Entrelazados
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia
REALIDAD CUÁNTICA
Las partículas del misterio nos hacen; de ahí el trazado de vías del ser fragmentario y la percepción
parcial de cuanto nos rodea. También el relativismo de lo objetivo y la
inmediatez de algunas conclusiones. El término realidad cuántica me gusta por su hospitalidad en el estar incierto y por su
sonoridad grandilocuente que fascina a quien, como yo, nada sabe de Física.
En él encuentran sitio aquellas categorías caóticas que tanto fascinaban a Jorge Luis Borges:
. Los encantados de conocerse sobre
el pedestal y los desencantados.
. Los introspectivos, que pasan
el día mirando por la ventana del yo.
. Los que hacen de sus opiniones
una abdicación voluntaria de la inteligencia para ocupar cargos públicos.
. Los que pasean a mediodía con
fantasmas taciturnos.
. Los que gesticulan con estricta
moderación.
. Los que tienen la irritante
tendencia de buscar la felicidad.
. Los perpetuamente instalados en
la desazón.
. Los que trazan diagonales
difusas
. Los que ningunean el
aislamiento, como si fuera necesario transitar en rebaño, en manada, o en la
hermandad siniestra de la secta.
. Los que practican la ejemplar
cautela de no aceptar ideas de otros.
. Los que desde puertos sombríos
buscan el cielo abierto que recubre altamar
. Los que creen que medir un
metro y setenta y cuatro centímetros de altura es una singularidad física.
. Los que viven entre la
conciencia y el delirio, como el dinosaurio de Monterroso.
. Los que usan gafas para mirar sombras.
. Los optimistas que aseguran que
hay sitio para todos.
. Los que vivimos en esa edad en la que el cuerpo propio nos mira de reojo, como si no nos reconociera.
Los que ya somos una realidad cuántica
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.