Juan Ramón Jiménez (Moguer, 1881- San Juan, Puerto Rico, 1958) |
EL COMPROMISO CÍVICO DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ
Si vis pacem para bellum
(Si
quieres la paz, prepara la guerra)
Adagio Latino
Si quieres
paz, prepárate
para vivir en
paz con todo el mundo
Juan de Mairena
En el arco temporal de la guerra civil fueron muchos los intelectuales
que hicieron pública su lealtad al régimen republicano. Así se constataría en
el II Congreso Internacional de Escritores, celebrado en Valencia[1], que
reunió en sus debates a voces que condenaron la rebelión de Franco y su
ensañamiento. Pero la fidelidad al régimen vigente se percibe de manera
ejemplar en la biografía de cuatro poetas: Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez,
Federico García Lorca y Miguel Hernández a quienes el hispanista Ian Gibson
–bien conocido por los lectores por sus investigaciones sobre nuestra historia
contemporánea- dedica su estudio Cuatro
poetas en guerra[2].
Queda fuera Rafael Alberti, el poeta con más conciencia política, cuya
actuación, sin duda merece un monográfico.
El golpe de un grupo de militares en África, en julio de 1936, contra el
gobierno surgido en las elecciones de febrero que dieron el triunfo al Frente
Popular, fue el principio de una bárbara contienda que cercenó la convivencia,
desmanteló la sociedad civil y trajo como epílogo una inacabable dictadura. El
enfrentamiento afectó a todos los sectores sociales y exigió pronunciamientos
personales[3].
El poeta de Moguer, Juan Ramón Jiménez, personificó el aislamiento y el
vuelco obsesivo en una obra que exigía una dedicación completa, sin embargo
fueron muchas sus manifestaciones a favor de la república, sin la estridencia
del ciudadano en la calle; en el exilio continuó su apoyo moral. Es copioso el
anecdotario que ratifica el complejo carácter de Juan Ramón. Es un
neurasténico, abrumado por la sospecha, que evita el contacto con editores y
poetas[4]. La
ayuda tutelar de Zenobia le permite sortear las dificultades más inmediatas. Al
margen de cualquier militancia, había apoyado a Manuel Azaña en 1934,
indisponiéndose con Gil Robles y no dudó en alinearse con el Frente Popular, lo
que desdice su falta de preocupación social.
Cuando estalla el golpe militar del 18 de julio, Juan Ramón Jiménez
vivía en el número 38 de la
Calle Padilla , en el acomodado Barrio de Salamanca. En él
firma el manifiesto de apoyo a la república que le presenta el joven escritor
Arturo Serrano Plaja[5].
Asimismo explayaría su postura en los micrófonos de la radio. Su labor
humanitaria se concreta en hacerse cargo en uno de sus pisos del alojamiento y
manutención de un grupo de niños huérfanos. Antes de abandonar Madrid remite un texto a Rafael Alberti para que se
publique en El mono azul.
En agosto de 1936 solicita permiso para viajar con su esposa a Estados
Unidos. La marcha se justifica por la firma de un compromiso editorial con el
Departamento de Educación de Puerto Rico. Manuel Azaña respalda esa decisión
que creará al moguereño muchos
detractores. Es nombrado Agregado Cultural de la Embajada de España en
Washington. El 22 de agosto cruzan la frontera francesa y pasan unas jornadas
en Paris, perciben indiferencia ante el conflicto español; cuatro días después
viajan en el Aquitania hacia Nueva
York, donde viven los hermanos de Zenobia. En la metrópolis organizan una
suscripción a favor de la protección de niños huérfanos y buscan apoyos para la
república, pero la opinión norteamericana aboga por la no intervención en
asuntos europeos y la fama de Juan Ramón es mínima y no traspasa los ambientes
de algunos hispanistas. El 29 de septiembre se instalan en San Juan de Puerto
Rico una urbe más habitable en cuyo ámbito cultural se integra pronto. Después,
reclamado como conferenciante por la Institución Hispanocubana ,
marchan a Cuba. En la isla continúa su proselitismo republicano y de vez en
cuando tiene que justificar el autoexilio, que siembra algunas dudas sobre los
principios de su existencia[6]. Esta
estancia cubana cumple un ciclo de tres años, tras los cuales viaja a Estados
Unidos para vivir otros tres años en Florida cuyo clima le agrada y en donde
encuentra nuevas posibilidades de sustento. Allí conocerá el fallecimiento de
Antonio Machado –como antes supo del asesinato de Federico García Lorca-, un
hecho que le provoca un hondo desasosiego.
El domicilio madrileño de Juan Ramón es asaltado por jóvenes falangistas
que sustrajeron libros, manuscritos y documentos. Parte del robo desaparece,
otra parte se recupera más tarde; el aislamiento del poeta se acentúa y su
envejecimiento es evidente. Sólo algún paréntesis en Argentina o nuevas
ediciones lo revitalizan; pero su neurastenia suma el cáncer de Zenobia y un
estar que lo agota. El renacimiento del Premio Nobel coincide con la muerte de
Zenobia. Dos años más tarde, en 1958, muere el poeta.
José Luis Morante
[1] Los
sublevados conquistan el centro peninsular casi sin oposición y, tras la toma
de Toledo, y se impone la opinión de que la caída de Madrid es inevitable. El 4
de noviembre de 1936 se gesta un poder ejecutivo de urgencia, presidido por el
socialista Francisco Largo Caballero quien para preservar la autonomía política
decide el traslado a Valencia. Se oponen a la propuesta los cuatro ministros
cenetistas y los dos comunistas, pero la decisión se impone. De ese modo
Valencia se convierte en capital política de la II República.
