Amanecimos sobre la palabra Antología de poesía joven venezolana Selección y prólogo de Oriette D'Angelo Team Poetero Ediciones El Rosal, Caracas, 2016 |
PRISMA POÉTICO DE VENEZUELA
Ofrecer un panorama limitado por
fechas generacionales siempre deja la impresión de un enfoque parcial,
estrictamente realizado con los aportes de unas cuantas presencias creadoras. La
propuesta Amanecimos sobre la palabra con selección y prólogo de Oriette D’Angelo dibuja el orbe poético del ahora
venezolano mediante una nómina de veintinueve poetas nacidos entre 1985 y 1999.
La juventud de los incluidos habla más bien de propuestas que de realizaciones
concretas; casi todos los integrados en la muestra permanecen inéditos en papel y han difundido los poemas a través del espacio digital.
Pertenecen a una coral de autores que encuentra en el ciberespacio difusión a
través de blogs, revistas digitales o páginas web. Sus recorridos urgentes
deben adquirir solidez a través del legado de la tradición y del conocimiento
de magisterios que aporten raíces. Oriette D’Angelo menciona en su introducción
a Pablo Rojas Guardia como tronco firme del canon contemporáneo; de
su verso “Amanecimos sobre la palabra Angustia” nace el título de esta compilación.
Editado en un tiempo sombrío por los conflictos sociales que asolan el
país y su fraccionamiento político, parece necesario también hablar del
contexto histórico en el que afloran las palabras de esta amanecida. Al cabo la
poesía, como argumentara con acierto el crítico y ensayista Juan
Carlos Rodríguez, es una construcción histórica, ligada al devenir comunitario
y al espacio político y social, saturado de ideología, donde los poemas surgen y se expresan. Así se percibe, por ejemplo, en
la poesía de Juan Rojas, donde el entorno es colapso, expresión de la angustia
que interacciona con cada sujeto se erige en génesis versal, o en Cristina Gutiérrez Leal, que sondea los sustratos del yo desde el ser comunitario. También en Daniel Arella para quien "Escribir poemas es dar la cara".
La selección comienza con Oswaldo Flores, escritor nacido en Caracas en
1985 y tiene como último paso la apuesta juvenil de Darya Chávez Prigorian. Y
en su desarrollo Amanecimos sobre la
palabra mantiene un cauce muy útil para el lector: cada propuesta
individual está integrada por los datos biográficos, un apunte estético con los
signos más relevantes del autor y dos o
tres poemas que, si bien no permiten asimilar de inmediato la senda estética
individual, despiertan la curiosidad de buscar en las redes un mayor despliegue
del quehacer estético.
Queda claro en la antología de Oriette D’Angelo que en la última promoción
que sale al día en Venezuela no hay monopolios estéticos ni homogeneidad
estilística sino un amplio despliegue, un muestrario de ideas con
significativas diferencias que va desde el coloquialismo que sondea entre la
pérdida de referentes y el desamparo en la construcción de la propia identidad a
la vanguardia experimental, desde el objetivismo autobiográfico hasta la
problematización de la escritura transformada en estrategia revolucionaria.
Amanecimos sobre la palabra hilvana
materiales aportados por sensibilidades diversas que aquí se combinan como un
todo unitario. Se alza así un punto de vista plural que da fe de vida de una
escritura omnívora, cuyos ingredientes –imaginación, necesidad expresiva,
pensamiento sobre el sentir y el vivir y crónica del entorno, que ayude a
comprender la realidad- cooperan entre sí para dar continuidad a una tradición
que siempre requiere una nueva capacidad interpretativa, la amanecida de un ideario
hecho cambio y metamorfosis. Poesía sin mordaza, tercos universos contraídos donde
habita la memoria encendida para el recuerdo y la capacidad para olvidar.
Aunque internet permite un mapa desplegado de entornos literarios alejados, mis impresiones sobre la poesía más joven de Venezuela y sobre las ediciones de Team Poetero no serían posibles sin la generosidad de la poeta Gabriela Rosas. es admirable su desvelo por dejar en mi mesa los sonidos cálidos de la nueva poesía. Gracias de corazón, querida Gabriela; de nuevo, dejo mi deuda afectiva con tu amistad.
ResponderEliminarGracias a ti poeta. Mi admiración por tu trabajo y tu solidaria palabra solo crece. Tu mirada es valiosa e importante para mí y los míos. La poesía es belleza y se comparte. Mi deuda contigo es inmensa. Gracias por tu tiempo y tus lecturas. Gracias por la amistad y el nido.
ResponderEliminarGracias por esta estupenda y notable reseña sobre una de las muestras de la poesía venezolana reciente, que ha publicado Team Poetero Ediciones, y que así acercas a la mirada del mundo.
Agradecida siempre.
El contexto de la poesía venezolana actual es tan desapacible que resulta obligado aplaudir a quienes como tú respiran poesía. Así que la admiración es mía. Te debo mucho poeta. Seguiré aprendiendo. Un abrazo fuerte.
EliminarY yo a ti poeta, seguiré igualmente aprendiendo de ti.
ResponderEliminarMi aplauso para ti y para toda la gente que abre puertas y ventanas para la voz del otro y sus iniciativas, que hacen país y hacen mundo; como es el caso de Marlo Ovalles, su Team poetero y su editorial Team Poetero Ediciones. Ustedes son Islas luminosas para la poesía.
Abrazo agradecido.