Cobijo (Palma de Mallorca, 2017) Fotografía de Javier Cabañero |
EN FAMILIA
En casa no nos gusta incomodar a nadie, señor comisario. Las cosas son
como son. No hay más indicios, pero todos buscábamos algo. Mi madre buscó
siempre el sosiego en la farmacia; mi padre en la mudez de un cigarrillo,
convencido de que el cansancio y el frío están en las palabras, pero son otra
cosa; mi hermana, cuando niña, en el reclinatorio de la ermita y después en la
esquina más rentable del polígono sur. Yo que no busqué nada, encontré un libro
y en él sigo.
Vivimos juntos el abuso feliz de sentirse en familia. Repare usted que
en nuestra casa los sueños nunca dieron ningún paso.
(De Cuentos diminutos)
¡¡¡MAGISTRAL!!
ResponderEliminarTus "cuentos diminutos", me gustan muchísimo. ¿Están ya editados?
Todavía no, Tracy, salvo un pequeño anticipo que editó mi amigo Hilario Barrero en Nueva York con abundantes ilustraciones y un mimo maravilloso en el diseño... Es uno de los proyectos pendientes que debo retomar si consigo centrarme en el género. Un gran abrazo.
EliminarGrandeza en esos "tus Cuentos diminutos". Un abrazo siempre.
ResponderEliminarHola María, qué alegría me da saber ahora mismo que regreso que has estado cerca del blog y de la memoria. Un fuerte abrazo.
EliminarMe encanta José Luis! Cuentos Diminutos, pero grandísimos.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, hoy desde un Oviedo lluvioso (por fin).
Sandra.
Un gran abrazo de bienvenida Sandra, porque ya sabes que romper la rutina es dejar sitio a comenzar de nuevo. Un fuerte abrazo.
EliminarGracias, José Luis. Vuelve pronto, se te echa de menos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras Nicolás; era necesario, después de un año muy intenso, un descanso que llenara la mirada y el corazón con nuevas esperanzas y ahora regreso, con la certeza de que estaré con gente como tú, siempre entrañable, siempre llena de afecto. Un abrazo.
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