[2] Ian
Gibson hace un análisis muy documentado sobre la lealtad a la causa republicana
de Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y Miguel
Hernández en Cuatro poetas en guerra, Planeta, Barcelona, 2007.
[3] La
defensa de Madrid se encomienda a una Junta de Defensa en la que participan
todas las formaciones ideológicas con representación en el Consejo de
Ministros. La preside el general José Miaja.
[4] Sólo Juan Guerrero Ruiz, que Juan Ramón
motejó como “Cónsul general de la
Poesía ” goza de su confianza como editor; en algún momento,
pensando que sufría engaño en las liquidaciones por derechos de autor llegó a
plantearse la creación de una editorial propia.
Conocemos su admiración por
la lírica de Antonio Machado. Reseñó en el diario El Sol la cuarta edición de Poesías
completas.
[5] Esta
declaración se publicaría el 31 de agosto de 1936 en las páginas de Abc. Entre los firmantes también figuran
Gregorio Marañón, José Ortega y Gasset y Ramón Pérez de Ayala.
[6] El devenir de Zenobia y Juan Ramón puede
documentarse en los minuciosos diarios de Zenobia Camprubí –edición de Graciela
Palau de Nimes, Alianza Editorial, Madrid, 2006-, páginas evocativas que
relatan las diferentes etapas del exilio.
Preparo una edición crítica sobre la literatura española del siglo XX y consulto materiales. Vuelvo a leer un artículo publicado en su día en la revista "La Luna de Mérida", sobre el compromiso cívico de Juan Ramón Jiménez con la causa republicana. No fue un poeta ensimismado sino un activo valor del gobierno legal.
ResponderEliminarA mí el caso que me resulta más impresionante es el de Miguel Hernández. Pudo salir de España tras la derrota de la República, pero eligió regresar a Orihuela con su mujer y su hijo (se creyó aquella mentira franquista de que "quienes no tuvieran las manos manchadas de sangre no tenían nada que temer"). Allí fue detenido, juzgado en consejo de guerra y condenado, inicialmente a muerte y luego conmutada su pena por 30 años de cárcel. Fue llevado a la prisión de Alicante donde, debido a la pésima alimentación, la humedad y el frío, contrajo la tuberculosis. En esa tesitura se le abrió la posibilidad de traicionar sus ideales y firmar escritos laudatorios hacia Franco y su régimen (lo que probablemente le habría salvado la vida y le habría permitido volver con su familia -que pasaba penurias económicas-) o bien morir dignamente sin abjurar de sus ideas políticas y sociales. Eligió esto último y por ello murió en 1942.
ResponderEliminarHay cuatro nombres propios de la poesía más esencial del siglo XX que tienen una intensa biografía ligada a la incivil contienda de 1936: Miguel Hernández, Federico García Lorca, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez... Pero afectó a todo el cuerpo intelectual como afectó a la convivencia cívica que quedó marcada por el horror. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu magnífico comentario.
EliminarYa aguardamos con interés esa Edición crítica sobre la literatura española del siglo XX. Seguro que nos acercas sorpresas y matices en torno a autores y sus circunstancias. El aperitivo que precede a estos comentarios así lo sugiere. Un fuerte abrazo, José Luis.
ResponderEliminarQuerido Antonio, es un trabajo que requiere un tiempo dilatado para su realización, así que hay que caminar poco a poco, como exige la distancia larga. La entrada de hoy pretende romper el tópico que borra media biografía de Juan ramón. No sé si servirá de algo, al menos, es bueno no dar la razón a los que no la tienen. Abrazos.
EliminarCada tarea tiene su tiempo de trabajo y más cuando se trata de una labor crítica y de investigación; el hecho del interés que apunto por conocerla, por supuesto, no conlleva ninguna exigencia en cuanto a plazos. ¡Faltaría!
EliminarPor otra parte, es cierto que Juan Ramón es un poeta poco conocido, hacia el que muchos tienen cierta prevención. Lo tachan de elistista, por lo de "Mi obra", sin saber que más allá de ésta, o formando en el fondo parte de la misma, está toda una labor de compromiso político y solidaridad. Es como si el hecho de haberle concedido el Nobel durante la dictadura de Franco lo hiciese parte de ella, cuanto desde su salida de España vivió un exilio en toda regla.
Suscribo una por una cada una de tus ideas, querido poeta; el escritor es un universo plural que engloba contradicciones como sucede en cada uno de nuestros itinerarios; pero su escritura es un continente repleto de sitios de interés. Abrazos y muchas gracias por tus palabras sobre la edición crítica.
EliminarHola José Luis, no sé si habrás visto la última entrada de mi blog,sino es así te comentaré que Pedro Ojeda y yo estaremos hoy, a las 7 de la tarde, en la calle Fuencarral, 18, 3º Izquierda en Sexpol. Pedro va a presentar su libro" piel" y yo mi último libro que es una novela histórica y que la titulo " La Fuente de los pájaros", te lo dejo por aquí porque quizás te apetezca ver a Pedro y darle una sorpresa, porque sé que es más difícil verle.
ResponderEliminarPerdona que te haya dejado la invitación en el blog, pero no suelo pasar por facebook.
Y qué decirte de Juan Ramón Jiménez si es mi guía. Con 16 años ya había leído toda su poesía y después nunca he dejado de leerlo, incluidas su biografías.
Besos
Hola Luz, he pasado la mañana en Morata y vuelvo ahora por lo que debo realizar un trabajo pendiente e inmediato; esta vez no puedo disfrutar de vuestra compañía, pero creo que ahora será más fácil coincidir porque me he jubilado y solo es necesario programar con tiempo. Da un gran abrazo a Pedro y otro para ti. Enhorabuena por el nuevo libro.
Eliminar