El blog de Cyrano
Rosa HuertasEdiciones SM, Madrid, 2012
Antes de exponer las gratas impresiones
lectoras que me ha deparado la tercera novela de Rosa Huertas, Doctora en
Ciencias de la Información y Licenciada en Filología Hispánica, voy a
permitirme una pequeña digresión sobre el acierto de un título que aglutina dos
sustantivos. Como el móvil, el cine tridimensional o el libro electrónico, el
blog es uno de los elementos que definen el ser tecnológico de lo
contemporáneo. Es sabido que el blog o bitácora no es más que el formato actual
del diario escrito; un espacio digital actualizado periódicamente. El blog
compila textos, imágenes, videos o enlaces que conforman un cuaderno vivencial y
sugiere la respuesta inmediata del lector a través de los comentarios. El
segundo sustantivo del título es un nombre propio; de inmediato remite a Cyrano de Bergerac, un drama heroico en
verso escrito por el poeta y dramaturgo francés Edmon Rostand, estrenado en
diciembre de 1897. Recordemos que la identidad fuerte es el poeta y soldado
Cyrano, un sujeto sentimental marcado por una penosa apariencia física; el
tamaño de su apéndice nasal afea el rostro y acompleja el ánimo, por lo que no
se atreve a manifestar su amor por la bella Roxana más que de modo indirecto;
escribe un sentido epistolario que jamás remite firmado con su nombre, e ignora
que su expresión ha cautivado el corazón de Roxana. Que el legado literario se
abra paso en esta tercera entrega de Rosa Huertas es una constante; personifica
la forma de entender la trama de la madrileña. En Mala Luna era la sombra del poeta Miguel Hernández la que buscaba
asiento entre las páginas; en Tuerto, maldito y enamorado la voz
literaria homenajeada fue la del prolífico
Lope de Vega. Y el avance accional de
El blog de Cyrano, desde el
primer capítulo, recupera la historia del malogrado amador para actualizarla y
enriquecer su trazado.
Rosa Huertas elige de nuevo la ciudad de
Madrid como tablero de movimiento. En el Retiro, Sofía, una joven estudiante de
Ciencias de la Información conoce a una de esas estatuas vivas que pueblan los
laterales del lago. El disfrazado de Cyrano gana su interés con los monólogos
que relata y esa confianza permite conocer los avatares biográficos del actor
que guardan simetría con sus sentimientos personales por un compañero de clase
del que, paso a paso, se enamora. El presente abre otra historia de amor no
correspondido, donde las palabras se convierten en liberación para ahuyentar la
melancolía: “una vez leí que los refugios no valen de mucho, pero no se puede
vivir siempre al raso”. Ese es el motivo de la joven aprendiz de periodista
para crear el blog, un refugio donde preservar su intimidad y no dejarla a la
intemperie, cuando la senda de los días elige una ruta equivocada.
La sensibilidad lectora de los dos
estudiantes define su vocabulario de uso. Sofía ama el teatro y la poesía de
autores como Gloria Fuertes y Pablo es un escritor futuro que lee a Luis
Cernuda, Luis Alberto de Cuenca y Ángel González y escribe poemas y relatos, a
la espera de una mayor madurez para intentar adentrarse en la novela. No son
los únicos géneros literarios que se marcan en la escritura. El quiebro narrativo
de la segunda parte, a través del recurso cervantino que incluye en el relato
general un texto autónomo, aporta abundante información sobre el teatro de los
años treinta, que tiene como estrella de las tablas a Margarita Xirgu, primera
actriz a las órdenes de Rivas Cherif y amiga y favorita
de Federico García Lorca, de quien representó prácticamente todo el teatro
escrito por el malogrado poeta granadino.
La autora se siente cómoda en este tiempo
histórico ya que lo investigó en profundidad para Mala Luna; incluso repite algún dato como el menú navideño de
Madrid durante la época del racionamiento: un huevo y una salchicha. El texto descubierto propicia una extensa
investigación que adquiere el carácter de drama y que se define como crónica de
la barbarie vivida en la guerra civil y del oscuro paréntesis de la posguerra.
El relato, por su dramatismo, deja en un segundo plano a la relación entre
Pablo y Sofía.
El tramo de cierre “Puro teatro” resuelve
las claves argumentales con una sorpresa. Cuando la historia sugiere un
desenlace incierto y desesperanzado la literatura reescribe porque su ámbito es
la imaginación, la posibilidad de hacer verosímil la invención. Realidad y
ficción se solapan y comparten límites difusos. Como se apunta en la novela:
“Quizás sólo seamos personajes de ficción de una novela que alguien escribe”.
Distintas coincidencias biográficas entre el
devenir vital de la autora y el personaje de Sofía inciden en la idea de que El blog
de Cyrano no descarta los elementos
autobiográficos. Pero la novela no es un diario oculto sino una muestra más de
la imaginación y del acierto narrativo de Rosa Huertas, cuyo quehacer creador
merece ser seguido con el máximo interés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.