En Rivas Fotografía de Javier Cabañero |
FOTOGRAFÍAS DEL YO
El discurrir de los años
le llevó a la conformidad definitiva. No decía nada. Eran sus fotografías
antiguas las que cambiaban de gestos a diario. Él consentía. Pensaba que las
imágenes extendían zonas de paso entre pretérito y presente.
Percibía en ellas esa ternura
triste del silencio, la tangible textura del recuerdo.
(De Cuentos diminutos)
Tan profundo como hermoso. Me gusta que lo escribieras en pasado.
ResponderEliminarGracias, María José; las fotos personales se revelan con el paso del tiempo, adquieren vida propia como si las habitara otra identidad que no soy yo. Siempre un placer tu compañía en estos puentes. Feliz día.
EliminarQué grandes, los "Cuentos diminutos"! Un abrazo.
ResponderEliminarQué grande tu amistad, un neologismos inventado a diario, hecho de asombro y afecto. Un fuerte abrazo.
EliminarTu cuento diminuto me ha recordado a todas las veces que al mirar la foto de mi madre (hace 18 años que ya no la tengo) a veces me parece que me sonríe y otras que se pone más seria conmigo dependiendo de lo que yo crea que tiene que reprocharme o de si pienso que estará contenta conmigo... Creo que no vas tan descaminado con eso de las fotos que cambian de gesto.
ResponderEliminarMe parece precioso José Luis. Un fuerte abrazo y espero que vayas echando fuera virus y demás incomodidades otoñales.
Sandra.
Esa sensación también la vivo yo a diario; ahora recién regresado del viaje y con los hermosos paisajes rodeándome me parece que es otro quien se asoma al papel, quien pone la sonrisa del asombro entre sus labios. Un fuerte abrazo, querida Sandra, y gracias por tu interés; hoy voy mejor, y solo a ratos se me atasca el oído... Un abrazo.
Eliminar¡Qué buena foto! y qué buenas palabras la corroboran.
ResponderEliminarGracias, querida Tracy; los cuentecillos siguen avanzando con lentitud, como esos deseos que solo habitan el presente. Un fuerte abrazo.
EliminarDiminuto abrazo. Nada gris, nada lejano.
ResponderEliminarEiz jornada!
Me alegra verte cerquita, poeta; sin ti mis cuentecillos languidecen y se hacen liliputienses. Un fuerte abrazo.
EliminarA mi tus cuentos me alegran.
ResponderEliminarGracias por tu estar.
Abrazo largo
La verdad es que alguna vez debería plantearme completar un libro con esos microrrelatos, pero falta tiempo, poeta, y no quiero que los cuentecillos lleguen obligados, sino que presenten su mínima talla cuando les apetezca. Sin agobios. Muy agradecido por tu continuo estar.
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