El remo de Charón Francisco Ferrer carbonell Editorial Círculo Rojo, 2016 |
AL OTRO LADO
Para su amanecida como narrador,
Francisco Ferrer Carbonell (San Pedro del Pinatar, Murcia, 1962) elige un título con resonancias clásicas, El remo de Charón. Otra vez retornan
desde las aguas mansas de la tradición los viajes de Caronte por las aguas en
sombra del río Aqueronte para llevar en su barca, a golpe de remo, a las almas difuntas hasta la otra orilla.
Solo un óbolo cobraba por su tarea a los nuevos inquilinos de la Parca. Y de
esa azarosa despedida se nutren los relatos contenidos en esta entrega que, desde diferentes enfoques, testifica las voces de llegada a la estación final.
El relato inicial opta por el
tono sentimental de la elegía. nada hay más complejo que aceptar la ausencia de
quienes compartieron instantes de felicidad y son las vivencias en común las que
se guardan contra el abrasivo efecto de los días. Pero ya he comentado al
inicio de esta reseña que el autor busca
en el proceso narrativo de estos cuentos un sostenido contraste
ficcional y un muestrario de estados de ánimo en los protagonistas. De inmediato,
en el segundo relato, aflora el humor y ese apunte leve que la ironía deja
entre las cosas cuando no acaban de concretarse los síntomas de la despedida y
hay que recurrir –con sentido paradójico- al médico sanador para que en su
profesión encuentre remedio para cerrar los ojos, aunque sea este gesto el
que clausure el devenir convivencial.
Otros cuentos parecen inspirados
en la tradición oral e hilvanan argumentos que viajan de boca en boca hasta que
alguien asume el oficio de cronista certero para que sean conocidos por las
nuevas generaciones. Así ocurre en los relatos titulados “El perro de la
parca”, “la promesa” y “Cómeme”. Son piezas literarias donde la historia va
resolviendo su clave argumental con el cuidado de quien además de narrar ofrece
en el cierre una enseñanza didáctica que invita al lector al asentimiento
reflexivo.
Por su longitud y por su condición de relato
próximo al cine negro y a la narración de detectives que tanta acción acumula
en cada secuencia, el cuento “Jhericó” tiene un notable papel protagonista con
un avance bien contruido y con el manejo de personajes principales y secundarios más definidos. En
claro contraste. como si el autor buscara en los rincones de la ficción otros
ángulos muertos, en el microrrelato “la sombra” entrelaza líneas con la voz sosegada
del misterio para que afloren las cicatrices de la noche, ese
mundo en sombras que encoge el ánimo y requiere unos hilos de luz.
Los casi treinta relatos
integrados en los capítulos de El remo de
Charón optan por la incertidumbre que clausura los
pasos del sujeto. La vida al paso es un intervalo con fecha de cierre; un paréntesis maleable que deja entre la cronología azarosa de lo cotidiano el
perfil nítido de una última pisada. Y aceptar ese hecho supone pensar que el acontecer tiene un fin, una muerte
callada o estrepitosa que el escritor presenta siempre con un lenguaje
coloquial, hecho con cercano gesto, el humor o la seriedad de
historias que reflejan las palpitaciones del destino. Silenciosa y tenaz, la muerte está ahí y hay
que contemplar su perfil sin patetismos, con el óbolo dispuesto bajo la lengua,
como si se aguardara la eventual llegada de la sombra convencidos de que el
destino también nutre al azar. Y tal vez en el próximo viaje cambie de voluntad
y permita el aplazamiento, ese cerrar los ojos pensando que mañana será otro
día.
Amigo, tú eres parte de este libro, y lo sabes. Darte las gracias se me antoja poco para agradecerte tus palabras. Ni yo mismo podía haberlo definido tan bien. Que sepas que si hay una segunda edición te pediré permiso para que esta reseña entre a formar parte de la misma. Siempre estaré en deuda contigo, no obstante fuiste tú quien me dio alas para seguir la senda de la narrativa en vez de la poesía y, siendo realista, acertaste. Siempre estaré agradecido contigo. algún día tendré que pagarte esa cervecica junto al Mar Menor. Gracias de corazón.
ResponderEliminarQuerido Paco, un gran abrazo en tu cumpleaños y la certeza de muchos días por venir repletos de amistad y literatura. Gracias por el afecto de tantos años.
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