Biblioteca del Centro C. Federico García Lorca |
LA BIBLIOTECA Y EL ELEFANTE
Para Rosa y Nuria, bibliotecarias
" ... No es difícil pensarlo; soy de los que
creen en una escuela imaginativa y transformadora, que asocie inteligencia y
actividad intelectual. Sé que el proceso educativo necesita la continua
presencia del libro. Si la enseñanza de la Lengua
fomenta el entrenamiento verbal, el libro de lectura nos ayuda a entender
los usos del habla y a expresarnos con precisión y claridad, a relacionarnos con las sendas de la
realidad.
El entorno ha cambiado y uno
puede acercarse a la Lengua en compañía de nuevos formatos, con claro predomino de lo
visual, pero la motivación, la voluntad y el papel social y comunicativo del lenguaje permanecen
inalterables. Sólo mudan las estrategias. Y no conozco mejor estrategia para
galvanizar una lengua viva que la biblioteca.
Para enumerar sus funciones traigo a la memoria aquella vieja fábula del elefante indio, un cuento
popular que reflexiona sobre la naturaleza de las cosas y nuestras impresiones sensoriales:
“En un cercano bosque vivía una manada de elefantes. Alguno se acercaba a media
tarde hasta las primeras chozas del poblado y, ante su presencia, eran muchas las recomendaciones
maternas. Allí vivían cinco niños ciegos que empezaban a ir a la
escuela. Un día preguntaron al maestro:”¿Qué es un elefante?” El maestro confiaba en la experiencia y se
aproximó con sus alumnos a un elefante que pacía plácidamente. Fue dejando que
cada niño ciego palpase al paquidermo. Uno tocó la piel rugosa del costado, otro la
cola ondulante, otro la trompa, otro los colmillos y el último una oreja…Después se
reunieron junto al maestro en un claro del bosque y relataron su impresión. El que acarició el costado
dijo que el elefante era un muro; el que palpó la cola, una larga liana; el de
la trompa habló de una serpiente; el del colmillo definió al
elefante como una peligrosa lanza. Por último, el niño ciego que tocó la oreja creyó
adivinar que era una palmera que aliviaba de las inclementes horas solares… “
Cada cual había experimentado con su tacto una sensación única y
distinta.
Así que ya sabéis: la biblioteca es un elefante..."
Totalmente de acuerdo contigo. Un beso José Luis.
ResponderEliminarQué bien me hubiese venido hoy tenerte cerquita y hablar juntos a los alumnos del amor a los libros, Herme. Como ves, ni siquiera los años nos quitan la ilusión del aula. Ni los legisladores analfabetos.
EliminarA ver qué tal responden los alumnos. Abrazos.