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día de la mujer
De Malena recuerdo la sonrisa,
perdida en el trastero de los besos.
De Penélope, claro, las demoras
por esa indesmayable afición al ganchillo.
De Amanda la estadística
que racionalizaba los rechazos
y una balada dulce que compuso
el cantautor chileno Víctor Jara.
De Aldonza el mal aliento,
las caderas, el brazo campesino,
y el suceso banal siempre azaroso
que empujó al buen Quijano
a convertirla un día en Dulcinea.
De Marta la metódica exigencia
de cobrar al contado cada noche
con la eficacia gris del prestamista.
La sórdida apariencia, las ojeras,
y una aguja hipodérmica en el brazo
son dolorosos restos de una muerte
de cuyo nombre no quiero acordarme.
De María Kodama el laconismo
y una dedicatoria insobornable,
precisa y notarial, respetuosa,
de aquel ciego inmortal llamado Borges.
De Adela el aleph cómplice
que guarda a cada nombre el sitio justo.
(Causas y efectos, Sevilla, 1997)
Es el día de la mujer y mi poema se adentra en su misterio. Están todas: las que siguen conmigo al cabo de los años - Adela, Irene y Ana; las que ya son recuerdo laboral y amistad desde cerca; las que fueron niñas en el pupitre de los años; las ausentes, las que vivieron cicatrices y sombras... A todas, mi gratitud, mi solidario afecto.
ResponderEliminarEl ritmo del poema es ejemplar: alto virtuosismo y el mensaje de última hora un telegrama de urgencia en el que está toda la vida del hombre, del padre y del poeta.
ResponderEliminarUn abrazo entrañable, querido Hilario. Eres un gran lector, así que muy contento con tu comentario. Disfruta de la primavera y de ese nuevo tiempo personal y literario. Y ya cuento los días para pasar una velada inolvidable en Toledo. Feliz día.
EliminarCoincido, querido José Luis, con la opinión de Hilario. Un poema lúcido y oportuno en esta fecha.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, querido Antonio, es un homenaje a quienes han estado en el camino con la piel del afecto, con el hombro cerca. un fuerte abrazo.
EliminarFantástico poema José Luis, de agradable lectura, ingenioso, y bien recurrido. Abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias por el afecto y la complicidad lectora; hoy era día de reflejar deudas y homenajes. Y ahí están las palabras para seguir juntos en la amistad y en la poesía. Muy agradecido por tu reflexión.
EliminarGracias, José Luis, por este poema hoy. Todas contigo disfrutando de la poesía. Un cálido abrazo.
ResponderEliminarGracias, poeta, sabes lo difícil que es estar solo en el laberinto de lo diario; y sabes también cuanta voz y emoción caben en la palabra "mujer". Un fuerte abrazo
EliminarBuena pléyade de mujeres literarias
ResponderEliminarY personales, Tracy, que en mis poemas siempre caminan de la mano vida y literatura. Que disfrutes en tu día. y que seas muy feliz. un saludo grande.
Eliminar¡Una belleza!
ResponderEliminarNunca estarás solo con tantos recuerdos.
Abrazos
Son lo mejor que tengo, Gabriela, esa soledad en compañía hecha de latidos y respiraciones, hecha de tiempo al paso. Un fuerte abrazo y feliz día de la mujer.
EliminarGracias, José Luis.
EliminarAbrazo con latidos.
Gracias a ti, Gabriela, que formas parte de ese territorio afectivo que trasciende fronteras y supera al tiempo. Un gran abrazo.
EliminarHola José Luis, me has traído a la memoria que en cada nombre de mujer hay escrito un poema y en cada poema la huella del hombre, como está ahí también la tuya. Me ha gustado mucho volver a leer Homenajes, recordar las mujeres literarias y reales que han dejado su rastro en ti. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarQué atinada tu lectura, Carmela, y qué placer percibir de nuevo cerquita tu amistad; el poema funde imaginación, lectura y recuerdos, esa materia que va construyendo nuestra identidad. Y ayer, en este tiempo de barbarie y violencia de género, me pareció necesaria definir mi postura: poner voz al homenaje y a la gratitud. Un fuerte abrazo.
EliminarPasear por una vida parando en el sentimiento de cada nombre de mujer con un poema tan pleno, es un lujo. Un abrazo, José Luis.
ResponderEliminarEn mi vida se mezclan -y no es un contrasentido, al menos para mí- existencia y literatura; y ambas facetas de lo diario conviven con un rastro de afectos que se va prolongando en el tiempo. Este poema sirve de homenaje a esa compañía fiel de mis pasos. Un gran abrazo y muy agradecido por tu reflexión.
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