Londres Fotografía de Javier Cabañero |
AL CIERZO DEL INSOMNIO
Con frecuencia te quejas
del ínfimo desvelo
que suelo regalarte en medio de la noche,
y al cierzo del insomnio te aventuras
buscándome tres pies.
Duerme seguro;
no hay ninguna estrategia.
Mi historia es la viñeta desechada
por un mal dibujante,
a quien le han ofrecido otro trabajo.
(De Enemigo leal, Sevilla, 1992)
Me encanta. El final es además fantástico.
ResponderEliminarUna de las claves del poema, querida Isabel, es saber dónde desemboca, por eso el cierre es primordial; me alegra que te haya gustado. El poema pertenece a uno de mis primeros libros y siempre que vuelvo a sus páginas percibo en mi un ejercicio de nostalgia, un rastro insomne. Un abrazo entrañable.
EliminarTiene razón Isabel, un final redondo. Y a ese insomnio guerrero, que nos enfrenta a nosotros mismos, qué bien le conozco.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, es ese tiempo que nos deja a diario frente al rumor de la incertidumbre. Ahí seguimos, Antonio, entre libros y afectos. Abrazos cordiales.
EliminarAdmiro tu gran ingenio.
ResponderEliminarUn abrazo
La amistad querida Tracy hace ver espejismos e ingenios en lo que solo es dedicación, trabajo y esfuerzo emotivo, así que encantado de seguir juntos en este largo recorrido del blog, repleto de palabras y sueños. Un abrazo agradecido.
Eliminar