martes, 16 de agosto de 2011

PIANISTA





















Pianista

El lustre de charol
secuestra la mirada;
los dedos armonizan
la dócil simetría de blancos y negros.
Encorvados escorzos interpretan
el son de los acordes.
Se desprende la música
como liviano esqueje;
adivina contornos
de un árbol escondido;
transforma en luz visible la raíz.
Ella libera notas,
yo soy el terco afán
que piensa una elegía.
Conciliatorio el tiempo se detiene
y retrasa mi búsqueda.

   (La noche en blanco, pág. 27)

1 comentario:

  1. Tratemos de encontrar en la música el plectro para la belleza. Los versos elegíacos los traen las musas, con la edición matinal de los periódicos.
    Te sigo leyendo.
    Un beso.
    B.

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