Siento el mar como un territorio cómplice que hay que disfrutar en soledad. En su presencia se abre un diálogo interior que lo personifica, que lo convierte en un ser vivo y pensante. Cuando regreso a lo laborable, viaja conmigo en la retina.
Hay geografías, querida amiga, que son dibujos exactos de estados afectivos. El mar aporta el sereno vaivén de mirar las cosas a distancia, como si nos alejara del conflicto y fuésemos simples espectadores ajenos. Un gran abrazo.
Lo humilde siempre es grande, querida poeta; de ahí que el haiku se haya convertido en los últimos años en una relevante aportación a nuestro espacio creativo del ahora. Tu haiku es una delicia. Muchas gracias.
Siento el mar como un territorio cómplice que hay que disfrutar en soledad. En su presencia se abre un diálogo interior que lo personifica, que lo convierte en un ser vivo y pensante. Cuando regreso a lo laborable, viaja conmigo en la retina.
ResponderEliminarRubrico con mis sentimientos todas y cada una de las palabras que dices un poco más arriba. Siempre lo tengo conmigo, me hace tanta falta...
ResponderEliminarHay geografías, querida amiga, que son dibujos exactos de estados afectivos. El mar aporta el sereno vaivén de mirar las cosas a distancia, como si nos alejara del conflicto y fuésemos simples espectadores ajenos. Un gran abrazo.
EliminarEl mismo mar
ResponderEliminarazulmente y grismente
y negramente.
(AITOR SUÁREZ)
Muchas gracias por tu aportación a estos puentes de papel. Y un saludo con mar de fondo.
EliminarY siempre el mar,
ResponderEliminarinesperadamente:
rumorosa alma.
Saludos, José Luis, con esta humilde aportación a Puentes de papel.
Un abrazo
Lo humilde siempre es grande, querida poeta; de ahí que el haiku se haya convertido en los últimos años en una relevante aportación a nuestro espacio creativo del ahora. Tu haiku es una delicia. Muchas gracias.
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