Entrega de Premios Literarios en la Sala Miguel Hernández
(Rivas) con Delia Vaquero y Fabriciano Requejo.
Los concursos literarios tienen mala fama. Prodigan opiniones en su contra los que nunca consiguen el primer premio, pero suelen enviar reiterativos originales a todos los concursos que se convocan por las atribuladas concejalías de cultura de la geografía municipal española. La relación entre vencedores y no premiados es desigual: sólo uno consigue el galardón y el resto pasa a formar parte del papel reciclado, así que es complejo abordar la equidad y los merecimientos. El olvido no gusta a los que están seguros de su condición de genios.
Los concursos son plurales y diversos y no se mueven por un único patrón de comportamiento, del mismo modo que no todos los españoles son del Real Madrid, consumen la programación de Tele 5 o se arrancan con unos tanguillos flamencos cada vez que se beben una copa de vino. Desechar tópicos y lugares comunes es un trabajo intelectual de aquellos que suelen hablar con conocimiento de causa, sin prodigar lecciones éticas desde ningún púlpito.
Hace unos días los responsables culturales de Covibar, una entidad ciudadana de mi localidad, me invitaron a la entrega de premios de una convocatoria literaria que aglutinaba poesía, relato y epistolario. El salón se llenó de público y resultó una acto entrañable en el que cada uno de los premiados recogió su trofeo, posó para la foto de familia y dibujó en su cara la ilusión de quien emprende un largo viaje por la literatura. Un ejemplo de optimismo vital y de temperatura cordial para el futuro, así que no seré yo quien hable mal de los premios literarios. Confiar en el criterio de los otros no es nunca un argumento desdeñable.
Hola José Luis, permíteme que añada a tu entrada un pequeño detalle.
ResponderEliminarComo bien dices, desconfiar en el criterio de los otros no es nunca un argumento desdeñable, pero sí tiene sus riesgos. Un trofeo siempre es bien merecido ante un jurado, sé de escritores que huyen de los concursos literarios y en mi opinión estoy de acuerdo con ellos, para mí, la literatura es otra cosa que un trofeo.
Aún así, felicidades para quienes lo consiguieron.
Saludos.
Querida amiga, es un placer conocer tus opiniones sobre la entrada. No creo que el optimismo sobre los premios literarios perjudique a nadie. Seguro que los que no quieran concursar encuentran otras vías para sus manuscritos.
ResponderEliminarUn abrazo
Por supuesto que no perjudica a nadie, es evidente.
ResponderEliminarLa vía para esos manuscritos en estos tiempo que corren, suelen ser los concursos literarios. De ahí mi opinión que va más allá de lo que podamos exponer.
Aún así, no niego que pueda participar en alguno; el dinero en época de crisis no elimina ninguna alternativa.
Gracias José Luis, por contestar,
saludos.