CAMBIO DE PIEL
No es el otro lado del
espejo,
sino de uno mismo
Luigi Amara
Tras años de ser ella en una
franja de la realidad, cerró los ojos y deseó ser otra. Acalló su biografía con una mordaza de silencio y recomenzó. Sus pasos regresaron hasta el cero. Empezó a labrar un lugar inexplorado
para los relojes, paseó calles donde los transeúntes eran
presencias desconocidas, e inició labores y afectos sin fisuras.
En la evidencia del amanecer habitó el misterio de quien se mira por primera vez y no se reconoce.
En la evidencia del amanecer habitó el misterio de quien se mira por primera vez y no se reconoce.
Y así, si me apuras, un día tras otro. Me resulta curioso que hoy tu entrada y la mía abunden en el juego de identidades.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo nada gris (a pesar del día)
Yo creo que ya hemos asumido querido poeta que pertenecemos a una misma generación y que la sensibilidad de nuestros ojos miopes busca a diario matices similares... Una alegría estar cerca. Feliz domingo.
Eliminar¡Quién pudiera! Sin detrimento de que me guste mi vida. Bonito micro cargado de connotaciones sociales sobre la vida que soportamos. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola Paco, qué alegría me da encontrarte de nuevo aquí, hoy de puente y con lluvia en la ventana. Espero que tus relatos estén muy avanzados y que pronto tenga la suerte de tener tu libro entre mis manos. Gracias por tus palabras sobre el microrrelato: la identidad del yo es siempre un misterio. Abrazos.
EliminarA veces hay que resetearse para seguir viviendo.
ResponderEliminarSí, es posible, Tracy, pero cuesta aceptar la nueva identidad sin entenderla como un acto gratuito, como una explosión llena de daños colaterales. Un abrazo y muchas gracias por tu reflexión.
EliminarEnhorabuena, José Luis. Sugerente relato y buen final: No reconocerse en la primera mirada. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Javier, ya sabes que en el microrrelato el tiempo narrativo no da mucho margen, así que el final es casi una urgencia. Muchas gracias por acercarte a estos puentes de papel. Y un abrazo.
EliminarLa estética hace cambiar de piel a muchas personas. La actitud valiente es cambiar los esquemas mentales y los hábitos obsoletos. He intuido que es esta segunda piel la que se mueve por el microrrelato y respira. Como siempre es un placer leerte, José Luis. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEl relato nace de un referente concreto, María José, de un yo que decide ser otro sin mirar los efectos colaterales de su decisión, buscando el punto de fuga de la felicidad.
EliminarPero tu lectura es muy atinada porque busca en el argumento un sentido ético. Un placer tenerte siempre cerca. Y mi gratitud.
La búsqueda de lo que somos en la incerteza de la identidas. Magnífico.
ResponderEliminarQuerido Pablo, enhorabuena por tu blog; es excelente y espero disfrutar también con tus textos literarios. Un placer seguir juntos en la amistad y en la literatura. Abrazos
ResponderEliminarEstupendo microrrelato José Luis. Es difícil el encuentro con ese otro yo que quisiéramos ser, regresar hasta el cero sin heridas. Abrazos.
ResponderEliminarEs dificil romper ese tramo que escribe cada identidad en el tiempo y empezar en otro lugar desde cero. Pero es un hecho que hay que asumir. A veces no queda otro remedio, cuando uno descubre que la felicidad está en otro sitio. Un abrazo y una inmensa alegría en seguir juntos en estos puentes.
EliminarSe necesita ser omnipotente, inmortal o poeta para poder hacer esto... es la lírica del deseo de cambio, de SER otro SER.
ResponderEliminarAcabo de entrar en tu blog y me ha encantado. Te seguiré.
Gracias por tu presencia, Jaco, la escritura es un trabajo continuo en el que unas veces se acierta y otras no, Los escritores son ciudadanos de talla media. No hay mitificaciones. Solo un díalogo cómplice con lectores tan afectivos como tú. Muchas gracias.
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