(José Luis Morante. Lectura en Madrid)
DESCONFIANZA
. Desconfío de las biografías
legendarias, que no saben de quién es su pasado.
. Desconfío de la vida sana, ese túmulo
de hábitos saludables que antes o después acabará metiéndonos en el ataúd.
. Desconfío de los que visten,
con monotonía e insistencia, el abrigo de los compromisos y carecen de tiempo
para el otro.
. Desconfío de esa
temprana conciencia de genialidad.
. Desconfío de quien hace de las relaciones personales un insalubre trastero, un lugar siberiano.
. Desconfío de los que difunden
que el talento brota de la nada.
. Desconfío de esa obsesión indígena
que llena de himnos, banderas y escuadrones la plaza de su pueblo.
. Desconfío de mí, si desconfío.
Como siempre un placer recurrir a tus aforismos. ¡Un abrazo José Luis!
ResponderEliminarQuerido Fernando, en este tiempo urgente de transportes públicos, el aforismo es el chispazo que anuncia la próxima estación; el verso que adivina la letra perdida.
EliminarAbrazos.
¡¡Cuántos temas de conversación interesantes para acompañar una tarde de café!!
ResponderEliminar¿De dónde brota tu talento, José Luis? Cuéntanos...me encantará "escucharte".
Pues tomo nota, que la velada en El Café Comercial tendrá poesía, afecto, nocturnidad y alevosía y sobre todo esa sonrisa grande de los que sabemos que el futuro es más que una palabra si se pronuncia en común.
EliminarGracias por tu cercanía. Australia se perdió otra barrera de coral.
La ganó Rivas.
Bajo la desconfianza del título se esconde una confianza firme en el hombre, con la mochila de sus dudas y aquello que le hace ser dolorosamente diferente, a pesar de todo. Enhorabuena por el poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido amigo,es verdad; sigo creyendo en la razón como forma de acercarse a las cosas; aunque no siempre hay respuestas. Un abrazo.
EliminarLa razón... Si no conseguimos que la conciencia y la razón penetren en la oscuridad, serán las tinieblas y la irracionalidad las que invadan nuestra vida y nuestro mundo sumiéndolo en la inconsciencia. Gracias, José Luis, por la luz de tus reflexiones.
ResponderEliminarHola Herme, el tiempo pasa y se empeña en no dejar tiempo al afecto. Hay que seguir luchando para que lo personal no se derrumbe. Son días duros; ya te comentaré; pero son días también para la coherencia y para la voluntad. Estamos.
EliminarPues yo no me fío de la gente con gafas, porque siempre mira dos veces.
ResponderEliminarale, así de chulo...
un abrazo :)
La verdad, Chisme, es que tampoco los miopes se fían de lo que ven sus ojos. Todo es borroso, con o sin gafas. Días de niebla.
Eliminarun abrazo chistoso (y madroño)
Totalmente de acuerdo con tus aforismos de desconfianza. Yo me miré al espejo a los treinta años, y desconfié de mí; ahora, después de tantos años, vuelvo a mirarme y me desconozco.
EliminarEs una grata sorpresa encontrar tus palabras en el blog. Es verdad que el tiempo cambia nuestra identidad y nos llena de escepticismo. Pero hay que seguir buscando. Un fuerte abrazo.
EliminarCoincido, José Luis, con tus desconfianzas. Por cierto, alguien, hace apenas unos minutos, me ha "regalado" un verso: "Un soneto me manda hacer Morante". ¿Te suena? ¿Qué hago? ¿Desconfío? (guiño cómplice).
ResponderEliminarAbrazo duplicado.
Querido Antonio, es un gozo percibir que sigues adelante fuerte y con la sonrisa puesta. La vida sigue; te lo dirá también Paco Castaño, sonetero de pro y amigo antiguo que me escribió la rima con el afecto de la amistad y la pericia del poeta formalista. Da recuerdos.
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