Confidencias Fotografía de Adela Sánchez Santana |
AL CLAREAR EL DÍA
La ausencia de A., que sigue en lo más hondo, el crecimiento diario de Asier, la crisis afgana que no alcanzo a comprender, el horrible destino de niñas y mujeres tras el burka... Apuramos, bajo la sombrilla, el esplendor de agosto. Fuera de temporada también el mar parece
frágil, cerrado por reformas.
A centímetros del rompiente, el poema se
queda suspendido, ingrávido, sin palabras. A veces tose silencio y las hojas dormidas de sus ramas se desprenden, calladas.
Las olas tatuaron mis pupilas.
Minimalismo cromático. Todo es azul. El bullanguero desorden de los
aderezos playeros ha desaparecido. No hay sombrillas, hamacas, cocodrilos
neumáticos… Alguien me dice que están fosilizados en la resina sintética de los supermercados chinos para un
futuro reciclaje. Allí los catalogan y etiquetan para que no se pierda el
sentido de la propiedad: turista A, turista B, turista C, turista H. No usan
nombres propios; a los comerciantes chinos todos los turistas europeos les
parecen iguales.
Sigo perdiendo oído, las confidencias
marinas me llegan modo avión.
El mar nunca traspasa el umbral del
olvido. Reconoce a quien mira. Pero establece una distancia íntima.
(Apuntes de verano)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.