A pie de mar |
VIEJOS CONOCIDOS
No se da cuenta de que no me quiere, y yo procuro no recordárselo. A pie de mar, habitamos a medias un desamor correspondido que no requiere ningún gramo de autocompasión. Muertos se vive bien. Dos viejos conocidos, flores sin tallo que se nutren con atardeceres y migas de pan duro.
(De Cuentos diminutos)
¡Qué maravilla de texto a la vez que triste!
ResponderEliminarLamento que el cuento te deje un poco triste y una vez más un gran abrazo.
Eliminar¡Uff! ¡Y cuánto hay de esto!¡ Qué bien dicho! La imagen, el complemento perfecto. Un abrazo, José Luis.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, poeta. Y agradecido por la reflexión.
EliminarQué triste vivir la compañía en soledad. Hay más casos de los que creemos. Te bastan unas líneas para trazar una realidad frecuente. Un abrazo fuerte, José Luis.
ResponderEliminarHola querida amiga; los cuentecillos buscan las grietas de lo real y sacan de ellas su verdad literaria. Eso es el quehacer continuo de las palabras. Un fuerte abrazo y mil gracias por seguir cerquita.
EliminarHay desamores que están llenos de amor, tu texto me hace reflexionar. Hermoso.
ResponderEliminarQuerida amiga, mi más cordial enhorabuena por la salida de tu poemario. La portada es muy atinada y llamativa. En cuanto al relato, ya sabes que los itinerarios sentimentales están llenos de sorpresas; nunca discurren en línea recta. Abrazos fuertes y muchas gracias por tu lectura.
Eliminar