Amanece que no es poco (José Luis Cuerda, 1989) Archivo TVE |
CASI DIARIO
Ordeno libros, ahora
que apenas leo. Mientras acaricio sus lomos, percibo que he olvidado los
argumentos de muchos, como si sus contenidos se hubiesen bañado en las oscuras
aguas del Leteo . Otros guardan intactos su periplo lector como El infinito en la palma de la mano
aquella novela de Gioconda Belli, que leí hace muchos años, mientras preparaba
una entrevista con la poeta. Retornan algunas secuencias de la trama, aquella
continua epifanía de descubrimientos de Adán y Eva, tras la agorera expulsión
del paraíso terrenal. Todo exilio es siempre soledad y descubrimiento, noche
oscura del alma.
Hay apropiaciones ajenas que no requieren claves explicativas sino apoyos anecdóticos. Este aforismo "Tinta botánica: hay libros de hoja caduca y libros de hoja perenne", integrado en el libro Motivos personales, pág. 77, que recoge textos escritos entre 2010 y 2013, resume la sensación que se instala en mis manos al reordenar la biblioteca de la buhardilla. He trasladado la novela a otras zonas de la casa y dejo todos los estantes para la poesía. Es el género que más releo y siguen llegando muchos títulos.
Hay apropiaciones ajenas que no requieren claves explicativas sino apoyos anecdóticos. Este aforismo "Tinta botánica: hay libros de hoja caduca y libros de hoja perenne", integrado en el libro Motivos personales, pág. 77, que recoge textos escritos entre 2010 y 2013, resume la sensación que se instala en mis manos al reordenar la biblioteca de la buhardilla. He trasladado la novela a otras zonas de la casa y dejo todos los estantes para la poesía. Es el género que más releo y siguen llegando muchos títulos.
Ha muerto José Luis
Cuerda y la televisión repone uno de sus títulos más legendarios, Amanece que no es poco (1989). El film
es tan insólito que las sensaciones que crea de nuevo en mí también lo son. Es
una comedia atípica, donde se abrazan humor, crónica rural, surrealismo y
esperpento. Cuánto disfruto de nuevo con las apariciones de Luis Ciges, Manuel
Alexandre y Gabino Diego. Geniales, como la frescura bellísima de Pastora
Vega.
La falta de sentido
institucional de algunos parlamentarios me causa una incisiva angustia; la
misma que me causa ese facilismo comprensivo de alguna parte de la izquierda
que cree que la constitución es un texto vacío, en vez de nuestro marco de
convivencia. Argumentar con los abducidos por el independentismo es casi más
complejo que hacerlo con una prologuista adánica que se atribuye a sí misma la
invención de vocales y consonantes.
La tristeza es un mar
interior. Inunda todo.
Apuntes de febrero, 2020
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