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CASA
VACÍA
Eres lo que recuerdas
BOBBIO
Es un libro vacío, sin indicios de tinta. En la casa ya no vive nadie, aunque están todos los moradores que un día la ocuparon. Escucho su fisiología desperdigada en pasos, susurros y gemidos. De cuando en cuando callan, como si se hubiesen mudado por unas horas
a otro lugar. Pero siempre regresan. Ayer, de noche, olvidaron cerrar la puerta de entrada y apagar luces. Alguien me despertó. No supe qué decir; me
siento un extraño ocupando un espacio de otros. Ellos me reconfortan; justifican mi
presencia previsora: “alguien debe soñarlos”
(De Cuentos diminutos)
Inquietante y seductor: una delicia.
ResponderEliminarMuchas gracias, querido Antonio; y gracias también por tu estar sosegado en este tiempo de prisas. Los microrrelatos esperan que un día pueda dar asiento a sus cauces argumentales en un libro. Antes debo yo también organizar el trabajo e ir con paso machadiano; más ligero de equipaje. A ver qué tal... Abrazos.
EliminarQuerido José Luis, no ocupas su espacio, los complementos. Eso de la ley física de la impenetrabilidad no va con ellos. Yo los llamo mis "ángeles anómalos", aunque la verdad es que a pesar mío y por eso de las cosas rilkeanas, yo de ángeles no entiendo. Abrazos amigo
ResponderEliminarMás que ángeles, querido poeta, los míos son fantasmas, máscaras del yo que siguen caminando entre luces y sombras. Un fuerte abrazo y mi amistad.
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