CASA
VACÍA
En esta casa ya no vive nadie aunque están todos los moradores que ocuparon las habitaciones. Escucho su fisiología desperdigada en pasos, susurros, toses o gemidos. De cuando en cuando callan, como si se hubiesen mudado por unas horas a otro lugar. Pero siempre regresan. Esta noche olvidaron cerrar la puerta de la entrada y apagar las luces. Alguien me despertó. No supe qué decir; me siento un extraño ocupando oquedades de una casa vacía. Ellos me reconfortan y justifican mi presencia: “alguien debe soñarnos".
(De Cuentos diminutos)
A propuesta del poeta y profesor César Rodríguez de Sepúlveda, modifico el enunciado final; creo que así es más efectivo el microrrelato. Muchas gracias por tan valiosa reescritura, querido amigo.
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