Renglones del yo Fotografía de Rosa María Hernández |
AUTOBIOGRAFÍA
También soy yo
por la fidelidad a mis contradicciones,
por permitir gozoso,
cuando las plazoletas solitarias
reivindican el silencio y la sombra,
que un recuerdo me asalte en el espejo
como un rastro de luz, leve, intangible,
e inicie una liturgia
con frecuencia de rito
de nombres, fechas, gestos
y túmulos de sueños
nadando alborozados en el mar
de una cronología sospechosa.
Tanta dulce mentira esconde a otro.
(De Pulsaciones, Takara Editorial, Sevilla, 2017)
La ternura es un poder. Estan hermoso este poema que funda otra manera de mirar(me) al espejo. Ese final es un planeta entero.
ResponderEliminar¡Qué belleza!
Gracias Gabriela, nunca encuentro en tus palabras el aliento frío de la decepción, que tanta fuerza expansiva tiene en estos tiempos. Así que muy feliz por saber que tu optimismo ve amanecidas en los poemas y en las calles del día.
EliminarTus calles siempre son de día, aunque la noche, aunque las sombras, aunque el ánimo; contra todo están tus mapas, tus motivos, tus pulsaciones y la alegría de leerte.
EliminarEs una alegría mutua, Gabriela, sé que a veces mis sombras te parecerán láminas de papel, trivialidades de bolsillo. Sé lo que supone estar en tu país ahora. Así que seguiremos trabajando en común amistad y poesía. Besos.
ResponderEliminarSomos tan complejos...
ResponderEliminarY eso nos obliga a una continua búsqueda de nuestra voz Tracy, a un reconocimiento que nunca se encoge. Un fuerte abrazo.
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