estar invisible nos deja luz y canto; el negro
vuelo de los tordos sugiere la inminencia del dolor. Otras aves que sobrevuelan
los versos nos dejan, solitarias o en bandadas, la perfecta simetría de las
siluetas en vuelo, ese laborar luminoso que une en su diáspora contra el viento
tierra y cielo.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Aparentemente desgajado del conjunto, el poema “Gaspar Hauser” aborda un
asunto calderoniano: la vida es sueño; el sujeto mora en una cárcel en cuya
entrada pende el letrero que Dante situara a las puertas del infierno:
abandonad toda esperanza; somos Segismundo, reos castigados por el mero hecho
de existir. Una nota final del editor aclara que el poema es un homenaje a uno
de sus hermanos, fallecido el mismo año que escribió el poema.<br /> <span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El punto de partida de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los poemas de Ávila </i>(1982) <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vuelve a ser la ciudad tutelar, un lugar en
presente continuo que nunca perdona los recuerdos. En “Dormida esfinge”, un
poema que utiliza el alejandrino, la arquitectura milenaria de Ávila aparece
como un inventario de lugares de construcción solemne cuyos muros opacos se
hacen símbolo de vacío. El ahora parece solitario y despojado, como si las
calles hubieran perdido sus pasos en el pretérito. Las tierras abulenses del
valle de Corneja fueron motivo estéticos del pintor Benjamín Palencia, a quien
se ciñe el soneto “Tierra de Benjamín” que recuerda su mirada plástica. Los dos
textos finales son elegías en las que se resalta un paisaje hospitalario,
siempre cerca de una sedentaria melancolía.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La composición metaliteraria que da título al poemario sirve de inicio a
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">La golondrina en el cabrio </i>(1993). La
escritura es un proceso de búsqueda cuyo destinatario es la belleza ideal,
aquella que trasciende las formas y colores y permanece oculta a los sentidos.
En este título está muy marcada la huella de la tradición. Desde el poema de
salida, se destilan referencias al legado cultural, casi siempre centrado en
Grecia. Homero tiene un aporte extraordinario. Se suceden nombres literarios:
Atenea, Odisea, Lot, Dafne, Dionisos, Sileno… Aunque no faltan los momentos
meditativos sobre la condición del hombre: el corto vuelo de los días de
infancia, la piedad filial, o la melancolía del solitario que regresa al fondo
oscuro del misterio son racimos temáticos de una entrega que muestra un
renovado afán por la variedad de asuntos.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Como en el anterior, en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Analecta última
</i>(2003)<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>no existe un camino
argumental unitario. Los temas son bandos de vencejos que alzan vuelo y
muestran una floración de piezas casi autónomas. Se celebra la amistad y el
entorno; si “Espí” es un poema sensorial y cromático, que sirve de homenaje al
pintor, en “Volver a Langa” se enaltece el territorio de origen.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Reconocido con el Premio Fray Luis de León, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La herida de Odiseo </i>(2005), la estación poética de Jacinto Herrero
Esteban evoca la presencia literaria. Arquetipo del ausente, Ulises u Odiseo,
el personaje homérico, culmina el regreso. Ya en Ítaca, en la casa<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de siempre, indaga en las enseñanzas de lo
acontecido. Una cicatriz marca en su piel la huella de un tiempo lejano en el
que ejercitaba el valor y el coraje. Le quedan la memoria y el cansancio.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Extractos de <st1:personname productid="La Odisea" w:st="on"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">La Odisea</i></st1:personname><i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>sirven de umbral a cada poema. Los
versos recrean la paciente labor de Penélope, las aventuras del navegante, la
hermosa faz de Nausícaa y nuevos mimbren como el itacense Femio y el feacio
Demódoco, habitan los legendarios episodios novelescos. Como síntesis final, el
inédito “Grito de alcaraván” concluye la antología. El grito reiterado del
alcaraván resume la labor del poeta al recuperar en las horas crepusculares la
nitidez de los días. Rebobinar las respuestas escritas en el pasado supone un
reencuentro con nuestra identidad.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>En 2009, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Bootes niño </i>consume
los últimos pasos del poeta. El extraño título alude a una de las constelaciones
señaladas por Ptolomeo y sirve al escritor para una breve nota personal que
define la entrega como una compilación de recuerdos fotográficos de la
infancia. Vuelve el niño encarnado aquellas peculiares tareas del pueblo, como
ser boyero y llevar los mansos bueyes al pilón. Es sabido que la tradición
cristiana nutre uno de los veneros más fértiles del libro, hasta convertirse en
subtema referencial.<br /> <span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La excelente edición de Antonio Pascual Pareja integra como coda de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Poesía completa </i>un completo arsenal de
anotaciones para indicar referencias argumentales, variantes textuales y
procedencia del material metaliterario. De este modo, el trabajo adquiere la
fuerza de una edición canónica que reivindica las coordenadas poéticas del
abulense y la calidad de su cuerpo verbal.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>poesía de Jacinto Herrero Esteban
deja una impresión de solidez intelectual y transparencia clásica. Frente a lo
explícito biográfico que define la lírica de muchos coetáneos, el autor
prefiere entrelazar las líneas subterráneas de la tradición cristiana y
humanista y el espacio privado como viaje introspectivo al conocimiento. Son
estímulos reflexivos el declinar del tiempo, el lugar propio, las relaciones
del hombre con los elementos de la naturaleza y las sombras de identidades
reales o imaginarias. Así va formulando su singular dialéctica del ser y el
decorado emocional de la existencia. Ejes catalizadores de esa luz misteriosa
que habita en el poema y busca indeclinable la belleza.</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: right;">JOSÉ LUIS MORANTE</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><br /><o:p> <br /></o:p><span style="mso-tab-count: 6;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></div><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><o:p></o:p></p>
