PIANISTA
Para Nuria Cubero
El lustre de charol
secuestra la mirada;
los dedos armonizan
la dócil simetría
de blancos y negros.
Encorvados escorzos interpretan
el son de los acordes.
Se desprende la música
como liviano esqueje;
adivina contornos
de un árbol escondido;
transforma en luz visible la raíz.
Ella libera notas,
yo soy el afán terco
que piensa una elegía.
Conciliatorio el tiempo se detiene
y retrasa mi búsqueda.
La noche en blanco, Barcelona, 2005
Siempre me han gustado los versos que intentan atrapar la emoción del que escucha la música. Es imposible, pero, al menos, queda lo que tú dices: la sensación de la interrupción del tiempo.
ResponderEliminarQuerido Pedro, acuérdate de la definición que Don Antonio Machado impulsó de la poesía como "palabra en el tiempo". La intención del poeta es siempre esa, dejar escrita una huella en el agua. Un abrazo y enhorabuena por la excelente acogida de tu libro. Un abrazo cordial desde Rivas.
EliminarUno de los mejores poemas de "La noche en blanco".
ResponderEliminarA las palabras de amor, les viene bien su poquito de exageración. Lo afirmó Don Antonio Machado y yo no voy a quitar la razón al maestro, así que sólo resta dar las gracias por el privilegio de tu amistad. caminar en compañía es siempre otra cosa. Abrazos.
EliminarSoberbio, José Luis. Como decía Baudelaire, solo podemos elogiar las virtudes de la gran poesía con otro poema. Y la buena poesía, como la tuya, no es sino acicate para seguir leyendo, escribiendo y compartiendo pequeños retazos de vida en espacios tan cercanos hoy como tu blog. Mi agradecimiento y mi enhorabuena.
ResponderEliminarVaya, Ismael, veo que tu calidez y tu hospitalidad siguen pujantes y llenas de fuerza. Eres un amigo entrañable y francamente en literatura con gente como tú se camina con más complicidad. Seguiré trabajando a tope, para no decepcionarte. Otra vez gracias por ese día entrañable que habita en mi memoria.
Eliminarestimado poeta, coincido con pedro en cuanto a una particular querencia por capturar la emoción ante la música. en este caso, y como en cualquier obra maestra -nada nuevo por otra parte-, el tiempo está condenado a quedar doblemente atrapado.
ResponderEliminarun saludo
Estimado amigo, somos el tiempo que nos queda y ese impulso tenaz en hacer perdurable la emoción del instante. Muchas gracias por tu reflexión y un cordial saludo por tus palabras en estas páginas digitales.
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