El discurso narrativo de lo diario tiene una caligrafía de contrastes: claridad y limo. Y es bueno conocer los reversos para fortalecer el optimismo. No creo que el andar tétrico de la decepción y el estridente discurso de las quejas lleven a sitios de interés. Más bien, suelen dejarnos en las aceras de ninguna parte.
El discurso narrativo de lo diario tiene una caligrafía de contrastes: claridad y limo. Y es bueno conocer los reversos para fortalecer el optimismo. No creo que el andar tétrico de la decepción y el estridente discurso de las quejas lleven a sitios de interés. Más bien, suelen dejarnos en las aceras de ninguna parte.
ResponderEliminarEstimulante reflexión, José Luis.
ResponderEliminarA modo de respuesta:
RIBERA
Danza la tinta
sobre la hoja en blanco.
¡Oh fértil limo!