UNA CALLE VACÍA
Hoy recorren mis pasos esa calle
que no esconde ningún itinerario.
Todas las calles fluyen dócilmente
al mar de cualquier sitio,
cierran con parsimonia una distancia,
pero ésta alarga al infinito su trazado
pretendiendo ignorar dónde concluye.
Amo el cuello sumiso de sus verdes farolas,
los reflejos chillones de sus autos a plazos,
su cal que habitan líquenes y musgos;
y amo sus papeleras -cielos para despojos-,
singulares regazos donde nada perturba
el aliento feliz de lo caduco.
(
Población activa, 1994)
Se presta septiembre a la melancolía, a ese fluir sin prisa hacia el otoño con afán de inventario y sábanas de lluvia, niebla y luz a medio hacer.
ResponderEliminarEstupendo poema, José Luis. Una vez más, gracias por compartir.
Un abrazo.
Llega septiembre y con él la cara más sosegada de lo cotidiano, ese aliento feliz de lo que pasa. Es un mes que llena la mesa de comienzos, así que hay que desechar cualquier melancolía y seguir en pie. Un fuerte abrazo.
EliminarLa vida, las vidas, acechan acaso tras las ventanas. Agazapadas, en penumbra, pero fija su ansiedad en cada uno de los transeúntes.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Hola poeta, llega septiembre con aliento de otoño y nos despliega un mapa nuevo. En él estamos. Siempre un placer tu cercanía.
EliminarHermoso poema José Luis. Feliz vuelta al cole.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo mismo digo, volver a la costumbre es una manera de estar en compañía. El aula siempre revitaliza la voluntad y las ganas de seguir entre palabras y sueños. Un gran abrazo.
ResponderEliminarHe recordado este poema de Félix Grande:
ResponderEliminar“Calle vacía”
(Ante un paisaje de
Antonio López García)
A ese a quien no se ve, yo lo conozco.
No está y es evidente como un sueño.
Por la calle vacía,
derramada en la siesta y en el cielo,
con roces de ayer suenan sus pasos
en perfecto silencio.
A ese a quien no se ve, yo lo conozco.
Va hacia el final o vuelve o está quieto
mientras la calle en sol arde callada,
secreta y clara, enharinada en tiempo.
A ese a quien no se ve, yo lo conozco.
o yo lo conozco, o lo recuerdo,
o lo busco sin fin… ¡Dios lo bendiga,
tan solo como va, tan lejos!
Un acierto, porque Félix Grande pertenece a la genealogía incansable de la buena poesía. Se fue muy pronto pero sus poemas permanecen con la quietud tranquila de lo perdurable. Un gran abrazo y feliz regreso.
ResponderEliminarHermoso poema José Luis para recibir los primeros días de septiembre. Parece como si las calles lucieran agotadas de tanta y tanta calima. Ahora reciben la noche con las mismas ansias que nosotros esperamos el cambio del nuevo día. Feliz entrada del curso escolar. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo de regreso, querida amiga, siempre es grato volver al rincón cálido de la rutina. El comienzo de curso ha sido muy bueno, y corresponde ser generoso con los alumnos que dejaron su verano en la mesa de trabajo.
EliminarMe alegra saber que el poema no te decepciona. Y un gran abrazo de nuevo.
"Amo el cuello sumiso de sus verdes farolas".
ResponderEliminarUna preciosa greguería en alejandrino.
Gracias por tus versos, amigo.
Abrazos.
Gracias a ti por el comentario, Elías, en tu persona siempre es costumbre el afecto y la buena poesía. Y para mí es un placer caminar por tu blog. Feliz domingo.
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