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<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-52897370872252919552024-03-06T09:28:00.002+01:002024-03-09T10:48:30.861+01:00ABRIR LAS ALAS<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglEMsu7aKpnpjlczVKRrJDdkHUaSKtoLM4UotMXLbIxt11DtzFRwjyQOW9JX3zZfH6xoPsoDN-41cvt3LY1l6YBVY7ef_yG4VqX7N7ZqMLlSsh5Yug5yEIRnfXi0Lhyhn4C2pjCPfvvUypFl98miSIuHe2pB_kWlo0YeGGxrxk28Yj_OXKTi3JB1f9sRI/s2823/IMG_5167.jpeg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2823" data-original-width="2310" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglEMsu7aKpnpjlczVKRrJDdkHUaSKtoLM4UotMXLbIxt11DtzFRwjyQOW9JX3zZfH6xoPsoDN-41cvt3LY1l6YBVY7ef_yG4VqX7N7ZqMLlSsh5Yug5yEIRnfXi0Lhyhn4C2pjCPfvvUypFl98miSIuHe2pB_kWlo0YeGGxrxk28Yj_OXKTi3JB1f9sRI/w328-h400/IMG_5167.jpeg" width="328" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Lectura en Cáceres</i><br />Asociación Cultural Norbanova</td></tr></tbody></table><br /><p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><i>ABRIR LAS ALAS<o:p></o:p></i></b></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><i> </i></b></p><div style="text-align: left;"><div style="text-align: center;"><b>(Aforismos)</b></div><b> <br /></b><b> <br /></b>Solo habla consigo cuando hay un intérprete disponible.<br /><o:p> <br /></o:p>La impaciencia aconseja hornear semillas.<br /><o:p> <br /></o:p>El toldo del tragaluz es un oxímoron.<br /><o:p> <br /></o:p>Entre los misterios de la inteligencia, el empeño de
ocultarse a diario.<br /><o:p> <br /></o:p>Quien no sabe dónde ir mantiene siempre un inquebrantable compromiso
con el traspiés.<br /><o:p> <br /></o:p>La humildad cumple con mérito la función de ser nota a pie
de página.<br /><o:p> <br /></o:p>Rareza: una amistad sin ánimo de lucro.<br /><o:p> <br /></o:p>Cuando aletea cerca, el optimismo recuerda la mínima vibración
de una libélula.<br /><o:p> <br /></o:p>Esas voces que visten a diario papel de lija y ganan altura
cuando callan.<br /><o:p> <br /></o:p>Acabé identificando su belleza con el vacío; en ella, todo
es nada.<br /><o:p> <br /></o:p>Es acaparador y avaro; cuando respira guarda el oxígeno y el
anhídrido carbónico.<br /><o:p> <br /></o:p>Qué triste la lectura volátil, la que no tiene huellas
dactilares.<br /><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /><div style="text-align: right;">(<b>José Luis Morante</b>)</div></o:p> <o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p> </div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-5470664282039713212024-03-05T10:00:00.003+01:002024-03-05T10:00:38.329+01:00CARENCIAS FÍSICAS<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhquEyND_bARIMOc7ByasnwVGEFOADdNcCh8XOmQ1ZTp8a1-zWtaUXSuOwJ3VPRiRBk3jgnzFExgbz-bhz0K7f2yJMEqqhfZfbT1U8Kso56MjfDk_y2VRzml6h82LkYy-k-zH9K_OQsV43y00SqQsj_mjNK6CIhMJek9VKF2fs9UyIIt2PJp5lRGRWDaBI/s4627/JLMORANTE_BN.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4627" data-original-width="3085" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhquEyND_bARIMOc7ByasnwVGEFOADdNcCh8XOmQ1ZTp8a1-zWtaUXSuOwJ3VPRiRBk3jgnzFExgbz-bhz0K7f2yJMEqqhfZfbT1U8Kso56MjfDk_y2VRzml6h82LkYy-k-zH9K_OQsV43y00SqQsj_mjNK6CIhMJek9VKF2fs9UyIIt2PJp5lRGRWDaBI/w266-h400/JLMORANTE_BN.jpg" width="266" /></a></div><br /> <p></p><div style="text-align: left;"><div style="text-align: center;"><b><i>CARENCIAS FÍSICAS</i></b></div><o:p> <br /><div style="text-align: right;"><i>Haber nacido me arruinó la salud</i></div></o:p><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><div style="text-align: right;"><i><o:p> </o:p></i></div></i><div style="text-align: right;">CLARICE LISPECTOR</div><o:p> <br /></o:p><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Mi ausencia de sentido del humor se incrementa cuando aparecen algunas
carencias físicas como la otitis; la pérdida auditiva transforma voces y ecos
en veces y ocas, una alternativa verbal que no oculta la magia del relato.<br /><o:p> <br /></o:p><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Hay sueños que estremecen por su voluntad de personalizarse en un cuerpo
concreto. Nacen desde la urgencia y recorren la distancia con el paso eficaz de
quien no teme ni la humedad ni la nieve.<br /><o:p> <br /></o:p><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Cuando discuto conmigo, me cuesta refutar mis argumentaciones.<br /><o:p> <br /></o:p><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La salud ignora su naturaleza de paréntesis; es un funambulista sobre un
cable sin red.<br /><o:p> <br /><div style="text-align: right;">(Apuntes para el
diario)</div></o:p></div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-26081058739329327222024-03-04T08:00:00.004+01:002024-03-04T08:35:40.658+01:00JOSÉ LUIS PERDOMO. OBRAS ENCOGIDAS<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl_armW2LnpFdPoEw86jFi0x44-ZL6NY_6a3DIOxklTyJ9jazXAmMmdj12z9kRIsMGyKQTWIA9p0kae9DHdDeMT6jGMPQydXQftWPhRT9v00Ej74s-xDQbeo_II3fUC7a9aICU8Wo-8glCILUgiFvPOtVhTTJTz8nAnrqtOJGqT5cqgTfUeyZAizRNEwc/s900/Cubierta-OBRAS-ENCOGIDAS.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="643" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhl_armW2LnpFdPoEw86jFi0x44-ZL6NY_6a3DIOxklTyJ9jazXAmMmdj12z9kRIsMGyKQTWIA9p0kae9DHdDeMT6jGMPQydXQftWPhRT9v00Ej74s-xDQbeo_II3fUC7a9aICU8Wo-8glCILUgiFvPOtVhTTJTz8nAnrqtOJGqT5cqgTfUeyZAizRNEwc/w286-h400/Cubierta-OBRAS-ENCOGIDAS.jpg" width="286" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Obras encogidas</i><br /><b>José Luis Perdomo</b><br />Ediciones de la Isla de Siltolá<br />Colección Aforismos<br />Sevilla, 2023</td></tr></tbody></table><br /> <p></p><p align="center" class="MsoNoSpacing" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">MODULACIONES <o:p></o:p></span></b></p>
<div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-align: justify;"> </span><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-align: justify;">Experto en tecnología literaria y creador de
la plataforma digital Bitácoras (2003), José Luis Perdomo (Algeciras, Cádiz,
1973) se une al momento cenital del aforismo con la entrega </span><i style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-align: justify;">Obras encogidas</i><span style="font-family: "Times New Roman", "serif"; font-size: 12pt; text-align: justify;">, un conjunto de textos
mínimos que despliega ironía desde el acertado título y desde la cita de
entrada en alemán, que incorpora esta reflexión de púlpito de quien desconfía
de la solemnidad: “(Citar en otras lenguas da un aire distinguido)”.<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Así pues, los esquejes verbales, que abren
mediodía al lector, despliegan coloquialismo cercano. Son instantáneas que entrelazan
inteligencia emocional, pensamiento observador y autocrítica: “¿El primer hombre?
