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PUNTOS DE FUGA
Cuando conciliaba el sueño, permanecía insomne su
inteligencia práctica.
El fulgor del adjetivo ciega el poema.
Activos habitantes de la ciénaga, los ajetreos del
odio nunca cierran jornada laboral.
Refrenda la última resistencia de un castillo de
arena frente al mar: persevera en la nada.
El verano y esos desnudos que eligen mis ojos para
decirse.
En el aforismo grava suelta, que presiona los pies
de quien camina.
Todos admiraban la solidez y el peso de sus opiniones.
Él asentía, mientras ocultaba su petrificado cerebro.
Hay inteligencias livianas, casi invisibles. Buscan su
imagen en el espejo de la prepotencia para no desaparecer entre la neblina.
Sus
racionamientos cumplen milenios. Usan el lenguaje de las piedras, un abecedario
tectónico.
Quien quema el bosque sugiere ahora plantar arbustos
sobre el tizne.
Soy el mismo, aunque la edad borra senderos al deseo. Seca las sábanas.
(Aforismos de JOSÉ LUIS MORANTE)
Así es amigo, quemar el bosque para plantar arbustos, eso es lo que hacen los poetas que reniegan, por ejemplo, de lo clásico. Cuánto me gusta esa referencia a la exageración adjetiva de tantas malas bocas literarias. Saludo y claridad y abrazo tu cercanía. Gracias poeta!!
ResponderEliminarHola querido Luis, que tengas un hermoso día que haga del sosiego y la naturaleza puntos de fuga, aquí sigo con la filosofía liliputiense del aforismo, en ruta por sustantivos y adjetivos, con los sentidos en pie y con tu amistad. Todo lo necesario para que el día sea hermoso y habitable.
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