En Oviedo. Fotografía de Adela Sánchez |
HETERÓNOMOS
Dentro de mí conviven, abocados
a una inmensa rutina sedentaria,
el yo que pienso y otro, el que parezco.
Un pacto, que firmaran con los ojos,
les conmina
a respirarse en cierta tolerancia,
y ambos han sido absueltos
de mencionar, siquiera,
cuál fue la última causa
que les diera la vida.
Cada uno tiene ya su enclave exacto:
el yo que pienso
habita, día y noche,
la intimidad de estas cuatro paredes.
Es semejante a un niño que olvidara crecer,
y por lo mismo
nada en el mar de una sabia ignorancia.
(“Acaso sea el invierno…
es razón suficiente para explicar el cosmos “)
Y balbucea. Ríe.
Se pierde en los espejos. Gesticula.
Colecciona recuerdos como si fueran conchas
que ha enterrado el olvido.
A veces llora y viste el jersey gris
de la melancolía;
entonces toma un folio,
donde inicia el galope un sentimiento
y se hace reo de pertinaz tristeza,
hasta que traspapela la mirada
y descubre, cansado,
que afuera cae la lluvia
y mojan su perfil
unas livianas gotas de mi nube.
El que parezco
está en la calle de continuo.
Todos le conocéis
pues con todos comparte ese pan y esta sal
que, bajo el brazo, trae la vida;
las cotidianas dosis
de angustia existencial, trabajo y ruido.
Con él tropiezo,
una tarde cualquiera,
al doblar una esquina,
y tras justificarme torpemente
(“hallé la puerta abierta
y me aburría…”)
me despido gozoso y luego marcho
-el paso lento, sepultadas las manos
en los amplios bolsillos del vaquero-
a ver, sin más, el mundo por mis ojos.
(Rotonda con estatuas, Madrid, 1990)
Creo que ya leí este estupendo poema sobre los distintos yos que nos habitan. Gracias José Luis por compartirlo. Y disfruta de este día.
ResponderEliminarUn abrazo
Creo que sí, este poema es uno de los que suelo leer en recitales, donde siempre hago una selección parecida. Te mandaré prontito el cuadernillo que editaron en mi última lectura. Se llama "Equipo titular" y reúne diez poemas que yo creo útiles para resumir este largo viaje por la poesía. Un fuerte abrazo.
EliminarMi amiga María Gómez, desde el sol litoral de Huelva, me apunta una nueva identidad que yo no había descubierto: " el yo que los demás piensan que soy". Cuánta gente cabe en la talla media de un solo yo. besos, María siempre añoro cerquita tu belleza.
ResponderEliminarEs un poema precioso José Luis. Creo que en cada uno de nosotros se da esa dualidad de la que hablas. El Yo que parecemos ante los demás, el que cumple años, al que le salen canas; y el otro, el que realmente somos por dentro (que creo es casi siempre más joven que el de fuera)... qué bien lo has plasmado en esos versos José Luis y la foto de mi Oviedín muy bien elegida!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
Sandra.
Qué alegría "oirte" por aquí, Sandra, estos puentes sin tu vitalismo son menos puentes y más ríos... A ver si te escribo con calma y te mando un cuaderno de poemas. creo que te gustará. Un abrazo.
EliminarJosé Luis puedo tardar más o menos en cruzar tus puentes de papel, (qué te voy a contar a ti de querer hacer muchas cosas a la vez...) pero siempre los terminaré cruzando. Son ya paso "obligado" para mí.
EliminarEstaré encantada de recibir esos poemas, no sabes la ilusión que me hace y puedo, sin temor a equivocarme, decirte desde ya que segurísimo que me gustarán.
Hay buenas vistas desde este puente...
Saludos y un fuerte abrazo amigo José Luis
Sandra.
Excelente, Sandra, te ruego me hagas llegar tu dirección postal por facebook, porque no recuerdo ahora si la tengo. Un fuerte abrazo y gracias de nuevo por este viaje de afectos y sueños.
EliminarUn tema complejo que en tu poema adquiere la frescura de lo espontáneo y natural, como las sombras que proyectan ambas figuras. Besos,
ResponderEliminarHola, querida Susana, son días de agobios laborales y literarios, así que de cuando en cuando es bueno quedarse ante el espejo para buscar preguntas. Un fuerte abrazo.
EliminarHermoso poema que ya conocía y había disfrutado. Este tema lo tenía muy claro Pessoa. Y es que realmente quién somos? ¿El que nos piensan, o el que pensamos? Y si para colmo nos pensamos con esa dualidad que tu tan bien has plasmado llegamos a la conclusión de que ni tan siquiera nosotros mismos tenemos una clara visión de nosotros mismos. Abrazos.
ResponderEliminarAsí es, Carmela, pero esa duda no debe plantearnos ninguna inquietud más allá del poema. No somos el ombligo del mundo, solo granos de arena que el tiempo va acumulando en cualquier calle. Besos grandes.
EliminarMe he deleitado en la lectura de ese autorretrato literario que recorre espacios interiores y exteriores de tu ser, pensándote a ti mismo,desdoblándote entre el ser y el parecer. Creo que todos tenemos el yo y nuestra sombra y, como alguien te ha señalado, existe ese otro yo en la mirada de los otros.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el poema donde se juntan la calidad literaria y la calidez de tus palabras.Una calidez que emana de tu persona y la percibo en todos tus escritos.
Enhorabuena, querido amigo. Me gustas cómo eres, cómo pareces y cómo te percibo.
Un abrazo.
Tan buen juicio solo puede ser fruto del afecto, querida Fanny; así que solo resta darte las gracias por ser cada día un poco de amanecida en mi trabajo literario y un ánimo firme en mi estar diario. Besos y gratitud.
Eliminar