Arrepentimiento.
Ni él mismo reconoce su pasado
tan limpio ahora
de limos y adherencias.
Es la reencarnación de un hombre nuevo,
el dueño de una vida
llena de confortables incidentes.
Apela a sus diversos compromisos
para justificar algún silencio.
Prende de su solapa una flor del futuro,
aspira a ser foráneo de si mismo.
Nada sabe de las treinta monedas.
(
Un país lejano, DVD Ediciones, Barcelona, 1998)
Después de leer este poema y saltárseme las lágrimas, creo firmemente que los poetas también sois adivinos y chamanes. Tenéis la capacidad de viajar por los mundos invisibles de la mente,de sentir y captar lo que veis para, después, transmitirlo al resto de los mortales transformado en palabras, en bellas y oportunas palabras.
ResponderEliminarUna persona, muy cercana y querida por mi, acaba de ponerse en su solapa la flor del futuro.
Gracias. Un beso
Querida Candela, la niebla del pesimismo que nos envuelve en cada uno de los actos del ahora, no nos deja ver salidas; tal vez por eso la poesía ayude a despejar el horizonte y a proporcionarnos algunas coartadas para seguir en pie.
EliminarQue esa persona tan cercana encuentre un sitio fijo en la felicidad, como lo tienes tú en mis mejores afectos.
Un beso.
Sí, nunca como ahora necesitamos prender en nuestra solapa la flor de la esperanza en un futuro mejor. Espléndido poema, José Luis. Buen fin de semana.
ResponderEliminarBesos.
Cuando erramos, una de las respuestas naturales es ocultar el error y éste sigue ahí, sucio, desaliñado, bajo la alfombra. Hay que airear la casa y con el ánimo limpio de la primera luz abrir la puerta y dar los "buenos días".
EliminarUn beso, querida Herme.
Todo debe partir de ese aire limpio que sanee la casa por dentro.
ResponderEliminarPues esa es una tarea común que no podemos dejar en manos de los demás.
EliminarMi más cordial enhorabuena por tu nuevo libro que leeré con el mayor interés.
Abrazos y un montón de recuerdos sobre las horas compartidas.
No podemos escapar a nuestro pasado,
ResponderEliminarpara bien o para mal, es lo que somos
un conjunto de vivencias que nos dan
nuestro carácter, sentimientos y donde
los cimientos fueron forjados, eso sí,
podemos intentarlo, pero como bien
nos lo demuestras, los tropiezos del
camino nos aparecerán una y otra vez.
Buena poesía.
Un fuerte abrazo, maestro.
Querido Paco, pero hay que huir de ese maximalismo prepotente que asegura no arrepentirse de nada. Somos humanos y errar es una posibilidad más; pero ese error es una sombra y es necesario volver sobre los pasos.
ResponderEliminarSi pudiésemos retomar el tiempo, sería muy hermoso desandar caminos y hacer rutas diferentes.
Gracias, querido Paco, por tus reflexiones que siempre ponen un punto de luz en mi literatura y en mi quehacer diario.
Un abrazo.
Y alguna vez se oye a Fausto reírse desde un rincón. Hermoso poema. Gracias por compartirlo.uN abrazo
ResponderEliminarHola Yolanda; tus palabras en este blog son un regalo, como fue un regalo la lectura de tu novela de la que seguro hablaremos un día largo y tendido. Como en tu libro, todos respiramos un estar fragmentario, una senda de luces y sombras.
EliminarUn abrazo y, lo dicho, seguimos cerca, con el mismo mapa de ruta de la amistad y la literatura.
Nada sabe de las treinta monedas, pero recordara, acaso, de un beso?
ResponderEliminarSobrio, austero, preciso poema.
Daría para otro poema también, cómo los errores que cometemos afectan ,causan daño a otras personas...
ResponderEliminarEl pasado no se puede limpiar de esos errores con tan sólo arrepentirse,con airear la casa, pues hay un espejo de esos nuestros errores en otros seres, que tembién querrían prender en su solapa la flor del futuro.
Limpiarlo ( u olvidarlo más bien ) implicaría tener en cuenta también a esas otras personas, que quizás necesiten un gesto nuestro de "humanidad", en un momento concreto...si eso, si a ellas, no se les tienen en cuenta ¿ se puede mirar al futuro de una forma tranquila?
Pero bueno, eso daría ya, para un poema por sí solo...
Un abrazo
Totalmente de acuerdo Marta, toda relación es una asunto de muchos pasos en común y por tanto no es un gesto de voluntad individual sino un trazado a cuatro manos.
EliminarEs un placer encontrar tus palabras cerca siempre.
Besos.
Algo de esa reencarnación del hombre nuevo se adivina con la lectura de la buena poesía. Los tres versos finales son un magnífico muestrario de ella. Emocionante y despojado poema.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Ismael, me sorprende un poco la capacidad de la poesía para buscar sendas inadvertidas por el autor. En estos versos yo aludía al ejercicio de voluntad para superar la propia decepción de lo que somos y para "airear la casa" que no es un ejercicio de limpieza doméstica sino abrir ventanas para que se escape, con libertad, lo contingente y se quede sólo lo necesario.
EliminarUn fuerte abrazo, Ismael, salud y poesía.
Foráneo de sí mismo...
ResponderEliminarSin quererlo me has regalado la mejor ayuda para crear a esa persona que poco a poco va tomando forma. Y en forma de poema, ¡qué más se puede pedir!
Las dos te damos las gracias.
Un abrazo enorme.
Amanda, siempre espero tus correos con ilusión; tenemos pediente un largo paseo, una entrevista y un intercambio abundante de información. Besos y muchas gracias por tu continuo afecto.
Eliminar