El mono más mono”. La textura reflexiva del decir conciso de José Luis Perdomo
arranca con observaciones sobre el contexto más habitual, donde siempre es
posible un reiterado deambular por luces y sombras: “En la librería muchos
ojeadores y pocos hojeadores”, “Los libros son inofensivos. Todavía no se ha
escrito uno que te enseñe lo que no quieres aprender”, “Salvo Borges, todos
recurrimos al humor básico de vez en cuando”. Este primer tramo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Obras encogidas </i>constata la fluidez de
lo laborable; los asuntos funcionan como correas de trasmisión que viajan de un
elemento a otro, siempre desde el enunciado minimalista, para asentar sobre el
suelo de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lo diario la semilla fecunda de
la lógica. Quien comparte reflexiones es un yo pensante acodado en la barra del
bar. En sus palabras late un lenguaje diáfano, donde conviven la observación
del territorio existencial y el civismo al que se adhieren los reflejos del
escaparate, los ineludibles instantes que dispersa el viento.<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>El libro es presencia continua de la brevedad
entre el calmo fluir de las palabras, a veces salpicadas del humor a granel:
“Algunos libros están para chuparse las neuronas”, “Me apresuré a escribir este
librito al cumplir cuarenta y nueve porque dicen que la creatividad decae a los
cincuenta”, “Pasada la infancia, todos vivimos del cuento”, “Por ser un olmo
nadie me pidió peras”. Otras veces la caligrafía minimalista es fruto y
homenaje de lector agradecido: “Lo bueno de Salvago es que nunca deja de ser
Salvago”; “Juan Ramón tenía una mala leche maravillosa”, “Huidobro, un
plagiario entre plagiarios”, “Qué alivio recordar cada tanto que nada me
pertenece. Gracias, Cioran”. O este otro que tienen un entrañable destinatario
personal: “la poesía mayor puede dejarte, literalmente, sin aire; y la menor
sin aliento. (A Karmelo C. Iribarren.)”. También es frecuente entre los
estratos reflexivos, el metaforismo, esa interrogación del texto mínimo cuando
se mira en el espejo para leer la incierta razón de las palabras: “El aforismo
cuanto más largo más cortito”, “Que el aforismo es un género parece no suscitar
hoy ningún género de dudas”, “Los grandes aforismos no terminan en punto sino
en punta”, “El aforista devuelve sus capturas al río”, o esta convicción que
parece poner punto y seguido a los signos encendidos del género: “Definir
limita, pero cada nueva definición de aforismo no hace sino ensanchar su
significado”.<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los
signos encendidos de la realidad dejan la sospecha de que no hay preguntas
suficientes, más allá del cuestionamiento estéril. El equívoco lastre sigue
formulando nuevas dudas y paradojas; sondea con frecuencia el poso cultural de
la religión, con Dios como protagonista en primer plano, siempre con el dibujo
de la silueta humorística o irónica: “No consuela saber que el mal es un mal
necesario”, “Difícil conocerte a ti mismo, tratándote de usted”, “Ya verás
cuando Dios se despierte de la siesta”<br /></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Toda
verdad requiere siempre un periodo de tanteo. En la escritura aforística de
José Luis Perdomo el escepticismo es esa sombra indefinida que acompaña al
sujeto en el aprendizaje de su educación sentimental. Los aforismos de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Obras encogidas </i>van y vienen con
claridad introspectiva; el lenguaje se hace transparencia. Es un paraguas compartido
para eludir la lluvia liviana que pone frío y tos en la epidermis.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div><div style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<p align="right" class="MsoNoSpacing" style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;">José
Luis Morante </span></b><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></p><p align="right" class="MsoNoSpacing" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></p><p align="right" class="MsoNoSpacing" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></p><p align="right" class="MsoNoSpacing" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></p><p align="right" class="MsoNoSpacing" style="text-align: right;"><span style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></i></span></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-61552173760716018082024-03-03T09:35:00.000+01:002024-03-03T09:35:07.489+01:00LAS MANOS SUCIAS<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr6mjE2ZrAvn-4AVMkL1YDdVLOSjrr2FCKIbYLvbwGYfd-XLZh9bD5qRZi-BmAn931DdLuhN0IAnPRjb2gCu5MVxJiyn0iOM0hgBtvslHS_DcXcxNWOgtoyuFBZk_v40zieZm1ZoC2RUuReNSGguTZcrfH4V_9mI4pUUeHQVIzWlnO61DDgN9O0KJ0-F0/s4155/Morante%20193%20ret.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2912" data-original-width="4155" height="280" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhr6mjE2ZrAvn-4AVMkL1YDdVLOSjrr2FCKIbYLvbwGYfd-XLZh9bD5qRZi-BmAn931DdLuhN0IAnPRjb2gCu5MVxJiyn0iOM0hgBtvslHS_DcXcxNWOgtoyuFBZk_v40zieZm1ZoC2RUuReNSGguTZcrfH4V_9mI4pUUeHQVIzWlnO61DDgN9O0KJ0-F0/w400-h280/Morante%20193%20ret.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Pausa</i></td></tr></tbody></table><br /> </p><div style="text-align: left;">QUEJAS</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Son quejas rutinarias que se enquistan,</div><div style="text-align: left;">proyectiles</div><div style="text-align: left;">que nos hieren el ánimo</div><div style="text-align: left;">y transforman los postres</div><div style="text-align: left;">de un banquete festivo</div><div style="text-align: left;">en insípido hojaldre.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Mana la herida y anuncia su presencia gota a gota,</div><div style="text-align: left;">junto a la claridad dudosa</div><div style="text-align: left;">de una esquina</div><div style="text-align: left;">donde mudas se cruzan</div><div style="text-align: left;">convicciones.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">La queja sigue ahí;</div><div style="text-align: left;">perdura imperativa</div><div style="text-align: left;">en la tensa vigilia.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"> (De <i>Ninguna parte</i>, 2013)</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><br /></div>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-73776880344542136972024-03-02T09:22:00.003+01:002024-03-02T09:22:51.763+01:00ELOGIO DE LA SOMBRA<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7g1zfl5Q9iyNZlwi0qa_QnccGTfo4EyjSvsnK2-dPmT7gQYUyt60rFp3RH2994GcVAjzTt19YbXeAINyp9SJ3201G_pWhkZ_Ukjex0Qlx1xM_jZI6kF5mdhhxfvP2EAicqET4FljWOKCOgVvCq6C5hLkRQKT4ENni_T-vOuS7HduASyh0NLE-NmuYSpA/s612/istockphoto-1090149396-612x612%20(1).jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="408" data-original-width="612" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg7g1zfl5Q9iyNZlwi0qa_QnccGTfo4EyjSvsnK2-dPmT7gQYUyt60rFp3RH2994GcVAjzTt19YbXeAINyp9SJ3201G_pWhkZ_Ukjex0Qlx1xM_jZI6kF5mdhhxfvP2EAicqET4FljWOKCOgVvCq6C5hLkRQKT4ENni_T-vOuS7HduASyh0NLE-NmuYSpA/w400-h266/istockphoto-1090149396-612x612%20(1).jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>En compañía</i><br />Fotografía<br />de<br /><b>Alex linch</b><br />(Archivo digital IStockphoto)</td></tr></tbody></table><br /> </p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><i>ELOGIO DE LA SOMBRA<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><o:p><b><i> </i></b></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"> La
