Leo a Franz Kafka con frecuencia alevosa. Para entender el mundo. Para entenderme yo. Para interiorizar que el absurdo forma parte de lo cotidiano y hay que respirarlo con sosegada cadencia, sin apremio, sin pánico. La situación política, la idiocia nacionalista y su retaguardia militante, los asesinatos, los atentados contra la dignidad del trabajo bien hecho y la beligerancia de quienes manosean el sentir colectivo en los medios de comunicación son asuntos que me llevan a Kafka.
La biografía del escritor parece disentir de su obra. Fue un modesto judío de Praga cuyo itinerario vivencial estuvo regulado por la rutina de horarios funcionariales que no pueden interpretarse en clave literaria.
Sus relaciones con los demás fueron pobres, como si permaneciera en el umbral del otro o detrás de un cristal que asegurara su confinamiento. El escritor fue un representante típico de una interioridad aislada, que sin embargo observa el entorno con profundo interés. Desconcierta lo que sucede fuera porque la azarosa relación de acontecimientos diarios legitima el absurdo, un absurdo convertido en una seña de identidad colectiva. Un absurdo que necesita ser combatido desde la trinchera de la razón. Por eso leo a Kafka.
Hola, José Luis.
ResponderEliminarLeo a Kafka desde hace años, un neurótico pulido de belleza, indudablemente una belleza que le ayuda a vivir cuando la neurosis es alimentada para salvarse de su propio sufrimiento. Se siente feliz así y no sabe estar de otra manera.
Esas cartas a su padre, esa intimidad que nos enseña, es desgarradora y apasionante.
Te dejo este enlace "Kafka me dijo" que he leído varías veces. Reconozco que con trabajo porque todavía sigo creyendo que como un libro, no hay nada.
nada.http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-1087-2003-12-05.html
Gracias por esta entrada,
Lourdes.
Gracias Jose,
ResponderEliminaracabo de aprender una palabra que no sabía que existía: "idiocia".
y sí Kafka fue un tipo introvertido y neurótico, que no quería que sus manuscritos fueran publicados, pero que gracias a un 'mal' íntimo amigo han llegado a nosotros. Estoy seguro que pese al aparente absurdo de sus historias, ahora mismo tenemos miles de K que se están convirtiendo en escarabajos para no explotar ante la grave situación social que padecemos... a veces el absurdo se vuelve tan real y cotidiano que da miedo.
BORGES...KAFKA..Y JOSE UNA TARDE DE LECTURA MUY AGRADABLE ...PRIMERA VEZ EN SU BLOG Y MUY AGRADESIDO...CHAO
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