LA GRIETA
Con terco sosiego, inadvertida,
la grieta se adhirió una mañana a la pared frontal del dormitorio. Cuando la
descubrí era solo un hilo negro, un poso de sombra. Poco a poco aumentó su
tamaño hasta convertirse en grafía desapacible. A través de su trazo
puede verse un paisaje cambiante que en los días ventosos deja en el dormitorio
arenas y hojarascas, ramas leves, esquejes de rosales.
Sobre la pared, la grieta sigue
aumentando. Concede a mis sentidos la fugaz sensación de abarcar
todo. Hoy, al despertar, mostraba la aletargada arena del desierto.
(De Cuentos diminutos)
Muy buen cuento, José Luis y déjame que lo interprete como un buen símil de lo que está hoy pasando en España.
ResponderEliminarBesos
Es la interpretación más atinada, Ele Bergón; todos hemos amanecido con esa sensación de derrumbe y estridencia; muy agradecido siempre por caminar juntos.
EliminarMe encantan tus "Cuentos diminutos" ¿dónde los puedo encontrar?
ResponderEliminarBuenas tardes, Tracy, sigo trabajando en ellos, todavía no se han editado, así que avanzan muy lentamente, como esos senderos que suben a la montaña y rodean incansables laderas. Fuerte abrazo.
EliminarPerdona, no entiendo se adquirió.¿Quizá adhirió?. Ya sé que es atrevimiento por mi parte esta sugerencia.
ResponderEliminarDisfruto mucho con tus escritos y con los escritos que, de otros, nos ofreces. Un abrazo
Mil gracias por la corrección querida Cristina, tienes toda la razón; soy un torpe y desconozco si ha saltado el corrector al poner la palabra o ha sido mi despiste; ya está corregido y plena gratitud por tu lectura. Un placer seguir cerca.
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