cómplice intimidad con mi sombra creció tanto que siempre caminaba detrás de
mí. Poco a poco, el convivir diario borró las difusas fronteras que nos
separaban. Ahora desplazamos pasos comunes. Yo soy ese hueco visible que va
delante.<o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">(De <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cuentos diminutos</i>)<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p> </o:p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p> </o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-69562700303211203672024-03-01T08:43:00.000+01:002024-03-01T08:43:41.892+01:00Y MAÑANA MEJOR<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg09EkbF2xbcIuKPZ7TD89CP1FZfVUeOtw3-tFGqPAxrFdc08Lqwa6gw_DeVlvwzVY2Aa9mOdFbMqgLu8xd46tCKr60fbNGpf5ALIn2gsnpWZznEBQcp7yfgE5FX_Ufohq7xGyh8hcH2NeUfv6H_8jlR7sCUWk-jI5wqa77ffbsybCxqdvMQuuC45aeWaY/s1300/166704951-un-contrato-sobre-una-mesa-de-trabajo-de-madera-con-gafas-y-un-l%C3%A1piz-rojo-los-documentos-est%C3%A1n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="867" data-original-width="1300" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg09EkbF2xbcIuKPZ7TD89CP1FZfVUeOtw3-tFGqPAxrFdc08Lqwa6gw_DeVlvwzVY2Aa9mOdFbMqgLu8xd46tCKr60fbNGpf5ALIn2gsnpWZznEBQcp7yfgE5FX_Ufohq7xGyh8hcH2NeUfv6H_8jlR7sCUWk-jI5wqa77ffbsybCxqdvMQuuC45aeWaY/w400-h266/166704951-un-contrato-sobre-una-mesa-de-trabajo-de-madera-con-gafas-y-un-l%C3%A1piz-rojo-los-documentos-est%C3%A1n.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Tareas pendientes</i></td></tr></tbody></table><br /></p><div style="text-align: center;"> </div><div style="text-align: center;"><b><i><br /></i></b></div><div style="text-align: center;"><b><i>Y MAÑANA MEJOR</i></b></div><p></p><div style="text-align: left;">A
diario mantengo el cívico disfraz de la esperanza. Han sido meses de mucho
trabajo y este mes, donde el libro es elemento esencial, dejará sitio a dos
nuevas entregas personales y a dos estudios con otros autores. Una excelente
cosecha que merece celebración amistosa con los amigos. Cada libro no es más
que una actitud de asombro frente a lo contingente.<br /> <o:p> <br /></o:p>Permanecen
los garabatos del encuentro.<br /><o:p> <br /></o:p>Si
ves un resplandor descarta el endiosamiento. Una vela no es una estrella.<br /> <o:p> <br /></o:p>Signos
de alegría frente al ordenador. Tras días en casa, vencido y desarmado por la
neurótica saturación de lo doméstico, otra vez la buhardilla adquiere su
apariencia natural. Ya están los libros en su sitio, he colocado en otros
estantes los que nunca releo y he reciclado la poesía que ha envejecido mal y
que ahora me mira con ojos de extrañeza.<br /><o:p> <br /></o:p>Ojos
de vuelta; la vida es un reguero de ceniza pero hay que preservar el
sentimiento de positivismo con esas amistades que duran mientras somos útiles.<br /><o:p> <br /><div style="text-align: right;">(Apuntes del diario)</div></o:p><o:p> <br /></o:p><o:p> </o:p></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><o:p></o:p></p>
<p align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;"><o:p> </o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-83687556186756822832024-02-29T08:00:00.001+01:002024-02-29T08:00:00.246+01:00EMILIO LÓPEZ MEDINA. LUEGO SERÁS MEJOR QUE JOVEN<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCwF9BoXFIs7KsE5NR1ejG_p_fvzoXG65zzNDqXNMFJUN1J0hiT53ZeoW1kUKYNLqt0jyY1UB3Chr1yKrB4yN9adcdayuEadcBjnqbukDeDOTDv8uaXbCcRN6xUPeJ0D-gYEy_8qm1ZyHAZrJ6kzl52KT1rOyUqpF9YqJmprDw9-DNW6RWCSgf3Nqt3sA/s321/9788412744132.webp" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="321" data-original-width="229" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCwF9BoXFIs7KsE5NR1ejG_p_fvzoXG65zzNDqXNMFJUN1J0hiT53ZeoW1kUKYNLqt0jyY1UB3Chr1yKrB4yN9adcdayuEadcBjnqbukDeDOTDv8uaXbCcRN6xUPeJ0D-gYEy_8qm1ZyHAZrJ6kzl52KT1rOyUqpF9YqJmprDw9-DNW6RWCSgf3Nqt3sA/w285-h400/9788412744132.webp" width="285" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Luego serás mejor que joven</i><br />99 pensamientos sobre la vejez<br /><b>Emilio López Medina</b><br />Apeadero de Aforistas<br />Sevilla, 2024</td></tr></tbody></table><br /> </p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">LLEGAR A SER LO QUE ERES<o:p></o:p></i></b></p>
<div style="text-align: justify;"><br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>El lento desplazarse de los días adquiere con el paso de los años un
ritmo insólito, como si la conciencia del yo percibiera en la esquina la
cercanía de la meta. Esta sensación no debe, en ningún caso, poner sombras en
nuestra percepción de las cosas. La conciencia vigilante debe habitar lo diario
vestida con una perenne disposición al asombro. Emilio López Medina está, como
yo mismo, en ese caminar indeciso que se acerca a la mano del invierno y reúne
en la entrega <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Luego serás mejor que joven
</i>el balance reflexivo de noventa y nueve pensamientos sobre la vejez, etapa
crepuscular que nos lleva hacia la última costa.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Siempre atento a los ejes
meditativos de la vida, el filósofo y aforista se busca a sí mismo en el espacio
quebradizo del discurrir. A la luz del pensamiento, explora efectos y trata de
comprender o asumir las consecuencias con el mirador abierto de la razón. La
sensibilidad de los textos elige el enunciado filosófico de cuño existencial,
más que el aforismo normativo que busca el destello efectista en su formulación
lacónica. Como si fuese el reflejo invertido de la juventud, la vejez sustituye
la lozanía fisiológica por la introspección mental. EL escritor contrapone
ambas etapas del existir, no desde la estridencia de la confrontación sino
desde la armonía de lo complementario. Juventud y vejez dialogan y argumentan; incardinan
un diálogo que hace de cada etapa un puente a transitar, un recorrido al paso de
claridad y conocimiento que nunca pierde su textura emotiva. El árbol se busca
en la raíz y el entusiasmo juvenil emprende un largo viaje con destino
desconocido. La inquietud del periplo va cambiando de manera sutil la forma de
mirar el entorno: la prisa se sosiega y el afán de acaparar se mitiga y tiende
