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EL PICAPORTE
Memoria de mi padre
Casi nonagenario
-después de quince años de
ceguera-
la evocación a tientas del pasado
equivale en mi padre
a resistencia.
El ahora es relente,
una cronología que tortura
con terapias y síntomas,
e ignora el leve aroma
de las flores de invierno.
Mi sedentaria angustia,
a cuerpo limpio,
no deja de pensar en cómo observa
aquello que no ve;
con serena sonrisa
enumera detalles
que debieron ser ciertos
y yo escucho sonámbulo,
mientras cierro los ojos.
Todo pasó, no importa
si el pasado no asiente
o la estricta verdad le
contradice.
A veces su mirada resucita.
Posiciona en un mapa
imágenes dispersas.
Su voluntad es luz;
es el tacto que gira el picaporte
para abrir desde dentro
la puerta infranqueable.
(De Ninguna parte, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2013)
Preciosos versos en un sencillo homenaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rarael, todos dicen que me parezco mucho a mi padre; yo no niego ese parecido porque sigue en mí, vivo y perdurable, su modo de ver las cosas, incluso en la oscuridad del final. Abrazos y mil gracias por estar cerquita en este homenaje.
EliminarHermosísimo, dulce y cruel poema, con tu permiso lo comparto.
ResponderEliminarClaro que sí, Isabel, la poesía no es más que un vuelo libre que debe buscar siempre destinatarios nuevos. Un gran abrazo y un privilegio tu amistad.
EliminarYa lo había leído, pero esa puerta es tan bonita que me apetecía volver a saber de ella. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSé que conoces mi literatura, querido Paco, y sé también que mis versos en tus manos están siempre en el sitio más hospitalario. Como sabes, la celebración familiar ha hecho más evidente algunas ausencias. Y esa es la razón de recuperar este poema. Un gran abrazo.
EliminarLeyendo una vez más ese silencio que en ocasiones se hace tacto, junto a tanto amor, respeto y delicadeza… consigues emocionarme. Gracias por esa forma tan tuya y tan hermosa de contar la vida. Un gran abrazo, Maestro.
ResponderEliminarUn abrazo María, hoy con velas y con el soplo cálido de quien comparte amistad y poesía; mi padre me enseñó muchas cosas. En su forma de estar habitó siempre el hablar sereno, la media distancia y el respeto hacia lo más humilde, que es siempre lo esencial. Besos de nuevo.
EliminarLa última estrofa da una puntual descripción de todo lo anterior.
ResponderEliminarBroche de oro.
Hola Tracy, el poema pertenece a mi último poemario "Ninguna parte"; es un libro que se mueve entre dos polos, los derrumbes diarios y esa necesidad cotidiana de buscar puntos de luz. Un gran abrazo.
EliminarES un poema precioso José Luis, tan sincero, tan armónico... emocionante.
ResponderEliminarMe encanta!
Feliz noche de San Juan y un abrazo muy fuerte para ti,
Sandra.
Feliz noche, Sandra, la literatura es siempre poesía emotiva, tejido lírico, si no es así, no sirve demasiado, solo para juegos verbales. Un abrazo.
EliminarAsí lo veo yo también José Luis.
EliminarFeliz semana para ti!
Veo que siguen creciendo tus textos, Sandra, suerte con la antología y suerte también con tus micros porque están llenos de chispa. Un abrazo cálido desde Rivas.
EliminarEmotivo y conmovedor Jose Luis. Toda clase de amor, inspira, y este poema está muy bien inspirado y sentido. Un abrazo Jose Luis.
ResponderEliminarEs un homenaje tangible a quien me enseñó que ser coherente es el primer paso de una senda que siempre perdura en mi retina. Los que se van permanecen callados en nuestro corazón. Un fuerte abrazo y me alegra que te guste este poema, uno de los textos esenciales del libro "Ninguna parte". Que tengas un buen día.
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