En
los últimos años el circo ha tenido para mí una existencia silenciosa e
inadvertida, así que regresar a las gradas del Circo Price, junto a La Casa
Encendida, me sorprendió con un enfoque inédito; desconocía la severa mutación
del tiempo entre aquel circo ingenuo de payasos y bofetadas y los nuevos
montajes escénicos, acrobáticos y existenciales, conceptuales y minimalistas.
El espectáculo “This is the end”
que impulsa el Circo Escuela Nacional de Francia, dirigido por David Bobee, plantea
una reflexión sobre nuestra existencia, con un punto de partida catastrofista.
Como si el universo saliera de un derrumbe, un estallido nuclear, una pandemia
ominosa o de un regreso al punto crítico de la historia, las escenas casi
siempre sugieren una devastación previa que incita a caminar de nuevo y a
buscar un trayecto en construcción. Todos los elementos domésticos –lámparas,
mesas, sillones, camas…- están revueltos, fuera de su espacio natural, como si
la casa del yo individual, reflejo de un espacio colectivo, se hubiese
convertido en un lugar inhabitable.
La excusa narrativa integra diez cuadros que en su discurrir
fragmentario gozan de clara autonomía y nos dejan sensaciones intensas. A ello
contribuye la música, la desnudez del escenario y la elasticidad insólita de
los actores con desplazamientos de engañosa sencillez: la ascensión al mástil
chino, la cuerda, la báscula coreana, el monociclo, las telas, los malabares…En la puesta en escena, recupero esos ambientes que sugerían el tema de The Doors (1967) que F. F. Coppola incorporó a la banda sonora
de Apocalypse Now, o “Live perfomance” de Pink Floid; sobrecoge el ánimo una
música solemne, reiterativa, neurótica que zarandea el tímpano e impide el
sosiego.
Cada una de las secuencias aporta un texto complementario sobre el
protagonista del número, que se somete a un diálogo introspectivo o a un dilema
moral de respuesta imposible: ¿Qué hacer si en tu existencia sólo cinco minutos
quedaran por consumir? ¿Si has descubierto la libertad, volverías a una ciudad
asediada, donde están tu familia y tus raíces ? ¿Si tuvieses un problema físico
real y tangible, los problemas abstractos te causarían alguna angustia?
“This is the end” tiene una duración de casi dos horas, pero las agujas
de su reloj se mueven con la celeridad de una propuesta que mantiene el interés
del espectador que acaba participando en un diálogo sobre un universo que no es
ni grande ni pequeño, sólo es complejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.