Jardín inglés |
CON LA MEMORIA EN RUTA
Aquella amanecida el sol llenó el jardín de flores exultantes. Era un paisaje nuevo con la memoria en ruta; una ciudad de luz que invitaba al abrazo. Sentados y en silencio el tiempo se olvidó detrás de cualquier banco. Entonces nos besamos. Después llegó la lluvia y se hizo el gris.
Hola, José Luis. No te tengo olvidado -¡imposible!-, es que no me cunde el tiempo y llego tarde, eso es todo.
ResponderEliminarMe encanta este breve texto; me llega la luz de ese jardín, su colorido, la intimidad del instante. Luego llegó la lluvia con sus tonos grises, pero ya no pudo llevarse lo vivido.
¡Ay, que bello es lo que has escrito! Mi felicitación.
Un abrazo.
Hala Fanny, te echo de menos. Sé que el tiempo es avaro y apenas concede cada día unas horas disponibles; pero los afectos son la sal del reloj. Sin ellos las agujas caminan en cualquier dirección. has leído el apunte con gran exactitud. las líneas solo dejan esa confidencia que funde en un mismo sentimiento mirada y paisaje: cuando lo transitorio se hace perdurable. Un beso y mi gratitud.
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