al despojamiento. Como asevera el filósofo: “Llega un momento en que la
comprensión-que sube- y el interés- que baja- se encuentran. Es el momento de
inflexión a partir del cual comienza a comprenderse todo y a no interesar
nada”.<br /> <span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Asumir la nueva realidad libera de dos infecciones frecuentes en esta
edad: la decepción y el nihilismo: la primera nace de la negación del ideal, de
la tendencia a sobredimensionar las esperanzas y posibilidades de lo real; el
nihilismo es una proyección del ánimo pesimista. Condensa sombras. De los
garabatos de ambas actitudes emanan daguerrotipos de tinta negra que alimentan
el ensimismamiento y la huida interior. Para la supervivencia del ánimo, hay
que desterrar cualquier compasión y fortalecer los músculos de la conciencia. El
nuevo amanecer vital sugiere que para existir hay que seleccionar aspiraciones,
ahondar en lo que permanece, profundizar en experiencia y sabiduría y en el
conocimiento de la naturaleza humana. Los años reclaman sus hipotecas y
carencias; susurran al oído que “La vida en ellos ya no está montada sobre el
entusiasmo (…) sino sobre la supervivencia”.<br /><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span></i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Con una dicción confidencial y cercana, los textos
de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Luego serás mejor que joven </i>de
Emilio López Medina<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> </i>conforman una recapitulación
sobre la individualidad, cuajada de paradojas e inflexiones. No es posible el
regreso, pero sí la alianza feliz con el pasado que ofrece la memoria. Tras el difuso
territorio de la evocación todavía somos otros. Y son otros también hechos y
sentimientos, libres de la arqueología cansada de la inmediatez. En el
entrelazado entre pretérito, ahora y porvenir es un afán complejo llegar a ser
lo que somos. Con la fidelidad de la coherencia, acumular años es una
reivindicación del camino como aprendizaje. También del empeño de preservar ese
niño interior al que le blanquea el cabello. Son hermosas ocupaciones para nuestros
recursos filosóficos. Emilio López Medina conoce bien esa luz misteriosa que
alumbra el intimismo de las ideas y su voluntad de búsqueda. Tal vez por ello,
sus esquejes mentales tienden poco a la queja. Prefieren poner distancias y
calmar la persecución incesante de fines inaccesibles. Quedan los recuerdos. Regresan
y convulsionan la sensibilidad, alojan sus indicios en el cauce ensimismado del
presente con la caricia del sol a mediodía. Perduran con la voz introspectiva
de la memoria en pie. Mientras, con franqueza sutil y pensativa, el tiempo nos
descubre que la música de fondo es olvido y silencio, y que es deseable no
desafinar en la partitura del presente, ese canto del gallo que se empeña en
prolongar a solas el último concierto.<br /><o:p> </o:p></div>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p> JOSÉ LUIS MORANTE</o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p><br /></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p><br /></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: right;"><o:p><br /></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-19138127883005368862024-02-28T08:00:00.001+01:002024-02-28T08:00:00.133+01:00ENTUSIASMOS<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-1rYDlbFVEfgE7vPJWeduNELTCQLhY_pnLFzbkf2rjBGXV90_acluwlDkg8hhByV_6pgCHO4V7DgN2OmFLI6djPzmJjzq1IP03bX3Fk8G0HFGIyCs8BCiIjkfDP8vP1vot-BwVLfKewCo2hdmAc0X7pw7Ca5dB_u7BIuLdCXlAJ83QtxhxNMrPMo76jQ/s2000/07-iphone-15-pro-1.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1210" data-original-width="2000" height="243" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-1rYDlbFVEfgE7vPJWeduNELTCQLhY_pnLFzbkf2rjBGXV90_acluwlDkg8hhByV_6pgCHO4V7DgN2OmFLI6djPzmJjzq1IP03bX3Fk8G0HFGIyCs8BCiIjkfDP8vP1vot-BwVLfKewCo2hdmAc0X7pw7Ca5dB_u7BIuLdCXlAJ83QtxhxNMrPMo76jQ/w400-h243/07-iphone-15-pro-1.webp" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Escaparate de novedades</i><br />Imagen<br /><i>de</i><br /><b>Digital Trends Español<br /><i><br /></i></b></td></tr></tbody></table><br /><p></p><div style="text-align: center;"> <b><i>ENTUSIASMOS</i></b></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Habla de su libro con el entusiasmo de quien tiene un móvil de última generación.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Por un resquicio desapercibido de la mesa de trabajo asoma la tibia de un aforismo.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Era un insurrecto irredimible: pensaba.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Odia cordialmente las sombras ajenas; sospecha que quitan sitio a la sombra propia.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Supone que la fuerza de sus argumentos anula la ley de la gravedad.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Mucha gente dentro; también la decepción.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: right;">(Entusiasmos)</div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div><div style="text-align: right;"><br /></div><p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-41008024881000241722024-02-27T08:00:00.048+01:002024-02-27T09:21:51.117+01:00ALBERTO GARCÍA-TERESA y DAVID TRASHUMANTE (Eds). ÚLTIMA POESÍA CRÍTICA <p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoSshpuJoh4cE-GJkOPD9af6mJKdwejzIi7gTYOVJRd1FXvr6gF0bTuVxJvU-of1FP6CxpmzcLyFmFiD4YFrnzN4rYBBSMSEii5ob-EOvaKT0GgWImumUtyet3ky8zbtfYyzHtrISUDPjLBCK1MdhdvocoeDo7MmDXtkvY_TbVbEr0UVO1KICc519QuCo/s2204/UPC_PORTADA.webp" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="2204" data-original-width="1400" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjoSshpuJoh4cE-GJkOPD9af6mJKdwejzIi7gTYOVJRd1FXvr6gF0bTuVxJvU-of1FP6CxpmzcLyFmFiD4YFrnzN4rYBBSMSEii5ob-EOvaKT0GgWImumUtyet3ky8zbtfYyzHtrISUDPjLBCK1MdhdvocoeDo7MmDXtkvY_TbVbEr0UVO1KICc519QuCo/w254-h400/UPC_PORTADA.webp" width="254" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Última poesía crítica</i><br />Jóvenes poetas en tiempo de colapso<br /><b>Alberto García-Teresa y David Trashumante</b><br />(Prólogo, selección y epílogo)<br />Lastura Editorial<br />Madrid, 2023</td></tr></tbody></table><br /> <p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">PALABRAS EN PIE<o:p></o:p></i></b></p>
<div style="text-align: justify;"><o:p> </o:p> <br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Anoté en una lectura un verso de Tomás Sánchez Santiago que siempre me
ha parecido una definición ejemplar sobre el compromiso ético de la poesía:
“Cuando escribes te manchas de ti mismo”. En la soledad del quehacer diario lo
pronuncio en voz alta para que el taller de autor sepa qué coordenadas marcan
el propio laboreo. Las palabras no son inocentes. No alojan pasivos receptores.
