"Mercado de Motores, Madrid, Sal de Plata |
A los que juzgan mis rarezas con benevolencia
Me empeño en habitar
un sujeto sociable.
Pido excusas por ese extraño hábito
de la puntualidad;
respondo sin demora a cartas y correos;
si no están dedicados
por afectos verbales,
obsequio buenos libros
e invito casi siempre
en la barra del bar donde conspiro.
Con dos o tres sentidos me intereso
por todo lo que cuentan;
evito disentir
en los matices
cuando tantos defienden
opiniones contrarias.
Sin generar efectos secundarios
aguanto en el sillón igual que un fósil,
y hasta redacto el pliego de descargo
de los que nunca invitan
y hacen de la intención rescoldo vivo.
Sonrío al despedirme
y doy las gracias.
No importa cuando dicen:
"Adiós. Nos vemos pronto.
Yo pagaré la próxima..."
(Inédito)
No tan raro, José Luis. Los raros son ellos.
ResponderEliminarTú en ti. Sin descomponer el ademán. (Y de vez en cuando, para muy adentro, deja gritar a tu sujeto insociable.)
Me alegra que me concedas un voto de confianza, querida Pilar. La verdad es que a veces uno se harta de la cortesía cuando ves comportamientos insoportables. Pero soy rarito; hace unoas horas me lo decía una amiga entrañable.
EliminarQue disfrutes del fin de semana y de tu viaje. Un fuerte abrazo.
Me llama preocupado uno de los amigos con los que tomo café. Reímos juntos. No tengo un balance contable de los cafés que pago o que me pagan. No soy Bárcenas ni tengo en el ropero sus abrigos estrepitosos.
ResponderEliminarEl poema tiene una lectura simbólica, claro. Subraya los gestos de esos/as tipos/as que prodigan indiferencia hacia los demás, convencidos de que su ombligo es copernicano. vaya esos tipos detestables con los que compartimos aceras a diario.
A la entrega y el servicio con amabilidad siempre responderá una mano amiga.
ResponderEliminarQue tengas un feliz fin de semana.
Un abrazo
No siempre es así, querido Jesús. Hay gente que en vez de un paisaje ve una promoción urbanística, que en vez de casa hospitalaria ve una razón para la envidia. Hay gente detestable, querido Jesús. La hay.
EliminarAbrazos.
Cuando se es así, no hay cambio posible, solo cabe seguir en la linea y disfrutar de la vida y las compañías -aunque sea pagando-. pero qué más da quien pague si la "cervecica" es fresca y la acompaña unas buenas "almendricas fritas". Lo demás es relleno.
ResponderEliminarBueno, descriptivo y muy tolerante, en tu línea amigo José Luis.
Un fuerte abrazo.
Las almendricas y la cerveza con ventana al mar nos esperan pronto, Paco; queda cuarto y mitad de mes y ya mismo me cojo el bañador y las maletas. Abrazos.
EliminarNos vemos en La Manga.
Ya no se hacen gentes como tú. O son muy raras. Felicitaciones por tu manera de ser y de estar en el mundo. Igual te felicito por el don de pluma y por conjugar con tal maestría la melodía del verso, la frontalidad del carácter y la sensibilidad de tu yo más íntimo.
ResponderEliminarNos leemos, señor Poeta.
Un abrazo con respeto, admiración y afecto.
Bienvenida a la casa del afecto, Tania; es un placer caminar juntos. Creo que los dos tenemos la misma ilusión por las palabras y el mismo empeño en buscar detrás de cualquier pregunta de la vida al paso. Un abrazo fuerte.
EliminarSi fuera hombre sería tú. Sin alcanzar tu sabiduría y saber estar, me enorgullezco al decir que yo también soy un tipo raro.
ResponderEliminarUn abrazo José Luis. Nos vemos.
Vaya piropo, Loli, es una suerte tener cerca amigas como tú, que guardan mis defectos en secreto e idealizan mis torpezas. Gracias de verdad, tengo la sensación de que los días merecen la pena si en el camino encontramos afecto y sosiego; siempre que he estado contigo lo he percibido. Muchas gracias.
EliminarLo que llamas rarezas me parecen norma ordinaria, sano hábito, sabiduría vital necesaria. Hemos de tener una forma de ser y estar en el mundo que la diferencia convierta en ilusión vital, impulso creador necesario, alternativa optimista, camino abierto.
ResponderEliminarYo pagaré la próxima, José Luis.