Calle cortada
Para Hugo Izarra, siempre cerca,
en la misma rotonda.
No siempre fue pasado e invisible.
Esa obstinación en un silencio que tanto dice.
Para responder hay que oir.
Amplifica su importancia; cree que los otros existen para hacer bulto.
En la pared, las fotografías desprenden olor a tiempo.
Lugares solitarios, donde el temor proviene del encuentro con nadie.
Nuestra amistad, si hubo, aspira a un gastado final metapoético, que toque el corazón.
Cuando estoy solo soy más sociable.
Tal vez en estos pensamientos estén plasmadas las ideas que dices se te ocurrieron ayer. No estás solo.
ResponderEliminarClaro que no, la literatura y la vida son vasos comunicantes; pero cada una de las dos tiene entidad propia.
EliminarAbrazos cordiales.
Efectivamente, no siempre fue pasado e invisible, pues al menos la poesía está ahí para rescatarlo todo y dejar su constancia. Muy exacta esta calle cortada.
ResponderEliminarPor cierto, veo que a ti también te han desaparecido los seguidores del blog, creo que es difícil recuperarlos en su gadget.
Abrazos.
No sé nada de informática y de blog. No sabía que habían desaparecido los seguidores. Ojalá regresen. Es un placer contar con su presencia.
EliminarAbrazos.
Calle cortada, ocasión para encontrar nuevos caminos.
ResponderEliminarClaro que sí; hoy he comido con Javier y seguro que pronto habrá noticias maravillosas en el catálogo de Siltolá.
EliminarEstaremos cerca para celebrar lo que viene.
Abrazos
Gracias por abrir esta calle de nuevo para nosotros, José Luis. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarNuestra conversación digital estuvo llena de sugerencias. esa reflexión sobre el pasado y el presente tiene un punto de conexión que recorreremos juntos, un viaje circular que une salida y regreso. Sé que tú sabes. Abrazos.
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