Encuentro
Para quien regresa
Aquel día gozaba de la lluvia
bajo la espesa fronda de un parque solitario
y tropecé conmigo.
Miré mi rostro
con curiosa sorpresa;
me hallé un poco más viejo, más cansado,
abrumado quizás
por un escepticismo prominente y asiduo
y una antigua tristeza
palpable, aunque recóndita.
Sentados en un banco prodigamos
leves toses, murmullos,
dilatados silencios y miradas furtivas.
El tiempo parecía detenido,
hasta que una acuarela de ceniza
ensombreció el crepúsculo.
En tanto se alejaba,
una temprana rosa depositó en su sitio
efímeros instantes de belleza
que, de común acuerdo, ambos no vimos.
Respiré hondo;
todos sabéis qué indecible fragancia
emana de la tierra cuando llueve.
Mapa de ruta /(Antología poética 1990-2009)
Maillot Amarillo, Granada, 2010)
Excelentes versos que me han llevado a la famosa frase de San Agustín: "Yo soy dos, y estoy en cada uno de los dos por completo."
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Querido Antonio, me pareció que el reencuentro convenía como cierre de la pérdida, así que tuve suerte, me encontré en el banco de un parque, con la misma sonrisa triste del tiempo entre las manos. Y con las mismas ganas de seguir andando, con amigos cercanos como tú. Te avisaré cuando me llegue tu libro. Felices fiestas
Eliminar¡Qué bello poema!
ResponderEliminarQue sigan apareciendo esas sencillas rosas en tus días.
Un abrazo
Es tiempo de balances, querido amigo, y a veces el yo no ha estado a la altura de las circunstancias y quiere perderse para recuperar fuerzas. Por eso en el regreso es tan importante el afecto cordial de los que están. Abrazos, Jesús.
EliminarNo te fíes, ese tipo con quien has tropezado, es un consumado impostor, y la rosa, de mercadillo.
ResponderEliminar2014 abrazos, o menos
Querido amigo, un abrazo fuerte y que el 2014 nos deje entre las manos un poco de humor y un mucho de poesía. Abrazos desde Rivas.
Eliminar