Están ahí para descubrir la intención de quienes las pronuncian, para que
preserven desde el lugar del sujeto en el yo colectivo una mirada ética. Para
que supuren vivas y muestren las cicatrices <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del lenguaje.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Alberto García-Teresa (Madrid, 1980), poeta, narrador, crítico literario
y antólogo, y David Trashumante (Logroño, 1978) poeta, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">performer</i> y agitador cultural, presentan
la antología <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Última poesía crítica</i>,
subtitulada <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Jóvenes poetas en tiempos de colapso. </i>Completan un pentagrama
de treinta y cuatro veces jóvenes, nacidas a partir de 1992. La clave común entre
los seleccionados es que sus poemas nunca son ajenos al ruido de fuera. Las composiciones hacen recuento de las grietas más profundas que definen el ahora
y, desde su oscuridad, sostienen la arquitectura de resistencia de las palabras.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>En el texto de presentación, los editores recuerdan que la idea de esta
compilación nació en el encuentro Voces del Extremo 2023, impulsada por Raúl
Castañeda, quien advirtió sobre la creciente marea de poesía crítica. Quedaba
delimitar el intervalo temporal. Y fue el año 1992, de gran relevancia social
por el Quinto Centenario de la conquista de América, los juegos olímpicos de
Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla, junto al declive de las
mayorías socialistas, la fecha biográfica de inicio. Comenzaba, poco a poco, un
nuevo ciclo social y económico que constataba el triunfo del neoliberalismo.
Era ineludible la implantación de una globalización económica que convertía el mercado en máximo exponente de la realidad social. Otros hechos históricos
fueron goteos constantes sobre la conciencia: el cambio climático, la
sedimentación de las ideologías extremistas y los desajustes entre
progreso y subdesarrollo. La entrada en el nuevo milenio ha generado otras
consideraciones que no pasan inadvertidas para los sentidos del poema: la
ecología, la lucha por la igualdad, las nuevas tecnologías y los incontables
conflictos que han impulsado éxodos y grandes movimientos migratorios. Así
nacen, en las nervaduras del poema, un colapso de asuntos en pie que requiere tratamientos singulares.<span style="mso-spacerun: yes;"> <br /> </span><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>En las tareas de agitación de la poesía crítica abundan las travesías de
amanecida, los pasos que estrenan libros en la última década. Ahí se asienta el despertar de los nacidos en 1992: Celia Bsoul, Alba G., Miki Garofalo,
Yeison F. García López y Ángela Martínez Fernández. El año de nacimiento sirve
como faro de orientación del libro, sin otros aditamentos generacionales que
vivir en el mismo entorno con similares características contextuales. Emerge un sustrato poético comunicativo y prosaico, con tendencia a lo explícito
y con hilos temáticos similares. El poema se despoja de recursos literarios
para avanzar hacia un coloquialismo que fragmenta el rechazo hacia un ahora
desapacible que ubica en la periferia del sistema a los más débiles, a los
diferentes, a los que llegan buscando futuro desde ninguna parte.<br /> Los nacidos en 1993 comienzan con
Joan Deusa que aporta composiciones en valenciano en las que se asienta un
suelo de ceniza y melancolía, una óptica más reflexiva. Están representados en
las voces de Mayte Gómez Molina, Julio León y Alejandro Pérez-Paredes. Las
perspectivas caminan sobre el feminismo, la precariedad laboral, la
equidistancia de la sociedad frente a los conflictos enquistados en el tiempo o
la prolongación de estereotipos en el cauce social.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Sobre el foco encendido de 1994 están Víctor Benavides Escriba, Jesús
Godofredo aka Siku, Brenda Mondelo, Francisco Javier Navarro Prieto, Ismael
Ramos, David Silvestre y Daniel Martínez Bauzá. Este grupo de poetas incorpora
el gallego como lenguaje poética y el poema en prosa con Ismael Ramos, uno de
los nombres claves de la selección, ganador en 2022 del Premio Nacional de
Poesía Joven Miguel Hérnández con su poemario <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ligero</i>.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los textos escogidos
reiteran la sensación de intemperie social y hacen de la soledad, la ecología o
el extrañamiento espacios incisivos del poema para anotar el grito y el compromiso.
