Campo de retamas Rafel Sánchez ferlosio Literatura Random House Barcelona, 2015 |
RELECTURA FERLOSIANA
El día 1 de abril de 2019 fallecía en Madrid, ya nonagenario, Rafael Sánchez
Ferlosio (Roma, 1927), con un abrumador currículo literario. Un año después la cuidada
edición de sus pecios reunidos, preparada por Ignacio Echevarría, no ha encontrado sosiego en mi biblioteca. Llegó a mi mesa de trabajo el mismo día que desembarcaba en el mercado, gracias a las incansables
gestiones de Jeremías, añorado librero jubilado, lector y
dueño entonces de “El Rincón de la Lectura”.
Adquirí el libro renovando deslumbramientos antiguos como Alfanhuí y El Jarama, y paradas obligatorias en sus relatos, artículos y ensayos. Así que madrugué para tener entre las manos estos “naufragios de la voluntad” que bracean con fuerza en el mar de obsesiones de Rafael Sánchez Ferlosio, un espacio líquido grisáceo y convulso, con inquieto oleaje para sedentarios y conformistas que prefieren la quietud de la opinión formada.
Adquirí el libro renovando deslumbramientos antiguos como Alfanhuí y El Jarama, y paradas obligatorias en sus relatos, artículos y ensayos. Así que madrugué para tener entre las manos estos “naufragios de la voluntad” que bracean con fuerza en el mar de obsesiones de Rafael Sánchez Ferlosio, un espacio líquido grisáceo y convulso, con inquieto oleaje para sedentarios y conformistas que prefieren la quietud de la opinión formada.
El volumen Campo de retamas reordena
los pecios publicados hasta el momento y añade los espigados en sus páginas
escritas que así adquieren autonomía y
singularidad. Además se reescriben algunos textos que adquieren en estas
páginas su trazo más firme. El orden interno acoge cuatro tramos, cuyo sentido
dirime de inmediato una nota aclaratoria. Así, en el apartado de inicio se dan
cita los textos inéditos, a continuación se compendian los pecios de 2002,
editados bajo el título La hija de la
guerra y la madre de la patria; la obra editada en 1994 Vendrán más años malos y nos harán más
ciegos forma el tercer conjunto y como cierre se agrupan textos varios
escritos como cartas al director, junto al discurso de agradecimiento que
escribiera en la entrega del Premio Mariano de Cavia de Periodismo. Pero no son
compartimentos aislados sino estancias comunicadas entre sí con similares
vistas exteriores: la vida social, el ejercicio de la literatura, la política,
la religión y sus efectos secundarios, los desajustes orbitales de la realidad y
esas observaciones de superficie que integran las fachadas al sol de lo diario son
espacios de pensamiento que siembran opiniones reiteradas, taxativas o
complementarias.
Rafael Sánchez Ferlosio deja en Campo
de retamas, con severa concesión y ajustado ojo crítico, el hilo de bramante
de su pensamiento. No digo su filosofía existencial porque el escritor ha
manifestado en distintas entrevistas que él no tiene filosofía, entendida esta
como un sistema cerrado y orgánico. Sus pecios en su fragmentaria disposición
dejan una marcada línea pensativa que en no pocas ocasiones abruma por su
significado o por el extremo pulido de su expresión. Es un libro complejo, en
las antípodas de la complaciente mirada de los titulares populistas. Un asidero
seguro y firme para los que buscan la voz ronca y profunda de la exigencia. Un
libro grave que a veces exagera el tono y enfatiza la hipérbole, que crea una
respuesta inmediata en el ánimo, que marca el ritmo con pecios como este: “Lo
más sospechoso de las soluciones es que se las encuentra siempre que se
quiere”.
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