Temple Bar (Barrio viejo de Dublín, 2019) |
PROSAÍSMOS DE BAR
Que las palabras no se desgasten
JUDITH HERZBERG
Esa mutación desasosegante que
transforma al buen poeta en un ganapremios.
El sentido de la orientación se
tiene o no se tiene. El que lo cobija en sí tantea y lo despliega en cada nueva
ruta, aunque no lleva el mapa de la ciudad desconocida en la cabeza. El que no
lo tiene es una rémora que camina detrás mientras murmura: “creo que vamos en
dirección contraria”. Cuando el destino aparece, el sentido de la orientación
dormita o viaja solo hacia la barra de algún bar, como si fuese consciente de que nadie advierte mérito alguno.
En los acantilados irlandeses de
Moher recordé a esos cuatro o cinco amigos abonados a la queja perpetua… Pasos
en el filo que se debaten entre saltar o no saltar.
Nunca he concebido la crítica
como un sistema valorativo que recomienda la recuperación en septiembre por
mala nota. Una opinión personal es algo distinto, y puede incluir
asentimientos, felicitaciones o reparos, recordando con prevención que la
mediocridad nunca se reconoce a sí misma y que los reparos serán tomados como
dolorosas ofensas personales, tamizadas con una epidermis de humildad.
Qué itinerarios tan tétricos los
de esos conocidos que no esperan nada de nuestra amistad. Mi hartura tiene la
esperanza de que su marea inundante se desvanezca pronto. Ya.
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