|
José Luis Morante (Palacio Real de Madrid, 2022) Fotografía de María Hernández Costa |
AFORISMOS CON SESIÓN CONTINUA
Tasio Luna
Casi de forma simultánea han visto la luz en 2021 dos entregas aforísticas del
poeta, profesor y crítico José Luis Morante. La primera, Migas de voz es una
antología editada en México por la Universidad Autónoma nacional; la segunda
obra, Planos cortos es un cálido homenaje al cine.
La tarea de practicar varios géneros, ¿de qué manera condiciona a sus
aforismos?
Creo que cuando se entiende la
escritura como una casa abierta, cada habitación cumple su doble condición de
refugio y hospitalidad; en mis aforismos conviven muchos rincones afines con la
poesía o la crítica; todos partes de la misma experiencia biográfica y
cultural, de un modo similar de interpretar el entorno y el tiempo histórico.
Sus poemarios trasmiten un fuerte eco autobiográfico, ¿sus aforismos
también?
Ningún género puede velar la
pulsión expresiva que dicta sus renglones; la identidad respira también en los
aforismos, comparte instantáneas, recuerdos, miedos, incertidumbres; en suma,
la conciencia en continuo fluir del sujeto que escribe.
¿Era previsible esta aparición estelar del decir breve en las primeras
décadas del siglo XXI?
Hay una verdad impostada en
asociar el aforismo al despertar digital; la verdad es que en todos los
periodos de la historia se han cultivado distintas formas del decir breve:
sentencias, epigramas, refranes, aforismos; la celeridad de internet ha
potenciado la fragmentación y la celeridad de los mensajes, pero el género
tienen una intensa tradición en nuestra literatura.
Parece que es ejemplar la
capacidad de escucha del aforismo; cualquier tema sirve…
Así es, el aforismo, como el
poema o la reseña es un hecho del lenguaje que admite cualquier hilo
argumental, siempre y cuando se supere esa consideración que asocia el laconismo
a la facilidad expresiva y la intuición; debajo de cada texto, por mínimo que
sea, está la dura labor del taller literario, su exigencia máxima en cada
fragmento.
Cómo se gestó esa edición mexicana de Migas de voz.
Nació en 2017, cuando recogí una
amplia selección de aforismos de los dos libros publicados y del inédito A sorbos, era la mejor manera de
construir un mapa personal que subrayara las características reiteradas de mis
aforismos. Y el profesor, ensayista y aforista mexicano Hiram Barrios impulsó
la edición en una nueva colección esquirlas; la espera de tres años mereció la
pena, la edición final es muy hermosa.
¿Y Planos cortos?
Es un giro fuerte en el trabajo
personal, frente a la apertura temática aleatoria de mis anteriores entregas,
supone construir un libro en torno al cine como núcleo único. Soy un cinéfilo
antiguo y agradecido; en absoluto un experto en ese arte, solo un espectador
que siempre halló cobijo en la butaca a oscuras.
¿No teme que la salida de ambos
libros a la vez solape reseñas o interfiera la distribución correcta?
No lo sé; en principio son
ámbitos lectores distintos; Migas de voz está
destinado al público universitario mexicano y no se distribuirá en librerías
españolas, aunque mandaré ejemplares a crítica y medios de comunicación; y hay
que dar la batalla por Planos cortos que
debe luchar contra la incertidumbre de la pandemia y la lánguida vida cultural
del momento. Son retos que asumo con mucho gusto; siempre confío en la
generosidad de los amigos y el incansable apoyo de los lectores.
¿Nos despedimos con una mínima selección de aforismos?
El sentimiento de desolación, esa
llave que solo cierra.
Los aforismos tienen el trazo
inconformista del grafiti.
Es bueno enmarcar la
incertidumbre como un quinto punto cardinal.
Cada lunes inventa su oratoria
Somos la intacta erosión que
fuimos, y seremos el polvo que ya somos.
Todo espíritu etéreo se vislumbra
en su etapa ascendente.
Los que no saben ratifican con
énfasis constante su ausencia de verdad.
Anima y da valor esa sospecha de
que todos discuten contra mí.
Tasio Luna
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.