Debilidades en clausura Fotografía de Javier Cabañero |
Admiro de los sabios
su colección de axiomas,
de Narciso la posición estática
frente al mar de sí mismo;
del optimista su escaso criterio;
admiro de los tristes la empatía
con todas las desgracias;
de ti que me soportes
al cabo de los años.
De los suicidas amo
que no sean perentorias sus vidas
y que sigan creciendo,
autónomas, frugales,
como tercos esquejes olvidados del tronco
que alimentan, precarias, unas gotas de lluvia.
Población activa, Gijón 1994
No pocas veces los suicidas son sabios y optimistas, confían en que hay una vida mejor. Excelente poema José Luis.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Jesús, las debilidades nos recuerdan que carecemos de esa fuerza tenaz de lo perdurable. Un fuerte abrazo.
EliminarContundente el principio, exquisito, disipado y abierto el final (que me ha encantado).
ResponderEliminarMe alegra encontrar este poema suyo.
Un abrazo, José luis.
Querisa Sofía, a mí me alegra que tu sensibilidad acompañe estas líneas. Casi no hay tiempo para mirar alrededor y tu pupila siempre está ahí, generosa y diáfana. Abrazos.
EliminarExcelente poema. Me ha enseñados el camino hacia el diccionario de nuevo. Me ha gustado la manera tan lírica de cerrar el poema y esa rotundidad de los primeros versos. Un abrazo
ResponderEliminarLas cosas que se leen con cariño aparecen sin máculas; pero el verso siempre es mejorable y hay que estar disponible, con la maleta y el diccionario al lado. Gracias por tu comentario, me hace ser un poeta en vela permanente. Un saludo.
EliminarUn poema sensible y delicado, intenso aunque sencillo. Tan acogedor como la puerta iluminada de la foto. Un placer leerte. Besos,
ResponderEliminarLo mismo digo, Susana, siento pasión por los haikus y las breverías y siempre me detengo en tu blog con la certeza de que en los textos siempre encontraré una luz encendida. Besos desde Rivas.
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