La apuesta por nombres inéditos incorpora a David Silvestre.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>También se integran añadas líricas de 1995, con Carlos Catena, como
referente central; 1997, que aloja a Rocío Acebal, otra voz fuerte y bien
conocida, y Raúl Castañeda, galvanizador de la antología. El inventario sigue
hasta Ander Villacián, representante más joven de 2003.<br /><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>Tras la copiosa lluvia de poemas, el epílogo de los editores, inspirado
en una cita de Enrique Falcón, poeta, miembro fundador del colectivo Alicia
Bajo Cero y uno de los mejores teóricos de la poesía de la conciencia, subraya
algunos aspectos conclusivos sobre el estado actual de la poesía, ya analizado
con sabia pericia por Martín Rodríguez-Gaona en su ensayo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Contra los influencers. Corporativización tecnológica y modernización
fallida (o sobre el futuro de la ciudad letrada).<br /><o:p></o:p></i><span style="mso-spacerun: yes;">
</span>La coyuntura digital ha multiplicado los modelos conductivos y la
expansión insólita del mensaje. Ha facilitado la configuración de una praxis
literaria basada en una supuesta democratización cultural. Sin embargo, para el salto
generacional la realidad es mucho más sombría. El yo se ha convertido en medida
de todas las cosas, con mínima fuerza de lo colectivo y sin sentido
autocrítico. La homogenización es un hecho incontestable que hace de la poesía
con conciencia crítica una necesidad básica porque la decepción y el
descontento afloran en la coyuntura binaria con la pujanza de siempre. De este
modo, la capacidad de indignación es un sentimiento que requiere una enunciación
directa y singular en cada identidad literaria. Cada vez más, en el colapso, para que la palabra no se convierta en polvo la
acción revolucionaria del poema, la ventana del grito a la intemperie buscando una respuesta. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></b></div><div style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></b></div><div style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;">JOSÉ LUIS MORANTE</span></b></div><div style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></b></div><div style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></b></div><div style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></b></div><div style="text-align: right;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></b></div>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p></o:p></p>
JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-16448252837670549332024-02-26T08:00:00.003+01:002024-02-26T08:00:00.238+01:00UN TROMPO QUE GIRA<p></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsoybMvBwRNxQGHSfwh17dZg1PhRJ7YHfn-CKpy7UA6NMurK6p8yq2PFMU6zZvHOfC48QbqaRsbSI6fd3dpx5QMdoGepnrT8F0Ta3FyvbHT-dRt07igalD_2Lcfs5YogDKbLt1pAXK9Tybv6sQU76gEmd2PrSDNKTd4Y7diNFNIe1hOZr6hN4ERt7nNuU/s1024/4067015912_26e1c47119_b.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1024" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgsoybMvBwRNxQGHSfwh17dZg1PhRJ7YHfn-CKpy7UA6NMurK6p8yq2PFMU6zZvHOfC48QbqaRsbSI6fd3dpx5QMdoGepnrT8F0Ta3FyvbHT-dRt07igalD_2Lcfs5YogDKbLt1pAXK9Tybv6sQU76gEmd2PrSDNKTd4Y7diNFNIe1hOZr6hN4ERt7nNuU/w400-h300/4067015912_26e1c47119_b.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Recorridos</i><br />Archivo digital<br /><b>Flickr</b></td></tr></tbody></table><br /> <p></p><p align="center" class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: center; text-indent: 1.8pt;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">UN TROMPO QUE GIRA</i></b><o:p></o:p></p>
<div style="margin-left: 34pt; text-align: left; text-indent: 1.8pt;"><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;"> </span></div><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;">La escritura de Anne Carson trasciende sus propios bordes. Muchos
significados quedan fuera de alcance. Están llenos de puntos ciegos, pero mis
interpretaciones fallidas no me dejan la sensación de fracaso. Es un material
sin género, duro, obsesivo, singular, que rechaza el ojo frío de la disección.
Hay que leer sin más, contemplar un trompo que gira.</span></div><o:p><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;"> </span></div></o:p><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;">La esperanza de entender también afecta al pie quebrado de lo diario,
cuyos componentes nunca resuelven la contradicción, esa simultaneidad de amargo
y dulce, de sensaciones de frío y de la color que pueblan el mapa de las
emociones.</span></div><o:p><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;"> </span></div></o:p><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;">Sobre la mesa </span><i style="text-indent: 1.8pt;">Microlitos</i><span style="text-indent: 1.8pt;">, y
esta definción complementaria: “Microlitos. Mínimos guijarros arrastrados por
el cauce existencial que erosiona y disgrega”. Así define el poeta rumano Paul
Celan (Chernivstsi, 1920-París, 1970) sus aforismos y breves en prosa, una
miscelánea que hace de la fragmentación y lo disperso una reflexión verbal. Es
conocido el copioso diálogo que el quehacer intelectual de Paul Celan mantuvo
con la filosofía, el psicoanálisis, la tradición religiosa judeocristiana y su
acercamiento a distintos ámbitos lingüísticos centroeuropeos. Así forjó una
obra singular en la que tiene un largo recorrido la angustia existencial, el
incansable absurdo del devenir diario, la preocupación metalingüística y las
paradojas de la comunicación entre el ser y la nada.</span></div><span style="mso-spacerun: yes;"><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;"> </span><span style="text-indent: 1.8pt;">Buena parte de los aforismos
recogidos en esta obra son pálidas virutas de taller, frases sueltas que fuera
del contexto adquieren un sentido difuso. Aunque de cuando en cuando salte el
destello capaz de iluminar un pensamiento.</span></div></span><o:p><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;"> </span></div></o:p><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;">Los afectos llenan la casa a diario; son esos sonidos claros que se abre
a la realidad o dan voz a los sueños. Secreta música donde habitan las horas en
