Ubicado en las riberas del Adaja y próximo a la ciudad de Ávila, el Soto es uno de los espacios naturales más cálidos de la naturaleza abulense. Formado por fresnos, chopos, encinas y zarzales, el entorno ofrece al visitante una demorada invitación a estar solo, una huida que permite escuchar las voces interiores, esas palabras que definen nuestra identidad.
Pero hay días en que esa soledad es necesaria para borrar el mapa del cansancio, para dejar por unas horas el quehacer literario junto al silencio. Un fuerte abrazo.
Ya sabes que me gusta la soledad José Luis. En realidad tiene un tanto de egoísmo, es un tiempo que me dedico a mí en exclusiva y eso también hace que luego me moleste todo un poco más, pero en otro momentos también soy consciente de la falta que supone. En todo caso creo que todos deberíamos de tener ese privilegio de poder gozar (en el más amplio sentido de la palabra) de ese tiempo para nosotros en el que a veces callamos y otras, incluso, nos gritamos a nosotros mismos. Que tengas un maravilloso finde en compañía de quien tu quieras José Luis. (Yo feliz, con la reseña que generosamente me hizo Hilario Barrero en su blog, todo un lujo (como lo es la tuya)). Un abrazo enorme, Sandra.
Enorme saturación en el cierre semanal, querida Sandra, y esa sensación de que lo que realmente importa tiene un peso específico limitado por los compromisos diarios. ganas de estar solo. De oirme. De ser...Y mi más cordial enhorabuena por esa lectura de Hilario Barrero. Gracias por tu afecto, poeta.
No tengo muchas habilidades sociales, J Carlos, me he acostumbrado a la voz de los libros, y la voz natural siempre me suena demasiado fuerte. Un abrazo agradecido por tu compañía en estos puentes.
Hola Tracy, has visto qué apariencia mágica tenía el Soto; como si afirmara en su silencio que la imaginación enseña a desconfiar de lo real. Un fuerte abrazo siempre.
Ubicado en las riberas del Adaja y próximo a la ciudad de Ávila, el Soto es uno de los espacios naturales más cálidos de la naturaleza abulense. Formado por fresnos, chopos, encinas y zarzales, el entorno ofrece al visitante una demorada invitación a estar solo, una huida que permite escuchar las voces interiores, esas palabras que definen nuestra identidad.
ResponderEliminar"Non, je ne suis jamais seul / avec ma solitude" (Nunca estoy solo con mi soledad) cantaba Moustaki.
ResponderEliminarPero hay días en que esa soledad es necesaria para borrar el mapa del cansancio, para dejar por unas horas el quehacer literario junto al silencio. Un fuerte abrazo.
EliminarYa sabes que me gusta la soledad José Luis. En realidad tiene un tanto de egoísmo, es un tiempo que me dedico a mí en exclusiva y eso también hace que luego me moleste todo un poco más, pero en otro momentos también soy consciente de la falta que supone. En todo caso creo que todos deberíamos de tener ese privilegio de poder gozar (en el más amplio sentido de la palabra) de ese tiempo para nosotros en el que a veces callamos y otras, incluso, nos gritamos a nosotros mismos.
ResponderEliminarQue tengas un maravilloso finde en compañía de quien tu quieras José Luis.
(Yo feliz, con la reseña que generosamente me hizo Hilario Barrero en su blog, todo un lujo (como lo es la tuya)).
Un abrazo enorme,
Sandra.
Enorme saturación en el cierre semanal, querida Sandra, y esa sensación de que lo que realmente importa tiene un peso específico limitado por los compromisos diarios. ganas de estar solo. De oirme. De ser...Y mi más cordial enhorabuena por esa lectura de Hilario Barrero. Gracias por tu afecto, poeta.
ResponderEliminarA veces, estar solo es necesario. Otras es agotador. La soledad es como el amor y eso puede sonar raro, pero así se siente.
ResponderEliminarFeliz fin de semana!
Gracias poeta, y el mismo deseo; que disfrutes de estas horas tranquilas del fin de semana.
EliminarEstás solo y bien acompañado, como dices, de esa naturaleza natural y hermosa, que se ve. Me reconforta tu saber estar y disfrute del momento.
ResponderEliminarNo tengo muchas habilidades sociales, J Carlos, me he acostumbrado a la voz de los libros, y la voz natural siempre me suena demasiado fuerte. Un abrazo agradecido por tu compañía en estos puentes.
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ResponderEliminar...
Y yo también por transmitirme con humildad tu gran sabidurías.
¡Y tanto!
EliminarHola Tracy, has visto qué apariencia mágica tenía el Soto; como si afirmara en su silencio que la imaginación enseña a desconfiar de lo real. Un fuerte abrazo siempre.
EliminarEso es amistad, J Carlos, ese gesto de ver luz entre las rendijas de lo diario para abordar el día con una sonrisa. Muchas gracias y seguimos.
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