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A solas
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FUERA DE HORARIO
Suele dormir hasta muy tarde. Mientras duerme tiene una respiración
pudorosa y hermética. Vela sin descanso la llegada de esos sueños que parecen
salidos de las nubes. Cree que los sueños ajenos quedan fuera de los que
madrugan para salir a pie de calle y se incorporan a esa confrontación solar de
itinerarios y pasos perdidos.
Sometida a una terca vibración inmóvil, sigue bajo el amparo de las
sábanas. Sin ataduras visibles. Fuera de horario.
(De Cuentos diminutos)
Precioso texto, José Luis.
ResponderEliminarMuchas gracias, querida amiga, y enhorabuena por tus textos en la red; me encanta descubrir el despliegue de tus relatos. Fuerte abrazo.
EliminarFuera de horario, de tiempo y del TIEMPO.
ResponderEliminarFuera del ADENTRO.
LASTIMA QUE SOLO SE NOS DEJE VIVIR EN EL AFUERA, y el adentro solo sea para nosotros.
¿Lástima o suerte?
No sé estoy en las afueras casi siempre, en la Periferia, en la vaga sustancialidad de una tal REVIRIEGO QUE, A VECES, ME DEJA ENTRAR s su cueva.
Seguro que todos somos huéspedes de la extrañeza, querida Ana María; y en esa identidad podemos compartir con los otros complicidades y afectos, esa niebla que el tiempo va dejando en nuestra mirada. Gracias por tu comentario.
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