los hilos del tiempo.</span></div><o:p><div style="text-align: justify;"><span style="text-indent: 1.8pt;"> </span></div></o:p><div style="text-align: right;"><span style="text-indent: 1.8pt;">(Apuntes del diario)</span></div><o:p><div style="text-align: right;"><span style="text-indent: 1.8pt;"> </span></div></o:p></div>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: justify; text-indent: 1.8pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: justify; text-indent: 1.8pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: justify; text-indent: 1.8pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: justify; text-indent: 1.8pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: justify; text-indent: 1.8pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: right; text-indent: 1.8pt;"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-left: 34pt; text-align: right; text-indent: 1.8pt;"><o:p> </o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-34676071102952439882024-02-25T08:00:00.004+01:002024-02-25T08:00:00.238+01:00TIERRA EN BARBECHO<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7VhgNWoGM4HYcvQ9-7MMRZTDT_q-7sZG1sSzikxRdNPa1yMHSgKe-p0gBgt2DWn04zPJ5KrjPQRySe1zKURBstMuWdC7FWA_iVzgfqpqdiQZEr2SMPITm7mwFQ9ylOPdStkcbWuyFrMi4YVF1Uw6AZB_CxuWO8BZfPhxr6GkXWqA72pAPp5_gOckDvRg/s1600/Rivas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1200" data-original-width="1600" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh7VhgNWoGM4HYcvQ9-7MMRZTDT_q-7sZG1sSzikxRdNPa1yMHSgKe-p0gBgt2DWn04zPJ5KrjPQRySe1zKURBstMuWdC7FWA_iVzgfqpqdiQZEr2SMPITm7mwFQ9ylOPdStkcbWuyFrMi4YVF1Uw6AZB_CxuWO8BZfPhxr6GkXWqA72pAPp5_gOckDvRg/w400-h300/Rivas.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Cortados de Rivas<br /><br /></i></td></tr></tbody></table> </p><p style="text-align: center;"><span style="text-indent: 21.2pt;"><b><i>TIERRA EN BARBECHO</i></b></span></p><p><span style="text-indent: 21.2pt;">Si miras con atención el lugar que ocupas, donde estás no
hay nadie.</span></p><p><span style="text-indent: 21.2pt;">En el apagado discurrir del tiempo, adanes primigenios que
aguardan todavía una manzana.</span></p><p><span style="text-indent: 21.2pt;">El </span><span style="text-indent: 21.2pt;"> </span><span style="text-indent: 21.2pt;">verbalismo
artificioso encala la escritura, pinta fachadas de víspera de feria.</span></p><p><span style="text-indent: 21.2pt;">En la madeja de la gratitud se apelmazan los hilos sueltos.</span></p><p><span style="text-indent: 21.2pt;">Los viernes aseguran un tedio prometedor, hecho de puntos
suspensivos.</span></p><p><span style="text-indent: 21.2pt;">En la poesía bucólica, espontánea colaboración de una coral
ecológica: piedras, juncos, pájaros y nubes…</span></p><p><span style="text-indent: 21.2pt;">En las conversaciones con desconocidos los intermediarios
más eficaces son la elusión, la sensatez y el silencio.</span></p><p><span style="text-indent: 21.2pt;">La poesía es un yo caligráfico, angustiado por su propia
identidad.</span></p><p><span style="text-indent: 21.2pt;">Aversión a la lógica. Un pensamiento único y en continuas
tareas de agitación.</span></p><p style="text-align: right;"><span style="text-indent: 21.2pt;">(Aforismos en barbecho)</span></p><p style="text-align: right;"><span style="text-indent: 21.2pt;"><br /></span></p><p style="text-align: right;"><span style="text-indent: 21.2pt;"><br /></span></p><div style="margin-left: 191.2pt; text-align: left; text-indent: 21.2pt;"><o:p> <br /></o:p><o:p> <br /></o:p><br /></div>
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<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-376472660343204574.post-16730984206946221362024-02-24T10:06:00.005+01:002024-02-24T10:06:46.529+01:00HACIENDO OTOÑOS<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJTMf030p6Q9_Gw4gFt2HTlBDiB2r7DRcaI2TVgn09mJ71Z082znCL4QU-l5eltmVSDwtRCF6QO-dUnFWYA4QGTQE9C_cWKec8VZEgNBwQN-G4kAQ4Xou6d5hD_oHWUzHe1wDBg7vS9u23sENmyMhY8Cq0t26ParUUmoGaXy44WEO0sRHPf2TAOocrkHE/s2048/IMG-20210404-WA0006.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1536" data-original-width="2048" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJTMf030p6Q9_Gw4gFt2HTlBDiB2r7DRcaI2TVgn09mJ71Z082znCL4QU-l5eltmVSDwtRCF6QO-dUnFWYA4QGTQE9C_cWKec8VZEgNBwQN-G4kAQ4Xou6d5hD_oHWUzHe1wDBg7vS9u23sENmyMhY8Cq0t26ParUUmoGaXy44WEO0sRHPf2TAOocrkHE/w400-h300/IMG-20210404-WA0006.jpg" width="400" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Parque del Retiro, Madrid</i><br />Fotografía<br />de<br /><b>Adela Sánchez Santana</b></td></tr></tbody></table><br /> </p><div style="text-align: left;">HACIENDO OTOÑOS</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"><i style="text-indent: 21.2pt;"> Haciendo
otoños vamos. Nos florece</i></div><div style="text-align: left;"><i style="text-indent: 21.2pt;"> el
otoño en la misma primavera</i></div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;"> (RAFAEL
GUILLÉN, de <i>Pronuncio amor</i>, 1957)</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Emerge cada noche lo perdido</div><div style="text-align: left;">en la espalda curvada de los días</div><div style="text-align: left;">y asienta la verdad de su presencia.</div><div style="text-align: left;">el recuerdo depura</div><div style="text-align: left;">la jornada feliz de quien desanda</div><div style="text-align: left;">y conecta sus pasos</div><div style="text-align: left;">al presente,</div><div style="text-align: left;">en un proceso lento, con fondo de raíz,</div><div style="text-align: left;">oculto y mío.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Otra vez lo disperso germina cavidades</div><div style="text-align: left;">y se ubica tangible en un lugar</div><div style="text-align: left;">salobre, desprendido,</div><div style="text-align: left;">con paredes de luz.</div><div style="text-align: left;">Sus contornos protegen</div><div style="text-align: left;">con un nuevo verdor que empuja y crecen</div><div style="text-align: left;">juncales de esperanza;</div><div style="text-align: left;">los indicios,</div><div style="text-align: left;">de un florecer de otoño,</div><div style="text-align: left;">donde la primavera se bifurca.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">El temblor del olvido</div><div style="text-align: left;">retrocede indeciso</div><div style="text-align: left;">y tantea en el margen</div><div style="text-align: left;">un drenaje sombrío,</div><div style="text-align: left;">cuando, dócil, la calma</div><div style="text-align: left;">amarra la retina con escorzos.</div><div style="text-align: left;">Simultáneas imágenes retornan</div><div style="text-align: left;">y suman planos vivos al transcurso.</div><div style="text-align: left;"><br /></div><div style="text-align: left;">Arde conmigo todo lo perdido;</div><div style="text-align: left;">reclama su fulgor rescoldo propio</div><div style="text-align: left;">y esplende el extravío contra el cielo.</div><div style="text-align: left;">Entre los dedos quema un hilo frágil</div><div style="text-align: left;">tensando la certeza inapelable</div><div style="text-align: left;">de que todo, por fin, cabe en su sitio.</div><p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p>
<p class="MsoNormal"><o:p> </o:p></p>
<p class="MsoNormal"><b><i> José Luis
Morante<o:p></o:p></i></b></p>
<p class="MsoNormal"><o:p></o:p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: left;"><b><i> </i></b></p>JOSÉ LUIS MORANTEhttp://www.blogger.com/profile/01413216612588799618noreply@blogger.com0