AJEDREZ
Desde mi ventana, con nitidez, diviso su academicismo al disponer las piezas en el tablero. Cada jornada juega al ajedrez contra si mismo. El hábito no ha mitigado el afán de ganar y su desconcierto ante el reiterado desenlace. Pierde siempre.
La constancia, a pesar del repetido fracaso y del continuo desengaño, nos mantiene vivos, como a pequeños sísifos con su grano de esperanza.
ResponderEliminarMuy sugerente microrrelato. Feliz domingo José Luis.
Ninguna palabra sobrevive sola -me apropio de tu excelenete reflexión- y ningún fracaso tampoco, porque es el incio de una nueva partida. Un fuerte abrazo.
EliminarCada acto nuestro es la maravilla de la derrota. Somos ángeles sin alas que se empeñan en cuestionar el desenlace. Siempre jugamos contra nosotros mismos sabiendo que la baraja tiene las cartas marcadas. Gracias por compartir e iluminar con tus palabras esta mañana de domingo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tu maravilloso regalo me acompañó aquella hora de soledad, mientras esperaba la lectura en la biblioteca. La micronovela de Stefan Zwieg dice mucho más de lo que sugeiere el argumento. Es una lección moral quer da pie a ese argumento tan luminoso: la verdadera partida es contra nosotros mismos. Abrazos y gracias por todas las cosas buenas que me has dejado sobre la mesa de la alegría.
EliminarMe ha traído un cierto sabor a aforismo con reflexión incluida. Me gusta, es casi un dogma de fe en la realidad cotidiana de todos y cada uno de nosotros. Lo bueno de perder en cada partida es que en la siguiente intentas algo nuevo, no quiere decir que lo que hagas sea lo más conveniente, pero es que de las derrotas aprendes lo que no se debe hacer pero no lo que es más conveniente. Un fuerte abrazo y tus incursiones en otras disciplinas diferentes a la poesía y el aforismo -que tanto me gusta- salen con sobresaliente . Un fuerte abrazo
ResponderEliminarQuerido Paco, comparto plenamente la idea de que tras cada derrota se oculta la fuerza germinal que insufla aliento para seguir en marcha. Perder es la posibilidad de entablar una renovada partida, con la experiencia fortalecida. En cuanto a la práctica del relato, le comentaba ayer a una escritora amiga, que yo me encuentro más cómodo en el poema que en el relato; aunque a veces pueda escribir relatos. Por eso admiro tu capacidad para hilvanar en prosa una historia continua, enlazada en el tiempo. Yo no soy capaz, soy muy torpe para la novela. Y este microrrelato, tiene toda la pinta de no acabar aquí y alentar un poema. Gracias, querido Paco, por tus sabias reflexiones que son una suerte inmensa para este blog.
EliminarEs decir: siempre gana. Preciso, precioso y profundo relato que nos hace reflexionar sobre los movimientos de nuestra vida Empezamos con el tablero lleno de piezas y, poco a poco, vamos perdiendolas.
ResponderEliminarEn otro orden de cosas me alegro de la reseña que JLGM ha hecho de tu antologia de Rosillo. Enhorabuena.
Querido Hilario, el microrrelato surgió tan nítido que pensé que era el umbral de un poema; no te tenido paciencia para trabajar la idea porque estoy metido en un prólogo amplio y complejo.
EliminarEl libro HILO DE ORO ya está en los escaparates y comienzan a aparecer los primeros toques de atención. Que firme José Luis García Martín sus impresiones lectoras sobre la edición, aunque ponga reparos, es siempre para mí un enorme acicate. Admiro su trabajo literario y valoro mucho su amistad; me ha enseñado a manos llenas y sigue siendo un profesor exigente y tenaz. Te guardo un ejemplar para tu regreso, debes comprar una maleta de doble fondo. Un abrazo.
Cada mañana nos enfrentamos a una reñida partida de ajedrez; vamos moviendo ficha con la incertidumbre de quien no se sabe fuerte en el juego y se expone al jaque mate. Y así cada día, el reto de colocar las fichas en su lugar exacto. ¡Difícil!
ResponderEliminarMe ha gustado tanta filosofía concentrada en unas líneas.
Un abrazo.
Junto al mínimo desarrollo argumental, a los microrrelatos les viene bien una lectura metafórica; el ajedrez es ese empeño diario que nos impulsa a mover piezas, a diseñar estrategias, a ocupar las casillas del tablero . Un fuerte abrazo y, una vez más, mi gratitud por tus palabras.
EliminarMe ha recordado el acer(t)ado lema del Museo Cerralbo: sabemos como terminó la partida, la ganó el tiempo.
ResponderEliminarNo hay debate sobre poesía o prosa, la cuestión es dominar el oficio de escritor, algo que en ti no tiene discusión.
Abrazos, siempre
Siempre eres generoso con tus juicios y eso anima a seguir en guardia ante el barullo cordial de las palabras. El microrrelato es un género con posibles y de vez en cuando hay que dejar que duerma la poesía para que no bostece al despertarse. Abrazos y nos vemos en Madrid, en mayo.
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