Gregor Samsa frente a la ventana Francisco Álvarez Velasco XXXI Premio Jaén de Poesía Hiperión, Madrid, 2015 |
DÍAS CUMPLIDOS
Hay títulos de libros que son en
sí mismos una invitación a la lectura. El de Francisco Álvarez Velasco (Cimanes
del Tejar, León, 1940), Gregor Samsa
frente a la ventana, cumple esta premisa; sugiere una inmediata
posibilidad de diálogo para compartir las divagaciones del personaje de Kafka.
Otro acierto añadido es la cita de César Vallejo, una raíz proclive a la
hendidura rotunda: “La cólera del pobre / tiene un aceite contra dos vinagres”.
Así da el primer paso un trabajo reconocido con el XXXI Premio Jaén de poesía, que se integra en un corpus formado por casi una docena de
títulos ya que su autor, Francisco Álvarez Velasco empieza a publicar en la
década novísima y ha ido sumando entregas durante más de tres décadas, alejado de cualquier agrupamiento gregario.
La lírica de Gregor Samsa frente a la ventana alza inventario de lo vivencial.
Alude con voz reiterativa a la orfandad de quien respira el aire cotidiano en el sosiego manso de lo
transitorio, entre el temblor de una emoción apenas visible en la claridad
crepuscular del día vencido. En ese rumor mudable que no cesa se van
acumulando sensaciones. A cada paso irrumpen, desde algún recodo de la memoria.
La evocación se convierte en surco generoso que preserva el aliento del pasado.
A veces ese rumor adquiere el contorno humilde un objeto hallado en el azar
diario. de su percepción nace el poema, palabras que alzan el vuelo como hilos
de brisa de un acontecer escorado hacia otros días.
La percepción del pretérito presenta rostros que zarandean los sentidos.
Los hay que crean una cadencia y música, como si el trayecto
biográfico interpretara una pieza bailable, un ritmo intimista, un verbo hecho
tango que al sonar recuerda el eco afín de Jaime Gil de Biedma. En otros se va
gestando un calendario de revelaciones, como sucede en ese tramo de días de infancia que fijan en el lecho vivencial los contradictorios vislumbres de la existencia, ese vaivén pendular
que abre distancia entre la belleza y la finitud en donde adquieren sentido la
elegía y la sombría certidumbre de la ceniza.
El estar del yo difunde una
situación paradójica, tiene cercanía con las líneas del paisaje que conforman el entorno
y propaga un silencio didáctico. En su callado hueco se hace un hábito la
búsqueda hacendosa de respuestas. Leemos en el poema “Adobes”: “Fueron paja trillada / y agua fresca y
arcilla / sol de agosto. / Hoy son muro y te ofrecen / contra la luz de julio /
dónde apoyar la espalda / y el amor de la sombra“.
La poesía de Francisco Álvarez Velasco se sitúa frente a la ventana para dibujar en la retina un trayecto de fresca arcilla y sol de agosto. Un mapa de días lejanos cuyas imágenes van acumulando bordes amarillentos en los que la sensibilidad de lo rural todavía copaba el espacio y daba al colectivo un semblante de soledad y ensimismamiento. El tiempo discurría contradictorio y frágil, pronunciando a cada paso que “el mundo está bien hecho” y corresponde al yo tapar las grietas de la incertidumbre, limpiar aceras con el agua clara de los sueños cumplidos.
La poesía de Francisco Álvarez Velasco se sitúa frente a la ventana para dibujar en la retina un trayecto de fresca arcilla y sol de agosto. Un mapa de días lejanos cuyas imágenes van acumulando bordes amarillentos en los que la sensibilidad de lo rural todavía copaba el espacio y daba al colectivo un semblante de soledad y ensimismamiento. El tiempo discurría contradictorio y frágil, pronunciando a cada paso que “el mundo está bien hecho” y corresponde al yo tapar las grietas de la incertidumbre, limpiar aceras con el agua clara de los sueños cumplidos.
Tres haikus de Aitor Suárez en relación con Kafka y su metamorfosis:
ResponderEliminarGregorio Samsa
esta vez se convierte
en mariposa.
.....
Al fin feliz,
de flor en flor ahora
vuela Gregorio.
.....
No fue kafkiana,
celebra Samsa, esta
metamorfosis.
Un buen ejercicio metaliterario. Es un libro que me gusta mucho, como me encanta el poemario de Francisco Álvarez velasco que comento en esta entrada. Un abrazo cordial.
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