lunes, 17 de junio de 2019

ÍNSULA, nº 870 (Revista de Letras y Ciencias Humanas /Junio 2019)

Ínsula nº 870
(Revista de Letras y Ciencias Humanas)
Junio, 2019
EL HAIKU ENTRE DOS ORILLAS
Editora:  Arantxa Gómez Sancho
EDITORIAL PLANETA S. A. U.
Coordinador del monográfico: JOSEP M. RODRÍGUEZ


EN TORNO AL HAIKU


   Con el libro Un día...(poemas sintéticos) (1919) José Juan Tablada introducía la forma poética del haiku en la lengua española. Aquel gesto precursor se recalca con fuerza en los ensayos de Octavio Paz, quien también cultivó la estrofa. Con Tablada amanece la trayectoria en el tiempo de un aporte singular que hizo dogma la reducción del verso a su esencia más pura. Cien años después, Ínsula impulsa el monográfico “El haiku, entre dos orillas”, coordinado por el poeta y ensayista Josep M. Rodríguez. El número aglutina a destacados especialistas y practicantes para reconstruir la larga travesía del mínimo poema y su experiencia estética en el tiempo.
   Josep M. Rodríguez abre página con el documentado umbral “La luna en Lilliput”. Indaga sobre el descubrimiento geográfico del archipiélago japonés a partir de las expediciones portuguesas del jesuíta Fernao Mendes Pinto. El posterior cierre del sogunato Tokugawa neutralizó la influencia extranjera y sumió al país en una autarquía que no concluye hasta 1853, cuando se restablece el comercio exterior. La apertura anima un intervalo de plena expansión que facilita el conocimiento de la sensibilidad nipona y la irrupción en el gusto occidental del espíritu japonés. Esta moda se vuelca en la literatura con una ambientación inspirada en el atrezzo del sol naciente y en historias y personajes nacidos tras el exotismo de la lejanía. Allí llega José Juan Tablada con otros corresponsales de periódicos y revistas. Ellos construirán la imagen literaria del país, muchas veces lastrada por un exotismo colorista. Los telegramas poéticos comienzan a traducirse y no tardarán en publicarse en francés. En 1920 se edita en Francia la primera antología de haikus y la expansión amanece también en España, propiciando un cruce de tradiciones en el que el haiku se afianza como aporte expresivo. Aglutina de modo natural una tradición y un conjunto de rasgos renovados.
   Fernando Rodríguez-Izquierdo aborda el panorama histórico del haiku japonés. Recuerda los cuatro periodos fundamentales de su evolución: los precedentes de la Edad Media; el papel nuclear de Bashô, como cima de intuición y madurez, sedimentado por su escuela; el tramo áureo desde el siglo XVIII, donde sobresalen las obras de Buson, Taigi, Chiyo e Isa; y la refundación del molde clásico con el haiku contemporáneo.
  Vicente Haya y Manuel Pérez Feria analizan la diversidad estrófica del poema breve, focalizando junto al haiku tradicional, al dodoîtsu, una poesía del pueblo que obedece al esquema 7-7-7-5. Concebido para ser cantado, el dodoîtsu mantiene una atención concentrada en la existencia como sedimento argumental. El ser es capaz de percibir con claridad el lenguaje del asombro y el despliegue incontinente de la vida natural, donde lo perecedero invita a la transcendencia. Es la conciencia del estar, la fuerza frágil del canto rodado que se desplaza entre la corriente del río.
  Frutos Soriano, ensayista y antólogo, recuerda el breve vocabulario procedimental. Así nos recuerda la semántica del “Haibun” o texto en prosa que inserta en su despliegue algunos haikus. El lector recordará de inmediato el libro Sendas de Oku, el mejor ejemplo del haibun. El número de términos comentados es muy amplio: haiga, haijín, haimi, haiku, kire, zappai… Soriano deja en su ensayo breve un selecto diccionario lacónico.
 Sobre el haiku en el devenir histórico de nuestro país versan los comentarios de Ricardo Virtanen, Susana Benet y José Luis Morante. El poeta, músico y profesor madrileño estudia el entorno modernista y la época de las vanguardias. Descubre los ecos de la estrofa en los Machado, Juan Ramón Jiménez y en el activo ultraísta. Cita algunos nombres de las vanguardias como Adriano del Valle, Antonio Espina, Mariano Gómez Fernández o Rogelio Buendía… El ámbito de la generación del 27 exhibió afinidades estéticas con el japonesismo de la mano de Lorca, Alberti, Aleixandre o Gerardo Diego.
   También con sentido diacrónico, Susana Benet recuerda los factores que facilitaron la introducción del molde poético y su capacidad para trasmitir sensaciones o plasmar lo instantáneo. Benet recorre fragmentos temporales en los que el patrón silábico se afianza hasta que en los años setenta, donde con la generación novísima se implanta como un elemento más de nuestra realidad cotidiana.
   José Luis Morante incide en algunas poéticas actuales del haiku como Jesús Munárriz, Susana Benet, Aurora Luque y Antonio Cabrera; se citan también otros coetáneos que hacen del esquema una herramienta habitual de su taller. Entre ellos destacan José Cereijo, Verónica Aranda, Aitor Francos o Manuel Lara Cantizani. 
  El monográfico no descuida aspectos solo en apariencia tangenciales como los problemas de traducción, estudiados por José María Bermejo, la espiritualidad y el espíritu del zen a cargo de María Salvador, el relato normativo del esquema verbal con sus integrados y heterodoxos, según el enfoque de Javier Sancho, y la mirada de cada yo poético a su espejo creador, que expande impresiones subjetivas de Jesús Munárriz, José Cereijo, Lara Cantizani, Aitor Francos y José Corredor-Matheos.
  Cierra la revista un equilibrado muestrario de haikus. El conjunto certifica la pujanza de la estrofa en el presente y la diversidad de planteamientos estéticos de un esquema expresivo que ya forma parte esencial del contexto poético foráneo.
  Concluyo. Es verdad que los monográficos de Ínsula adquieren una entidad atemporal que los convierte en materia de conocimiento. Una vez más, sus contextos críticos son atinadas ventanas didácticas para la investigación y el estudio. “El Haiku entre dos orillas”, con el norte marcado por Josep M. Rodríguez, es un acierto pleno. Sin más, una entrega oportuna e imprescindible que subraya el centenario de la estrofa en nuestro idioma, que abre futuro a otros destellos.



        


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